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El 'hombre de Trump en Roma': "En EEUU muchos pintan al Papa como una caricatura"
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ABOGA POR MEJORAR LA RELACIÓN CON EL VATICANO

El 'hombre de Trump en Roma': "En EEUU muchos pintan al Papa como una caricatura"

El Confidencial entrevista a Thomas Williams, el director de la oficina en Italia del portal ultraderechista Breitbart, considerado moderado dentro de un movimiento que gana influencia en Washington

Foto: El Papa Francisco recibe a Donald Trump y su esposa Melania en audiencia privada, el 24 de mayo de 2017. (Reuters)
El Papa Francisco recibe a Donald Trump y su esposa Melania en audiencia privada, el 24 de mayo de 2017. (Reuters)

La relación entre Donald Trump y el papa Francisco no viene siendo fácil. Este miércoles, el Papa y el presidente estadounidense han celebrado su primer encuentro en persona, después de que Trump viajase primero a Arabia Saudí y luego a Israel y Palestina. La reunión entre Francisco y el presidente estadounidense ha sido tensa, y marcada más por los símbolos a descifrar que por los contenidos difundidos oficialmente: los velos negros usados por la esposa Melania y la hija-consejera Ivanka, los regalos del Papa a Trump —un documento que critica el capitalismo desbocado, la exhortación Evangelii Gaudium, y otro que alerta sobre los problemas medioambientales, Laudato Si—, y también la decisión del Papa de retrasar 30 minutos su audiencia de los miércoles para atender a su huésped. Y en la diplomacia vaticana, los minutos cuentan.

De modo que este último gesto no ha pasado desapercibido para Breitbart -la web ultraderechista que fundó el controvertido Steve Bannon, el hoy estratega jefe de la Casa Blanca-, que lo considera en línea con las labores de los círculos diplomáticos que han trabajado para abrir canales de comunicación entre los dos líderes, a pesar del fuego cruzado que ambos se han arrojado en los últimos años. El estadounidense y antiguo sacerdote Thomas Williams (Pontiac, 1962) recibió hace algunas semanas a El Confidencial muy cerca del lugar de esta reunión para hablar, precisamente, de esa relación. Algunos le llaman el ‘hombre de Donald Trump’ en Roma. Otros lo ven como un león disfrazado de oveja. Su historia y su curriculum le preceden.

Williams habla con lentitud, como quien ha vivido a menudo en medio del torbellino. Durante más de dos décadas fue sacerdote, perteneció a la poderosa y polémica congregación de origen mexicano de los Legionarios de Cristo, defendió (para luego retractarse) a su fundador, el hoy difunto cura pederasta Marcial Maciel. Luego, en 2012, confesó haber mantenido una relación con una mujer, de la cual tuvo un hijo. Esa mujer no era una cualquiera, sino Elizabeth Lev, hija de Mary Ann Glendon, ferviente activista antiabortista y exembajadora de Estados Unidos ante el Vaticano entre 2007 y 2009 (bajo el mandato del republicano George W. Bush) y hoy asesora del Banco del Vaticano.

Pregunta: ¿Qué opina de la relación que quiere la Casa Blanca con el Vaticano?

Respuesta: Lo que es seguro es que a nadie le conviene una relación de hostilidad. Ni al Papa ni al presidente. No tendría ningún sentido.

P: ¿Pueden colaborar el Papa y Trump?

R: Sí, pueden. Sobre Oriente Medio. Sobre la persecución de los cristianos y la libertad de religión. Sobre la cuestión del aborto. Aunque dudo que colaboren. Quizá sobre la trata de personas, como ocurrió con la administración Bush. En verdad, no creo ni que sus posiciones sean tan distantes sobre cuestiones como la inmigración, como ellos mismos creen. El Papa ha dicho que cada país tiene derecho a fronteras seguras y, en mi opinión, la idea del muro es eliminar una frontera porosa por donde ilegalmente pasa gente. Trump no quiere, según lo entiendo yo, a los inmigrantes ilegales. Y además, las leyes sobre la migración en Estados Unidos son bastante buenas, diría que mejores que las mexicanas.

