Atrás quedaron los años en los que Bilbao era considerada una ciudad gris e industrial. El cambio de siglo ha supuesto un antes y un después para la capital vizcaína, convirtiéndose en los últimos años en el lienzo de arquitectos de renombre como Norman Foster o Frank Gehry. Aunque algunos de los nuevos edificios han generado polémica, como es el caso del puente de Calatrava, son pocos los bilbaínos que no sacan pecho a la hora de hablar de las obras acometidas en los márgenes de la ría del Nervión.
Cabe señalar, además, la diferencia entre las construcciones modernas de Bilbao y las realizadas en otras partes de España: mientras que en muchas ciudades lo que pretendían ser edificios emblemáticos han terminado convirtiéndose en obras caras y en desuso, en el caso de Bilbao se ha edificado de manera inteligente, aprovechando necesidades de la urbe para, al mismo tiempo, impulsar la arquitectura de vanguardia.