La teoría nunca revelada sobre la desaparición de Madeleine McCann
Scotland Yard está estudiando una vía que desechó hace varios años y que podría dar por cerrado el caso. La menor desapareció hace más de 11 años. Nuevos fondos activan la investigación
El 3 de mayo de 2007 Madeleine McCann desapareció sin dejar apenas rastro del apartamento de Praia da Luz (Portugal) que compartía con sus padres y sus hermanos mellizos. Desde entonces, nadie sabe de ella, aunque durante estos más de 11 años varias informaciones han mantenido viva la esperanza de hallarla con vida. Sin embargo, una nueva teoría podría dar por cerrado el caso.
Según publica la prensa de Reino Unido, Scotland Yard está estudiando una vía que desechó hace varios años: que hubiera sido atropellada y enterrada cerca de donde desapareció. La información apunta a que la menor se despertó aquella noche y que, al no ver a sus padres —que estaban cenando con un grupo de amigos en un restaurante cercano—, salió del apartamento en su busca. 'The Sun' explica que los investigadores consideran totalmente posible que Maddie se perdiera y en su intento de volver a casa fuera atropellada por un conductor ebrio, que luego se llevó su cuerpo para enterrarlo.
Esta teoría fue considerada como posible en los primeros meses de la investigación allá por 2007, pero ahora ha vuelto a convertirse en una de las posibles explicaciones del caso. La segunda línea de investigación, y en la que se han centrado durante gran parte de estos 11 años, fue la del secuestro o la de un robo que salió mal. Según la versión que se ofreció a los investigadores, la puerta y una de las ventanas del apartamento estaban abiertas, confesión que luego fue desmentida por un testigo. Tras buscarla por los alrededores, finalmente dieron la voz de alarma y llamaron a la policía. Esa noche se estableció el primero de los muchos dispositivos de búsqueda y se interrogó no solo a los padres de la niña sino a los amigos con los que estaban cenando. Los investigadores, tras comprobar sus testimonios, encontraron multitud de contradicciones. La noche de la desaparición el apartamento fue precintado y los padres defendieron la teoría del rapto, que se ha mantenido casi hasta hoy.
Hasta ahora, se han gastado más de 13 millones de euros en la investigación y hace solo unas semanas se ha aprobado una nueva partida de 170.000 euros. Desde su desaparición, se ha especulado con todo tipo de posibilidades. Desde que los padres ocultaron el cadáver tras un accidente doméstico hasta que está aún viva.
Robert Murat, primer sospechoso
12 días después de la desaparición de Madeleine, la policía portuguesa señaló como sospechoso a Robert Murat, un británico divorciado de 35 años y padre de una niña. Vivía con su madre a solo 100 metros del apartamento de la familia McCann y durante dos semanas estuvo en el punto de mira de los investigadores, que recibieron la denuncia de una periodista del 'Sunday Mirror' que aseguraba haberle visto varias veces por la zona con un comportamiento sospechoso.
La vivienda fue registrada, así como su ordenador y otros dispositivos electrónicos. Finalmente fue puesto en libertad, al no encontrarse ni una sola pista que le vinculara con la desaparición. La prensa británica le señaló en varias ocasiones directamente como "culpable" después de que amigos de los McCann aseguraran en varios periódicos haberle visto merodeando por el Ocean Club. En julio de 2008 recibió una indemnización colectiva de 715.000 euros de 11 diarios británicos por difamación.
Sangre en el coche de los padres
Desde la noche de su desaparición, Portugal puso en marcha un operativo de búsqueda sin precedentes en el país. Se movilizaron cerca de 200 agentes en las dos semanas posteriores, pero la cifra llegó incluso a más de 1.000 durante 2007. Se vigiló la frontera con España, así como los aeropuertos y puertos de todo el país. Incluso, los McCann pidieron la misma noche de la desaparición de su hija que cerraran todas las fronteras y así se hizo.
Se peinó toda la zona en un radio de 20 kilómetros y se emplearon perros especializados en la detección de restos de sangre y olor a cadáver llegados expresamente desde Reino Unido. El caso dio un giro en julio de 2007 cuando estos perros identificaron vestigios de sangre y otros fluidos de la pequeña en el apartamento familiar. También en el coche que los padres de la niña alquilaron dos semanas después de la desaparición de su hija. Sin embargo, ambos se negaron a declarar sobre este extremo. En agosto de ese año, los investigadores admitieron que Maddie podría estar muerta.
Los McCann, en el punto de mira
El 6 de septiembre de 2007 se declaró oficialmente sospechosos a los padres de Madeleine por la "muerte accidental de su hija". Aunque quedaron en libertad, el foco mediático se colocó sobre ellos. Ambos fueron interrogados durante más de 16 horas. Ninguno fue capaz de explicar cómo llegaron restos biológicos de su hija a un coche que alquilaron después de su desaparición.
El 21 de julio de 2008, el fiscal general de Portugal decidió archivar el caso de la desaparición de Madeleine McCann y exoneró a sus padres de las sospechas de implicación por falta de pruebas.
El padre escondió el cadáver con ayuda del MI5
El encargado de la investigación fue el comisario Gonçalo Amaral. Cinco meses después fue apartado del caso, después de hacer unas declaraciones en un diario portugués en las que aseguraba no solo que la niña estaba muerta sino que denunciaba la connivencia de la policía británica con los padres de Madeleine.
Tras quedar fuera del caso, escribió un libro, —'Maddie: la verdad de la mentira'—, en el que aseguraba que Maddie murió en el apartamento la misma noche de su desaparición y que detrás del sofá había sangre humana. También afirmó que Gerry McCann escondió el cadáver de su hija en la playa y que días después lo trasladó a otro lugar. "Creo que los padres la enterraron o la quemaron", dijo en varias entrevistas.
Los McCann demandaron a Amaral y ganaron el juicio al conseguir que se prohibiera la venta de su libro, medida que poco después fue levantada. Amaral fue absuelto de pagar 500.000 euros a los padres por difamación.
El pasado año, el excomisario Gonçalo Amaral aseguró que el MI5, el servicio de inteligencia de Reino Unido, ayudó a hacer desaparecer el cuerpo de Madeleine en un pozo después de que sus padres la mataran accidentalmente.
Teorías rocambolescas
El pasado año, cuando se cumplían 10 años sin Maddie, las teorías sobre su desaparición se multiplicaron. Desde que se despertó la noche del 3 de mayo de 2007 y salió de casa por su propio pie para buscar a sus padres hasta que fue secuestrada por traficantes eslavos y vendida a una familia adinerada de África.
Además, en abril de 2017 apareció un testigo que la prensa británica consideró clave. Se trataría de un trabajador de la urbanización donde se hospedaba la familia, aunque los investigadores le descartaron. También se publicó que entre 2004 y 2010, en un radio de 60 kilómetros donde se hospedaban los McCann, se registraron varias agresiones sexuales a niñas británicas, algo que no se difundió en aquellas fechas para evitar la psicosis.
Todo esto no son más que teorías sin ningún fundamento que solo alimentan la esperanza de la familia McCann, que siempre ha defendido que su hija está viva. El próximo 12 de mayo cumpliría 16 años.
El 3 de mayo de 2007 Madeleine McCann desapareció sin dejar apenas rastro del apartamento de Praia da Luz (Portugal) que compartía con sus padres y sus hermanos mellizos. Desde entonces, nadie sabe de ella, aunque durante estos más de 11 años varias informaciones han mantenido viva la esperanza de hallarla con vida. Sin embargo, una nueva teoría podría dar por cerrado el caso.