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Expulsan (otra vez) a la japonesa que llevó a su bebé de 7 meses al ayuntamiento
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esta vez POR CHUPAr UNa pastilla PARA LA TOS

Expulsan (otra vez) a la japonesa que llevó a su bebé de 7 meses al ayuntamiento

Yuka Ogata, concejala de la ciudad de Kumamoto, fue obligada a abandonar la sala de plenos después de negarse a pedir perdón por el incidente

Foto: Yuka Ogata, durante el pleno del que fue expulsada por primera vez (Kyodo/Reuters)
Yuka Ogata, durante el pleno del que fue expulsada por primera vez (Kyodo/Reuters)

El pasado mes de noviembre, una concejala japonesa fue expulsada del pleno municipal de Kumamoto, al sur del país, por acudir con su hijo de siete meses. Yuka Ogata quería mostrar los obstáculos de las mujeres niponas para conciliar vida laboral y familiar, pero su gesto hizo que fuera obligada a abandonar la sala.

Casi un año después, Ogata ha vuelto a ser noticia en Kumamoto, esta vez por un incidente que nada tiene que ver con su hijo. La concejala estaba dirigiéndose al resto de la cámara desde el estrado, cuando el presidente de la sala le preguntó si tenía algo en la boca. Yuka Ogata respondió que sí, que estaba chupando una pastilla contra la tos para no interrumpir su discurso constantemente ya que estaba resfriada.

Foto: Comer en el colegio es inevitable y muy importante. (iStock)

Sin embargo, la explicación no debió satisfacer al presidente de la sala, que formó un comité exclusivamente para decidir si Ogata debía de recibir una sanción por su comportamiento. Ese comité decidió que la concejala debía disculparse en voz alta, a lo que la ésta se negó, por lo que se decidió suspenderla por lo que quedaba de sesión. No podría volver a la Asamblea en todo el día.

En palabra que recoge la agencia Kyodo News, para el alcalde de Kumamoto, Kazufumi Onishi, “es inaceptable que un adulto haga preguntas con un caramelo contra la tos en su boca. Ella debe admitir que cometió una falta”.

Cree que es una persecución

La díscola concejala cree que todo es un montaje para mancillar su nombre: “Otros concejales me han criticado abiertamente. Desde hace un año, intentan mostrarme como una persona que se comporta de manera errónea e irrazonable. Es parte de una lucha entre otros concejales y yo, muchos de los cuales son hombres muy mayores, para hacer del ayuntamiento un lugar más relevante para el día a día de muchas personas”, reconoce Ogata en declaraciones a The Guardian.

Antes de llevar a su hijo a la sesión del ayuntamiento, la concejala pidió que se le permitiera amamantar al bebé en la cámara o que se habilitara una guardería en el ayuntamiento no sólo para los hijos de los concejales, sino también de los trabajadores o de los visitantes. Lo único que consiguió con su acción fue que, desde este año, se prohíba la entrada a la cámara a las personas que no trabajan allí, por lo que no puede volver a llevar a su hijo.

Aunque ella ha sido ahora sancionada por chupar esa pastilla contra la tos, la cámara de Kumamoto sí permite comer o beber durante los plenos.

El pasado mes de noviembre, una concejala japonesa fue expulsada del pleno municipal de Kumamoto, al sur del país, por acudir con su hijo de siete meses. Yuka Ogata quería mostrar los obstáculos de las mujeres niponas para conciliar vida laboral y familiar, pero su gesto hizo que fuera obligada a abandonar la sala.

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