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“Podremos tener armas para defendernos”: mis razones para votar al Le Pen brasileño
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FAVORITO para LAS elecciones del 7 de octubre

“Podremos tener armas para defendernos”: mis razones para votar al Le Pen brasileño

Hay un perfil de elector en alza: moderado, con estudios superiores y dispuesto a un cambio radical. Votantes así han llevado al candidato ultra Jair Bolsonaro a ser favorito para las presidenciales

Foto: El candidato presidencial Jair Bolsonaro se hace un 'selfie' durante un mitin electoral en Porto Alegre, Brasil. (Reuters)
El candidato presidencial Jair Bolsonaro se hace un 'selfie' durante un mitin electoral en Porto Alegre, Brasil. (Reuters)

“¡El bandido bueno es el bandido muerto!”. Con esta frase, muy manida en Brasil, Raquel resume la razón por la que va a votar al candidato ultraderechista a la presidencia Jair Bolsonaro, favorito en los comicios del próximo 7 de octubre, cuya intención de voto se sitúa en el 28%. “Estamos cansados de tanta violencia. Bolsonaro es el único que puede acabar con esta lacra. Queremos más seguridad en las calles”, añade esta joven militante negra, que lleva las cejas pintadas de un marrón intenso, como se estila entre la juventud del extrarradio de Río de Janeiro.

El sábado pasado, varios centenares de personas se reunieron a las 9.00 de la mañana en la ciudad de Nova Iguaçú, en la Baixada Fluminsense, la región más pobre y más violenta del Estado de Río de Janeiro. Al son del samba y del himno de Brasil, ataviados con la bandera nacional o vistiendo camisetas con la cara estampada del que llaman “mito”, los fans de Bolsonaro rindieron pleitesía a su líder, hospitalizado en São Paulo desde el atentado del 6 de septiembre, cuando recibió una puñalada en el abdomen durante un acto de la campaña electoral. Su popularidad ha crecido desde entonces, a pesar de no poder participar en la campaña ni en los debates televisivos debido a su delicado estado de salud.

Liderados por Flávio Bolsonaro, el hijo del presidenciable que también es candidato al Senado, varios políticos del Partido Social Liberal hablaron de las principales propuestas de “Bolsomito”, como les gusta llamar a su líder. Lo hicieron a grito pelado desde un trío eléctrico, un camión adaptado con enorme cajas de son que normalmente es usado en las fiestas populares para propagar toneladas de decibelios de música. Debajo, una muchedumbre apoyaba a sus candidatos bajo el sol de justicia de la recién inaugurada primavera tropical, agitando enérgicamente banderas con la cara de Bolsonaro.

“¿Cuáles son las otras propuestas de Bolsonaro que te gustan”?, pregunta la periodista a Raquel, que la mira sorprendida. “La verdad es que no lo sé. No he tenido tiempo de mirarlo. Para mí el tema de la seguridad es primordial. El resto no me importa mucho”, comenta. No es la única militante que demuestra ignorar el programa electoral del candidato a la presidencia. Varios entrevistados se ven obligados a consultar a sus allegados o amigos antes de responder.

Foto: Seguidores de Jair Bolsonaro marchan por la Avenida Paulista tras el atentado contra el candidato, en Sao Paulo. (Reuters)

Otros, sin embargo, tienen muy clara su opción y enumeran con seguridad las razones por la que van a decantarse por un político que ha sido demandado por declaraciones homofóbicas y machistas y que recientemente ha sido absuelto por el Tribunal Supremo de una acusación de racismo. “Voto en Bolsonaro porque propone la reducción de la edad penal y porque va a cambiar el estatuto de armas, para que los ciudadanos de bien podamos defendernos de los bandidos a punta de pistola”, afirma Luis, un estudiante de derecho de 22 años.

El 60% de los electores de Bolsonaro, uno de los políticos más activos en las redes sociales, tiene entre 16 y 34 años. De ellos, el 30% es menor de 24 años. Contrariamente a lo que se podría pensar en el caso de un candidato acusado de racismo por la propia Fiscalía General del Estado, muchos de sus electores son jóvenes y negros. Parece una contradicción, pero los datos ayudan a entender este fenómeno. En Brasil, el 77% de los jóvenes de 15 a 29 años que son asesinados, son negros y pobres. En otras palabras, un afrodescendiente muere de forma violenta cada 23 minutos. En Río de Janeiro, una de cada cinco muerte se produce durante una acción policial.

