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¿Ha logrado Mauricio Macri enterrar definitivamente al peronismo?
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EL MACRISMO, UN FENÓMENO DE LARGO ALCANCE

¿Ha logrado Mauricio Macri enterrar definitivamente al peronismo?

El macrismo se anuncia como un fenómeno político de largo alcance. Su rotunda victoria del domingo evidencia que el peronismo es incapaz de frenar al actual presidente

Foto: El presidente de Argentina, Mauricio Macri, durante un evento de campaña en Buenos Aires. (Reuters)
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, durante un evento de campaña en Buenos Aires. (Reuters)

Ya es una evidencia: el peronismo, por no hablar de la izquierda, es incapaz de frenar a la derecha encabezada por Mauricio Macri. Ni siquiera el regreso a la arena política de Cristina Fernández Kirchner pudo contener el avance de un presidente que ha consolidado la victoria de diciembre de 2015, cuando se hizo con el gobierno de Argentina: la alianza Cambiemos logró un 42% del voto nacional y ganó votos en la mayoría de las provincias.

El macrismo se consolida así en las cámaras legislativas. En estos comicios, se renovó un tercio de la Cámara de Senadores y casi la mitad de la Cámara de diputados. Las alianzas en las que participó el oficialismo -esto es, el partido en el poder- ganaron en trece de los 24 distritos, mientras que las fuerzas de la oposición (Partido Justicialista y Unidad Ciudadana) ganaron en los once restantes. Pero Cambiemos triunfó en las cinco provincias más pobladas, con un aumento de votos clave en la provincia de Buenos Aires, que concentra 16 de los 43 millones de argentinos.

El resultado del domingo consolida el macrismo como un fenómeno político de largo alcance, después del alfonsinismo, el menemismo y los doce años de kirchnerismo. Y ese logro electoral se produce a pesar de una situación económica adversa y una creciente conflictividad social. “El macrismo ha logrado crear un alto nivel de expectativas”, apunta el antropólogo Alejandro Grimson. Y lo ha conseguido, añade Grimson, gracias a su capacidad de comunicación y al apoyo del oligopolio mediático, pero también debido al “éxito del relato macrista en identificar el período del gobierno anterior con un plan de corrupción y desgobernaza económico”.

Lo cierto es que la economía argentina creció en agosto un 4,3% y consolida, con el sexto mes de alzas consecutivas, cifras más boyantes que en los años precedentes. Estos datos macroeconómicos contrastan, sin embargo, con el fracaso del Gobierno en su intento de frenar la inflación así como con el empobrecimiento de las clases populares, afectadas por los aumentos en las tarifas en los servicios públicos domiciliarios.

Foto: El presidente argentino, Mauricio Macri, posa junto a los Roling Stones en su casa, el 14 de febrero de 2016. (Reuters)

Mientras, Cristina Fernández Kirchner se ha tornado en una suerte de paradoja electoral: amada por muchos y odiada por tantos otros, la senadora electa es la opositora con más votos y “ratifica su piso alto y su techo bajo”, sostiene Grimson. Su reaparición pública no ha sido capaz de unificar a la oposición. Lo cierto es que “Cambiemos unificó exitosamente el campo no peronista, y sigue avanzando en ello”, como escribe el politólogo Julio Burdman en la revista Anfibia.

“El peronismo tiene los votos, tiene dirigentes, tiene discurso, pero no tiene un presidente. Ese es el liderazgo unificador que le falta, y que le reclaman”, añade Burdman. No es el caso de Cristina Kirchner, quien “solo está construyendo una candidatura presidencial futura”. Así, el triunfo de Cambiemos renueva “uno de los sueños anhelados de las élites locales más rancias: el siempre anunciado fin del peronismo”, sugiere el periodista y economista Claudio Scaletta.

Wall Street lo celebra

Al día siguiente de los comicios, Wall Street celebró el triunfo de Macri: subieron las acciones de empresas argentinas y los analistas financieros que siguen los vaivenes económicos en Argentina destacaron una “ola de optimismo”, porque el triunfo del presidente le otorga un mayor campo de acción para profundizar en las políticas de ajuste que viene implementando, comenzando por la reforma laboral, política e impositiva y la reducción del gasto público.

