La 'detective' de los coches clásicos: Laura Kukuk, una ingeniera que se rifan en todo el mundo
"Hoy Milán, mañana Londres, pasado mañana Nueva York": a sus 30 años, esta alemana se ha convertido en una especialista en coches clásicos solicitada a nivel internacional por sus conocimientos y las avanzadas técnicas que emplea
Con más de 33.000 seguidores en Instagram, Laura Kukuk se ha convertido en una de las ingenieras más solicitadas entre los especialistas y amantes de los coches clásicos. Y no solo por su crecimiento en las redes sociales, sino porque, con tan solo 30 años, esta alemana forma parte ya del jurado del Concurso de Elegancia de Pebble Beach o del Concurso de Elegancia de Villa d'Este desde 2017, dos de los eventos más prestigiosos en el mundo de los clásicos a nivel internacional. Afición y conocimientos heredados de su padre, ya que junto a él dirige la empresa de ingeniería Kukuk en Overath, a unos 30 kilómetros al este de Colonia.
Kukuk explica que su trabajo es global: "Hoy Milán, mañana Londres, pasado mañana Nueva York. Muchos viajes para determinar la originalidad de un vehículo o el valor de una rareza. Detrás de cada coche hay personas especiales y su historia. Esa es la fascinación que me mueve". Ella y su padre son conocidos en el mundo de los clásicos por utilizar métodos científicos para obtener los datos más objetivos posibles de cada coche. "Consideramos que la fuente es el propio vehículo, y no solo lo que está escrito en los periódicos", afirma. Para ello, utilizan escaneado 3D, la medición del grosor de las capas de pintura, los ultrasonidos y la espectroscopia para el análisis de materiales y la dotación. A modo de ejemplo, Kukuk relata uno de sus últimos trabajos: "En un Porsche 911 Carrera RS 2.7, la chapa tiene un grosor de 0,88 milímetros. Pero para la versión aligerada son solo 0,80 milímetros; y hay que determinar científicamente esta pequeña, pero decisiva, diferencia de 0,08 milímetros en una evaluación".
Para entender cómo es su día a día, Kukuk se centra en uno de sus trabajos recientes, con un Porsche 934 Turbo RSR amarillo brillante de 1976 como protagonista, un coche que compitió en Le Mans. "En el sur de Inglaterra, debía examinar el coche de carreras para el posible comprador. El cliente llevó a su mujer y a sus hijos a la cita. Lo primero que hicimos fue arrancar el motor, y a todos se les puso la piel de gallina. Fue bonito sentir ese entusiasmo de toda la familia. Después, cuando me tumbé debajo del coche y vi las marcas de desgaste, inmediatamente se reprodujo ante mis ojos una película de cómo tocaba los bordillos en Le Mans".
No obstante, pese a su competencia y experiencia, sus trabajos no siempre son bien recibidos: "Soy joven, mujer, rubia y a veces comunico hechos desagradables. No todo el mundo lo lleva bien, exactamente en ese orden".
Prácticas en Woking
Kukuk explica a Christophorus, la revista para clientes de la marca Porsche, que el mundo de los clásicos siempre despertó su curiosidad. De hecho, antes de acabar el bachillerato ya hizo prácticas en un preparador de Porsche y en el equipo de carreras Kremer Racing. Pero, después, no estudió diseño de automóviles como había planeado en un principio, sino ingeniería mecánica y tecnología del automóvil.
Más adelante, siguió su aprendizaje con unas prácticas en McLaren Automotive, donde estuvo un año como ingeniera de desarrollo en Woking, Inglaterra. Tras finalizar sus estudios, se incorporó a la empresa familiar. "Me atraía explorar la historia y el alma de un coche clásico en lugar de crear algo más bien anónimo como ingeniera", afirma. Además, ahora Kukuk es profesora de restauración de vehículos en la Universidad Técnica de Colonia.
Con más de 33.000 seguidores en Instagram, Laura Kukuk se ha convertido en una de las ingenieras más solicitadas entre los especialistas y amantes de los coches clásicos. Y no solo por su crecimiento en las redes sociales, sino porque, con tan solo 30 años, esta alemana forma parte ya del jurado del Concurso de Elegancia de Pebble Beach o del Concurso de Elegancia de Villa d'Este desde 2017, dos de los eventos más prestigiosos en el mundo de los clásicos a nivel internacional. Afición y conocimientos heredados de su padre, ya que junto a él dirige la empresa de ingeniería Kukuk en Overath, a unos 30 kilómetros al este de Colonia.