“Yo voto en Bolsonaro porque es él único político de Brasil que no está involucrado en la corrupción y que va a luchar contra ella. Además, propone crear escuelas militarizadas en las que los alumnos van a tener que respectar a los profesores. Va a dar la posibilidad a los ciudadanos de bien de llevar una arma y va a reducir los impuestos”, expone Tony, de 32 años. Este militar de carrera, también negro, asegura enfáticamente que Bolsonaro no es racista ni machista. “Yo he visto todos los vídeos que tiene en las redes sociales. Estos son falacias que inventan sus detractores”, agrega convencido.

Con sus declaraciones políticamente incorrectas y su discurso simple y directo, Bolsonaro se ha labrado la fama de ser un político diferente, que no ha sido salpicado por los esquemas de corrupción puestos al descubierto por la investigación Lava Jato. A pesar de llevar 28 años en la vida pública, este candidato es percibido entre sus fans como un 'outsider', como el no-político que puede salvar Brasil del caos.

Foto: Sara Winter, antigua líder de Femen en Brasil, ahora partidaria de Jair Bolsonario

Ninguno de los entrevistados parece preocuparse con lo que ha publicado la prensa de Brasil sobre la familia Bolsonaro, muy involucrada en la política. Una investigación realizada por uno de los principales periódicos del país revela que el clan Bolsonaro se enriqueció de una forma llamativa en la última década. Eduardo Bolsonaro, el hijo menor que es candidato a la Cámara, multiplicó su patrimonio por 432% en cuatro años, según la información que él mismo presentó ante el Tribunal Superior Electoral. Los bienes declarados a la justicia pasaron en el curso de una legislatura de 205.000 reales (43.000 euros) a 1,395 millones de reales (292.500 euros). Jair Bolsonaro y su hijo Flávio, candidato al Senado, registraron aumentos de patrimonio más modestos. Desde 2006, los bienes declarados por el candidato a la presidencia crecieron un 168%, mientas que los de su hijo aumentaron un 55% desde 2010.

“Yo llevo 32 años sin acudir a las urnas y este año voy a votar a Bolsonaro porque es el único que tiene pulso firme para luchar contra violencia. Me importa un bledo si es racista, homófobo o machista. Lo que haya ganado en estos años es asunto suyo. Yo soy taxista y me han puesto una pistola en la cabeza varias veces. En la Baixada Fluminense no aguantamos más tanta negligencia y abandono por parte del Estado”, dice Antonio, que a sus 65 años sigue trabajando siete días por semana porque con su pensión no consigue pagar las cuentas.

"Me importa un bledo si es racista, homófobo o machista. Lo que haya ganado en estos años es asunto suyo. Yo soy taxista y me han puesto una pistola en la cabeza varias veces"

A varios kilómetros de Nova Iguaçú, Klecius comparte gran parte de estas ideas, aunque las expone de una forma más moderada y con argumentos bien estructurados, fruto de su educación y de sus estudios universitarios. Hijo de un militar, este joven ingeniero negro vive en la Praça Seca, el barrio más peligroso de Río de Janeiro, donde los constantes enfrentamientos entre narcotraficantes, Policía y paramilitares se traducen en un tiroteo diario.

En las últimas elecciones, Klecius votó a Luiz Inácio Lula da Silva y a Dilma Rousseff. Tras descartar la posibilidad de anular su voto, este joven ha llegado a la conclusión de que Bolsonaro es la mejor opción para desalojar al Partido de los Trabajadores (PT) del poder, del que se declara decepcionado debido a la corrupción. “Bolsonaro es muy agresivo en la forma de hablar, a menudo exagera y se equivoca mucho, pero no creo que sea homófobo o racista. Simplemente no sabe expresarse. Este es su mayor defecto. Agrede y ataca a sus interlocutores, muchas veces es infeliz en sus salidas. Pero me gusta”, explica con un tono pausado.

Klecius representa un perfil de elector en alza: moderado, con estudios superiores, desencantado con la gestión del PT y dispuesto a un cambio radical. Al igual que Bolsonaro, este joven se declara en contra de la cuota raciales en las universidades públicas, inauguradas por el PT cuando llegó al poder. “La cuota debería ser social para personas que viven en las favelas, independientemente del color de la piel, y para los discapacitados Hoy la cuota para negros, indígenas y quilombolas [descendientes directos de los esclavos] es del 20% y la de discapacitados es del 5%. Creo que un discapacitado tiene más dificultades que un negro en su día a día”, asegura.

placeholder Seguidores del ultraderechista Jair Bolsonaro se reúnen ante el hospital Albert Einstein en Sao Paulo, Brasil. (EFE)
Seguidores del ultraderechista Jair Bolsonaro se reúnen ante el hospital Albert Einstein en Sao Paulo, Brasil. (EFE)

