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Los carriles 'antiatascos' de la DGT: cuántos hay y cómo funcionan
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EVITAR EL COLAPSO

Los carriles 'antiatascos' de la DGT: cuántos hay y cómo funcionan

Existen diferentes soluciones para descongestionar los atascos en los accesos a las ciudades y las autopistas, cada uno con sus propias normas

Foto: Atasco en la salida de la A2. (EFE/Kiko Huesca)
Atasco en la salida de la A2. (EFE/Kiko Huesca)

Vacaciones de Semana Santa, verano, puentes o las entradas y salidas de la ciudad a primera hora en los días laborables, son algunas de las principales causas de esos atascos que desesperan a cualquiera. Con el fin de dar fluidez al tráfico de la vía, existen ciertas soluciones para modificar la configuración de una vía en momentos puntuales de riesgo de colapso.

Se trata de los carriles para 'desatascar' calles y carreteras, que pueden ser de varios tipos: en sentido contrario al habitual, adicionales, bus-VAO y reversibles. Cada uno de ellos con sus propias normas para utilizarlos y circular con seguridad, según explican desde la Dirección General de Tráfico (DGT).

Los de sentido contrario al habitual son los carriles 'antiatascos' más habituales, frecuentes en autopistas y autovías en días de gran afluencia circulatoria. Por ellos solamente están autorizados a circular turismos sin remolque y motos. Para que esto se produzca, se procede a abrir la mediana y se utiliza uno de los carriles contrarios para circular en dirección del atasco.

placeholder Carril en sentido contrario (DGT)
Carril en sentido contrario (DGT)

De esta forma, la parte atascada de la vía gana temporalmente en capacidad. Para circular por un carril en sentido contrario al habitual es obligatorio encender las luces de cruce día y noche y mantener la velocidad entre 60 y 80 kilómetros por hora. En los carriles contiguos, las luces cortas también son obligatorias. Y, ante la ausencia de ‘escapes’ laterales, una separación frontal adecuada es más recomendable y necesaria que nunca.

Los carriles Bus-VAO

También están los carriles adicionales, que son los más habituales en carreteras convencionales, en la que hay una sola calzada para cada sentido. En este caso, se abre un carril extra 'empujando' a los vehículos desde el centro hacia los arcenes. Debido a la estrechez de los carriles, conviene seguir estrictamente su normativa: la velocidad se limita entre 60 y 80 kilómetros por hora, las luces de cruce son obligatorias de día y de noche y no está permitido su uso a bicicletas, ciclomotores, vehículos especiales hasta 3.500 kilogramos, de atracción animal y personas con movilidad reducida.

Foto: Los menores de edad llevarán vehículos eléctricos de 90 km/h. (iStock)

Los carriles para Vehículos de Alta Ocupación (VAO) están destinados a dar prioridad a la circulación de vehículos con pasajeros en momentos de mucho tráfico. Por ello, los Bus-VAO están reservados para motocicletas, turismos, vehículos mixtos y autobuses, además de vehículos 100% eléctricos y algunos híbridos enchufables con un único ocupante. La velocidad para circular por estos carriles es la misma que la de la propia vía.

Carriles adicionales: entre 60 y 80 km/h y luces de cruce obligatorias

Por último, los reversibles son la variación urbana del carril en sentido contrario y se puede habilitar en una dirección u otra dependiendo de las necesidades del tráfico. Los conductores pueden cerciorarse del sentido del carril gracias a los cuadrados con flechas que se colocan en la parte superior de la carretera. Las normas viales de estos carriles son idénticas a las del resto de la calzada.

Vacaciones de Semana Santa, verano, puentes o las entradas y salidas de la ciudad a primera hora en los días laborables, son algunas de las principales causas de esos atascos que desesperan a cualquiera. Con el fin de dar fluidez al tráfico de la vía, existen ciertas soluciones para modificar la configuración de una vía en momentos puntuales de riesgo de colapso.

Dirección General de Tráfico (DGT)
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