Por el momento, este martes, en respuesta al incremento inflacionario del mes pasado, el Banco Central aumentó la tasa de interés en un 1,5%, llevándola hasta el 27,75%. Cristina Kirchner tachó de “interminable timba financiera” a esta medida desde su cuenta de Twitter.

Los analistas esperan que, con el aval electoral, Macri profundice sus políticas de ajuste. “El de Cambiemos es un gobierno ajustador y los resultados del domingo le dan una base de consenso para profundizar el ajuste. Ni lerdo ni perezoso, ya aumentó las naftas y afirmó que el valor futuro del combustible irá de la mano de los valores internacionales. Una pequeña señal de lo que va a venir”, afirma el diputado nacional opositor Carlos Heller.

Santiago Maldonado, presente

Sin lugar a dudas, lo más excepcional de estas elecciones fue la conmoción de la sociedad argentina por la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado, el joven de 28 años desaparecido el 1 de agosto en la provincia patagónica del Chubut. Visto con vida por última vez en medio de la represión de la Gendarmería contra la comunidad mapuche del Pu Lof, durante una protesta en reivindicación por sus tierras ancestrales en el contexto de un conflicto que desde hace años enfrenta a los mapuche con la empresa Benetton y otras multinacionales, la desaparición de Maldonado vino a exacerbar el temor de algunos a lo que definen como macabros métodos represivos del macrismo.

placeholder Un hombre sostiene una imagen de Santiago Maldonado durante una protesta en Buenos Aires. (Reuters)
Un hombre sostiene una imagen de Santiago Maldonado durante una protesta en Buenos Aires. (Reuters)

El viernes por la tarde, a pocas horas de los comicios del domingo, se supo que el cuerpo encontrado en el río Chubut era el de Santiago Maldonado, después de que su hermano Sergio custodiase el cuerpo durante horas. La noticia conmocionó a buena parte de los argentinos. Cientos de porteños acudieron esa misma noche a la Plaza de Mayo, y volvieron al día siguiente. El caso de Maldonado no solo había puesto nombre y apellido al aumento de la conflictividad social en los últimos dos años; también sacudía los demonios de una dictadura militar todavía muy reciente, a pocos meses de las masivas manifestaciones en contra de otorgar beneficios a los condenados por delitos de lesa humanidad en la dictadura, y después de que el Gobierno relativizase el horror de la dictadura al cuestionar la emblemática cifra de los 30.000 desparecidos.

Pese a todo, el macrismo se anotó una victoria incuestionable el domingo. Más aún: comparando los resultados electorales con las encuestas previas, pareciera que la aparición del cuerpo de Santiago no tuvo incidencia alguna sobre el resultado. La diputada Elisa Carrió sintetiza esta cuestión: logró el respaldo de más de la mitad del electorado porteño después de que su equipo de campaña la forzase a guardar silencio los últimos días, tras las desafortunadas declaraciones que hizo en televisión sobre el caso Maldonado. La diputada afirmó en un programa de televisión que existía “un 20% de probabilidades” de que el joven estuviera en Chile. Cuando apareció su cuerpo sin vida en el río, declaró: “Como Walt Disney”, en referencia a la conservación del cadáver hallado en aguas heladas. Tras el triunfo electoral, Carrió salió a reivindicar sus declaraciones: “Yo no me arrepiento de lo que digo”.

Mientras, una parte de la sociedad argentina, esa que hizo la ronda de las Abuelas de Plaza de Mayo pidiendo justicia para Santiago y descanso para su familia, cuestiona la facilidad con la que la otra mitad de los argentinos dejó pasar un hecho de tal gravedad cuando depositó el voto en las urnas, o se dejó convencer por quienes, como Carrió, acusan hoy a periodistas y organizaciones de derechos humanos de “construir un desaparecido”.

Ya es una evidencia: el peronismo, por no hablar de la izquierda, es incapaz de frenar a la derecha encabezada por Mauricio Macri. Ni siquiera el regreso a la arena política de Cristina Fernández Kirchner pudo contener el avance de un presidente que ha consolidado la victoria de diciembre de 2015, cuando se hizo con el gobierno de Argentina: la alianza Cambiemos logró un 42% del voto nacional y ganó votos en la mayoría de las provincias.

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