Otros puntos del programa de Bolsonaro que defiende son la reducción de la edad penal y la lucha contra la criminalidad. “Bolsonaro insiste mucho en el tema de seguridad. No tiene miedo de decir lo que piensa. Cuando afirma que hay que reaccionar con balas si eres recibido a tiros en una favela, tiene toda la razón. ¿Cómo vas a entrar en una favela controlada por narcotraficante si te atacan con fusiles? Otra cosa es el debate sobre cómo solucionar el problema del tráfico de drogas. Este es un punto en el que no estoy de acuerdo con Bolsonaro: yo soy a favor de la liberalización de la venta de drogas y él no”, reflexiona Klecius, que también se opone a que se imparta la educación de género en las escuelas.

Nada parece afectar la fe de millones de electores en Bolsonaro, que según 'The Economist' representa una amenaza para Brasil y toda América Latina

Este joven reconoce que algunos errores en el posicionamiento de su candidato, como por ejemplo dedicar en 2016 el voto del 'impeachment' de Dilma Rousseff al coronel Carlos Alberto Brilhante Ulstra, el mismo que torturó la expresidenta durante la dictadura. También discrepa de las declaraciones del candidato a la vicepresidencia, el general Hamilton Mourão, que recientemente dijo que los hogares sin hombres y formados solo por madres solteras (más del 60% del total en Río de Janeiro) son “fábricas de inadaptados”. Mourão también llegó a afirmar a mediados de septiembre que Brasil necesita una nueva Constitución, pero sin tener necesariamente que convocar una Asamblea Constituyente. “Una constitución no precisa ser redactada por los elegidos por el pueblo”, declaró textualmente.

“Estoy con Bolsonaro cuando critica el ‘Kit gay’ [un libro francés sobre educación sexual que fue exhibido por el candidato durante una entrevista en la televisión y que, sin embargo, nunca fue aprobado por el Ministerio de Educación]. No creo que tenga que haber un libro que enseña a niños de seis o siete años a conocer el cuerpo humano, y que cuente que es posible que niño tenga sexo con otro niño”, añade este joven, para quien Bolsonaro es la apuesta más segura. “Puede perder en el segundo turno, pero merece tener esta oportunidad. No creo que consiga cambiar muchas cosas si llega a la presidencia, porque el poder real está en el Parlamento, pero mi voto es para él. Es cierto que no está muy preparado en economía, pero ha fichado al economista Paulo Guedes [discípulo de los "Chicago boys" que defienden la desreglamentación] y tiene la humildad de reconocer que no sabe, aunque todo el mundo le machaca con este asunto. Tiene una forma simple de expresarse. Habla la lengua del pueblo. En este sentido me recuerda a Lula”, concluye Klecius.

Su admiración por Bolsonaro choca con el fuerte rechazo que este candidato a la presidencia provoca en gran parte del electorado brasileño. El 43% de los votantes asegura en las encuestas que jamás lo escogería. La mayoría son mujeres. Recientemente empresarios, economistas y artistas han lanzado un manifiesto contra Bolsonaro. Entre ellos hay accionista del banco Itaú, uno de los más importantes de Brasil, y el músico Caetano Veloso. “Nunca sobra recordar que líderes fascistas, nazistas y diversos otros regímenes autocráticos en la historia y en la actualidad fueron originalmente elegidos con la promesa de rescatar la autoestima y la credibilidad de sus naciones, antes de subordinarlas a los más variados excesos autoritarios”, se puede leer en un trecho del manifiesto.

Ninguno de estos argumentos parecen afectar la fe que millones de electores han decidido depositar en Jair Messias Bolsonaro, el político que según la revista 'The Economist' representa una amenaza para Brasil y para toda América Latina. A menos de dos semanas del primer turno, Brasil mira con nerviosismo a la cita electoral más decisiva e incierta de las últimas décadas.

“¡El bandido bueno es el bandido muerto!”. Con esta frase, muy manida en Brasil, Raquel resume la razón por la que va a votar al candidato ultraderechista a la presidencia Jair Bolsonaro, favorito en los comicios del próximo 7 de octubre, cuya intención de voto se sitúa en el 28%. “Estamos cansados de tanta violencia. Bolsonaro es el único que puede acabar con esta lacra. Queremos más seguridad en las calles”, añade esta joven militante negra, que lleva las cejas pintadas de un marrón intenso, como se estila entre la juventud del extrarradio de Río de Janeiro.

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