Más de un centenar de efectivos trabajan sin descanso desde hace dos días para intentar rescatar a Julen, el niño de dos años que el pasado domingo cayó a un pozo de más de 100 metros de profundidad en el cerro de Totalán (Málaga). La de este lunes fue la segunda noche sin tregua para el operativo formado por miembros de la Guardia Civil y bomberos, que tratan de asegurar el agujero con una tubería para evitar nuevos desprendimientos. 

Aunque de manera oficial los esfuerzos se concentran en rescatar con vida al pequeño, el Instituto Armado no descarta "ninguna posibilidad", según apuntan fuentes cercanas al caso: "Podría itnroducir cámaras que detectaran si en el tubo hay restos de sangre. Eso ayudaría bastante". 

No obstante, la noche ha arrojado nuevas esperanzas debido a que la máquina encargada de succionar la arena para liberar el tapón que obstruía el orificio a unos 75 metros funcionaba a mejor ritmo de lo esperado. Siguen abiertas otras opciones como construir un agujero paralelo e iniciar una excavación a cielo abierto, si bien se desconoce el final del pozo.