P: ¿No cree que le habrá caído mal al Papa que un obispo de nacionalidad iraquí, es decir, un importante jerarca de la Iglesia católica, no pudo viajar a EEUU por las restricciones migratorias?

P: ¿Qué no entienden en Washington del Papa y usted sí?

R: Que el Papa es mucho más complejo, que como lo describen muchos es una caricatura. El Papa quiere opositores, es un luchador. Es más abierto de lo que piensan. Tiene algunas ideas pero no son firmes; hay margen.

El presidente Trump y su esposa Melania observan los frescos de la Capilla Sixtina. (EFE)P: Es cierto que Steve Bannon, quien le contrató en 2014 para trabajar en Breitbart, conoce el Vaticano, pero usted mucho más. ¿Cómo lo conoció usted a él?

R: Fue durante la producción de la película de Mel Gibson. Lo conocí a través de Steve McEveety, uno de los productores de La Pasión de Cristo. McEveety y Bannon eran amigos y Steve me lo presentó. En esa época, Bannon no estaba ni metido en el periodismo, ni en la política, hacía documentales en Hollywood. En 2013, en cambio, la situación era otra. Bannon quería abrir una oficina en Roma, así que me llamó y me preguntó si quería trabajar para ellos. Yo le respondí que lo pensaría. Nos encontramos en mayo del año siguiente.

P: ¿Por qué Bannon, que no parece un fan del Papa, quería una oficina de Breitbart en Roma, cerca del Vaticano?

R: Él me dijo que quería una oficina en las capitales de la cultura occidental y eso incluía a Roma, a Jerusalén y a El Cairo; al final, sólo abrieron en las dos primeras. Me dijo que quería abrir una oficina en Roma por el Imperio Romano y, claro, por la Iglesia. Estaba convencido de que es la Cultura que mueve a la Política y no al revés.

P: Disculpe, me perdí, ¿qué significa ‘por el Imperio Romano’?

R: Eh, pues, por lo que representa Roma, el inicio del mundo occidental. A él le gustaba la idea de volver a los inicios.

P: Leí que usted, cuando se encontró con Bannon la primera vez, pensó que estaba loco. ¿Es cierto?

R: Sí, quizá ‘loco’ es demasiado; pensé que era una excéntrico. Y sigo pensando que es una persona fuera de lo común y muy inteligente. Pero tiene su propia forma de pensar.

P: Bueno, no se puede obviar que su fama no es muy halagadora: xenófobo, supermacista blanco, un ultraderechista intransigente…

R: Todo eso no es cierto. Y lo cierto es que me molesta mucho leer cosas que son falsas. Racista no es. El año pasado conversábamos a menudo y él me hablaba mucho de Trump y Ben Carson [actual secretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de la administración Trump]. ¡Ben Carson es negro! Eso de que [Bannon] es un xenófobo y antisemita no es cierto.

P: ¿Me va a decir que Bannon también ama a los musulmanes?

R: A eso no. Pero el islam no es una ideología, es una religión. Y sí, él sí tiene problemas con el islam. Sí sabe que hay una diferencia entre el islam moderado y el radical. Pero incluso cuando habla del islam moderado se pregunta si la asimilación del islam en las sociedades occidentales, que son netamente judeocristianas en sus raíces, es posible por sus posturas sobre la división entre la Iglesia y el Estado, la figura de la mujer, la familia. El islam tiene una visión completamente diferente sobre estos temas. Por ejemplo, ellos creen que la Iglesia y el Estado son una sola cosa y quieren imponer la sharia [la ley islámica].

P: ¿Está diciendo que todos los musulmanes quieren vivir bajo la sharia? Eso parece un despropósito.

R: Claro. Todos la quieren. ¿Usted conoce musulmanes que no quieren la sharia?

P: Sí.

R: Yo no. Eso está en el Corán, está escrito ahí.

P: También en la Biblia hay episodios violentos.

