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Ni Berlusconi, ni los populistas: la UE teme una Italia ingobernable
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el peor escenario: un gobierno no operativo

Ni Berlusconi, ni los populistas: la UE teme una Italia ingobernable

Si el centro-derecha no logra la mayoría o si el M5S consigue dar el campanazo, el país entrará en territorio desconocido. Una Italia ingobernable preocupa, y mucho, en Bruselas

Foto: Un colegio electoral se prepara para la jornada de elecciones en Milán, Italia. (Reuters)
Un colegio electoral se prepara para la jornada de elecciones en Milán, Italia. (Reuters)

La UE ya no siente pánico. Nadie creería que está herida de muerte, como clamaban hace apenas un año los que jaleaban a una Marine Le Pen que se veía en El Elíseo. Y así de imperfecta, pero de momento insuperada, la UE se prepara para acudir mañana a otra cita clave para su futuro: las elecciones en Italia. Nadie espera milagros, porque ni la intercesión del vicario de Cristo en la tierra podría enderezar la compleja política italiana. Pero la UE confía en poder lidiar con lo que venga, ya sean viejos conocidos o nuevos populistas, pero teme una cosa: el vacío (de poder).

Berlusconi, lo malo entre lo peor

Los europeos seguirán la convocatoria a las urnas con una sensación de déjà vu y, seguramente, de incomprensión. Silvio Berlusconi probará suerte en su enésimo regreso, con más escándalos que primaveras a sus 81 años, y pese a haber dejado a Italia al borde del colapso económico en 2011 tras cerca de dos décadas en el poder. Y Matteo Renzi tratará de demostrar que puede sobrevivir al tiro que se dio en el pie, para lo que necesita convencer a un desencantado electorado de que su promesa de cambio no es solo fachada.

Si las encuestas no se equivocan, el centro-derecha (la Forza Italia de Berlusconi, La Liga (Norte) de Matteo Salvini y otros socios menores) podría lograr los apoyos suficientes para hacerse con el Gobierno. En Bruselas esta opción no entusiasma, pero resigna. Nadie ha olvidado los desvaríos de Berlusconi, un precursor del populismo que hoy tanto preocupa en Europa, que genera una profunda desconfianza en sus socios. Y el ex primer ministro tampoco habrá olvidado que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy propiciaron su caída en desgracia en 2011.

Pero a la vista del panorama italiano, se considera que si el centro-derecha logra una victoria clara, será una noticia razonablemente buena. Todo con tal de evitar que la tercera economía de la eurozona entre en un callejón político sin salida. Tranquiliza también que no sería Berlusconi, sino su hombre de confianza Antonio Tajani, quien se sentase en la mesa del Consejo Europeo. Al menos, en un principio.

Berlusconi ha señalado al actual presidente de la Eurocámara como su candidato a primer ministro. Tajani tiene varios puntos a su favor: no genera controversia en Italia, es hábil en las relaciones políticas, es un interlocutor conocido en Bruselas y, sobre todo, entiende la Unión Europea. Queda la duda de si sería capaz de contener a 'Il Cavagliere', que ya ha dejado caer que le gustaría tomar él mismo las riendas en 2019, una vez que expire su inhabilitación.

placeholder Antonio Tajani durante una comparecencia junto a Berlusconi en un acto de su partido en Fiuggi, Italia. (Reuters)
Antonio Tajani durante una comparecencia junto a Berlusconi en un acto de su partido en Fiuggi, Italia. (Reuters)

Una Italia fuera de control

Pero si el centro-derecha no logra la mayoría o si el Movimento 5 Stelle de Luigi Di Maio logra dar el campanazo, Italia entrará en territorio desconocido. Una Italia ingobernable preocupa, y mucho, en Bruselas. "Debemos prepararnos para el peor escenario, y el peor escenario sería el de un gobierno no operativo", aseguró esta semana Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Si no hay ningún vencedor claro, será el turno del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, de iniciar consultas.

Es improbable, pero no imposible, que tras los comicios se forme una "gran coalición" entre Fuerza Italia y el Partido Democrático de Matteo Renzi, quien hace semanas ya bromeaba sobre lo difícil que es su regreso. Pocos lamentarán que Renzi y su ego no vuelvan por Bruselas —y Mariano Rajoy no es una excepción—, incluso si lamentan la derrota del PD. El actual primer ministro, Paolo Gentiloni, se ha ganado la estima de los líderes europeos, y suena como otra posible figura de consenso en una coalición con Forza Italia. Esto permitiría, además, dejar a Tajani en Bruselas, una opción que a él en principio no parece disgustarle y que permitiría a Italia mantener en sus manos uno de los más altos cargos europeos.

¿Y si gana Movimento 5 Stelle? En la Unión Europea se sabe que su llegada al poder supone un riesgo, pero se confía en que modere sus planteamientos si logra hacerse con las riendas del Ejecutivo, aupado por los votos en el sur de Italia. Pese a la retórica antisistema que ha caracterizado el surgimiento de los Di Maio, este ha dado muestras claras durante la campaña electoral de querer jugar según las normas del juego. Además, no está nada claro que M5S lograse convencer a otros partidos para que no bloqueen su llegada al Palazzo Chigi.

Italia es siempre un rompecabezas. La UE se mantiene ahora a la espera para saber si tras estas elecciones podrá contar con Roma para el relanzamiento europeo o si, por el contrario, el país seguirá perdiendo energía en sus enredos políticos.

La UE ya no siente pánico. Nadie creería que está herida de muerte, como clamaban hace apenas un año los que jaleaban a una Marine Le Pen que se veía en El Elíseo. Y así de imperfecta, pero de momento insuperada, la UE se prepara para acudir mañana a otra cita clave para su futuro: las elecciones en Italia. Nadie espera milagros, porque ni la intercesión del vicario de Cristo en la tierra podría enderezar la compleja política italiana. Pero la UE confía en poder lidiar con lo que venga, ya sean viejos conocidos o nuevos populistas, pero teme una cosa: el vacío (de poder).

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