R: En el Antiguo Testamento hay, sí. Pero el Antiguo Testamento debe leerse a través de la interpretación que hace el Nuevo Testamento. De todas maneras, Bannon tiene sus dudas sobre el Islam, eso es así.

P: Volviendo a su relación con Bannon, ¿sigue en contacto con él ahora que es el estratega jefe de la Casa Blanca?

R: Él se ha desligado de Breitbart, quizá mantiene alguna propiedad, no lo sé con exactitud, pero no maneja ya la gestión [de la web], así que nuestras comunicaciones han disminuido. Me contesta de vez en cuando. Hace unos meses, por ejemplo, cuando empezaron a buscar al embajador [de Estados Unidos] ante la Santa Sede, me preguntó si tenía alguna idea de quién podían elegir.

P: ¿Qué le contestó?

R: Eh… No le puedo decir [se ríe a carcajadas].

P: Volviendo a Breitbart, han salido varios artículos en contra del Papa, algunos bastante agresivos.

R: Yo intento evitar ese lenguaje, pero sí, algunos tienen ese estilo sensacionalista. A mí me dejan escribir lo que quiero, y he escrito muchos artículos positivos sobre el Papa; otras veces algunos no lo han sido, pero no contenían críticas, sino más bien subrayaba que el Papa, a veces, dice cosas un poco extravagantes.

P: ¿No serán cosas de izquierda?

R: Bueno, de izquierda Breitbart no es. De eso no hay dudas. Pero tampoco es una derecha tradicional; en cierto sentido hay un paralelismo entre Breitbart y Trump. A él los republicanos tradicionales tampoco lo apreciaban, eso fue muy extraño. Una vez Bannon dijo infelizmente que Breitbart era una revista de la ‘alt-right’ y eso fue mal interpretado como un vínculo con Richard B. Spencer [un líder supremacista estadounidense]. Él quería hablar de una derecha alternativa.

P: ¿Usted es de derechas?

R: No me gusta la expresión. Yo me siento libre en mi forma de pensar. Pero seguramente soy más conservador que progresista.

P: Sea como fuere, dicen que usted parece un pez fuera de agua, que es un moderado. ¿Es a propósito que usted ocupa el rol que tiene?

R: Es que yo tuve y tengo contacto con pocas personas de Breitbart, Bannon, Alex Marlow, que es el editor en jefe y una joven cubano-estadounidense, Frances Martel, que se ocupa de seguridad nacional.

P: ¿No se arrepiente de trabajar para Breitbart? Después de lo de la Legión, de haber defendido equivocadamente un pederasta, de haber tenido un hijo siendo sacerdote, ahora está de nuevo en el medio del torbellino.

R: Bueno, en los últimos tiempos, he recibido una cantidad infinita de 'hate mail' [correos electrónicos acosadores]. Me han dicho de todo, incluso gente de mi familia.

P: Y todo esto después de la historia de Maciel, el difunto sacerdote pederasta mexicano.

R: Bueno sí, esos años fueron duros. Pero al mismo tiempo ya me ha acostumbrado un poco. Esto de ahora no puede ser peor que Maciel. Pero no, no me arrepiento. La relación [con la web] es muy positiva, me pagan bien, escribo todos los días y tengo tiempo también para mi hijo.

La relación entre Donald Trump y el papa Francisco no viene siendo fácil. Este miércoles, el Papa y el presidente estadounidense han celebrado su primer encuentro en persona, después de que Trump viajase primero a Arabia Saudí y luego a Israel y Palestina. La reunión entre Francisco y el presidente estadounidense ha sido tensa, y marcada más por los símbolos a descifrar que por los contenidos difundidos oficialmente: los velos negros usados por la esposa Melania y la hija-consejera Ivanka, los regalos del Papa a Trump —un documento que critica el capitalismo desbocado, la exhortación Evangelii Gaudium, y otro que alerta sobre los problemas medioambientales, Laudato Si—, y también la decisión del Papa de retrasar 30 minutos su audiencia de los miércoles para atender a su huésped. Y en la diplomacia vaticana, los minutos cuentan.

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