La nueva movilidad urbana crecerá el doble de rápido que la convencional hasta 2030

La nueva movilidad urbana, aquella que comprende el conjunto de modos de transporte compartido y servicios digitales que van más allá del transporte público convencional y de los automóviles de propiedad privada, es precisamente la que más crecerá durante la próxima década. Lógico y previsible probablemente, pero ahora sabemos que lo hará el doble de rápido que la movilidad tradicional, lo que podría desembocar en beneficios potenciales para el clima, la reducción de la contaminación y la mejora de la calidad de vida en las ciudades.

Al menos es así como concluye un reciente informe elaborado por el Oliver Wayman Forum y el Instituto de Estudios de Transporte (ITS) de la Universidad de California, en Berkeley, que ha analizado cómo se comportarán trece modos distintos de movilidad urbana alternativa y servicios complementarios digitales hasta el año 2030. Un estudio que pronostica la evolución del alquiler de automóviles, del uso del coche compartido y de los servicios de suscripción de vehículos, así como la utilización de los servicios de transporte de pasajeros (taxis y VTC), y del carpooling y buspooling. También se incluye el uso de ciclomotores eléctricos, bicicletas compartidas y patinetes eléctricos, así como los servicios de recarga de vehículos eléctricos, de navegación y de pago inteligente por aparcamiento.

El estudio vaticina un crecimiento promedio de casi el 10% anual para la nueva movilidad, frente al 5% de aumento para el sector de la movilidad en general, esperándose así que los nuevos servicios generen unos ingresos anuales de unos 660.000 millones de euros en 2030, frente a los 260.000 millones del 2020. Este crecimiento de la nueva movilidad se verá impulsado por unos servicios semimaduros y emergentes, que también se espera que crezcan a una media del 23% anual, es decir, cuatro veces más rápido que el mercado global de la movilidad general.

Ahondando en algunos elementos particulares, los servicios de recarga de vehículos eléctricos, por ejemplo, deberían aumentar globalmente su mercado en alrededor de un 35% al año para así alcanzar los 12.000 millones de euros en 2030, lo que reflejaría la significativa expansión en las ventas de vehículos eléctricos, especialmente en Europa. También se espera que las bicicletas eléctricas crezcan un 10% al año a nivel global, alcanzando los 15.000 millones de euros en 2030. En ese ámbito concreto, Asia representa el 90% del mercado mundial, y se espera que tenga el mayor crecimiento regional. En cuanto al ciclomotor eléctrico compartido, para este se anticipa que el mercado general crezca a un ritmo anual del 23%, para alcanzar los 7.000 millones de euros en 2030.

Por otro lado, el carpooling podría alcanzar los 21.000 millones de euros a finales de esta década, con lo que habría crecido un 14% anual, siendo Norteamérica la región donde se espera mayor actividad; al igual que en los servicios de pago por estacionamiento inteligente, que también domina Norteamérica. Se estima que el mercado global se expanda a un ritmo anual del 34% para alcanzar así los 32.000 millones de euros en 2030.

Europa, líder en micromovilidad

Si se analizan los distintos crecimientos dependiendo de la región, y teniendo en cuenta que el estudio examina solo Europa, América del Norte y Asia, cabe destacar que los nuevos servicios de movilidad evolucionarán a diferentes velocidades en cada una de ellas. Por volumen de ingresos, la nueva movilidad en Europa pasará de los 56.800 millones de euros en 2020 a generar casi 144.000 millones en 2030, manteniendo su cuota del mercado global en torno al 20%. Además, en el viejo continente, donde las ciudades están densamente pobladas, se espera un mayor protagonismo de la micromovilidad (bicicletas, ciclomotores y patinetes), y también se prevé que experimente la mayor expansión en el número de vehículos eléctricos y servicios de recarga, a medida que Europa supere a Asia para convertirse en la región con más rápido crecimiento en movilidad eléctrica en los próximos años.

Y es que en este tipo de movilidad, la micromovilidad, Europa es líder en el uso compartido de ciclomotores, con el 70% del mercado mundial en 2020, ya que se muestran como una buena solución a los desafíos de desplazamiento y tráfico en las ciudades, con el ejemplo de París, que está liderando ese crecimiento. Se pronostica que de los 4,2 millones de usuarios europeos en 2020 se pase a 29,7 millones en 2030, con ingresos totales para la región que aumentarán desde 400 millones de euros en 2020 a 3.200 millones en 2030.

Asimismo, las bicicletas son un medio de transporte común en nuestro continente, y se espera que su uso aumente mientras se avanza en la consecución de los objetivos de cero emisiones y neutralidad de carbono. Ahora bien, según el informe, el uso compartido de bicicletas en Europa ha alcanzado la madurez, y se espera que crezca relativamente poco, pasando de los 600 millones de euros en 2020 a los 1.000 millones en 2030. Los patinetes eléctricos son particularmente prácticos en nuestro continente para la llamada última milla cuando se integran con el transporte público, y se ven favorecidos por la alta aceptación general de la movilidad compartida por parte de los europeos, previéndose que el mercado crezca de 300 a 3.000 millones en los diez años que van de 2020 a 2030.

Por su parte, Norteamérica, que representó aproximadamente una cuarta parte del mercado de movilidad en 2020, con un valor de 66.300 millones de euros, mantendrá esa misma proporción en 2030, ya que los ingresos aumentarán por encima de los 175.000 millones. En cuanto a Asia, está previsto que disminuya ligeramente su cuota, pues si en 2020 suponía el 52% de la nueva movilidad a nivel global, en 2030 supondrá el 51%.

En lo que respecta al vehículo eléctrico, Europa será el mercado líder, y también el de más rápido crecimiento en servicios de recarga, y se espera que los vehículos eléctricos con batería crezcan mucho más rápidamente que los híbridos enchufables. Y es que las ventas de automóviles eléctricos de pasajeros se dispararon un 143% en 2020 frente a 2019 (con el liderazgo de Noruega y Holanda) hasta superar al mercado chino, gracias en parte a los incentivos proporcionados por las autoridades como subvenciones a la compra, subsidios para cargadores comerciales de vehículos eléctricos y ventajas para el estacionamiento. Así, se espera que el crecimiento en el parque de vehículos eléctricos sea mayor en Europa que en otras regiones, y los autores del informe pronostican también que el número de vehículos eléctricos en la carretera pase de los tres millones de 2020 a los 74 millones en 2030, suponiendo un crecimiento del 41% al año; con la consiguiente expansión necesaria de las redes de recarga. Gracias a eso se prevé que los ingresos que genere el sector de la recarga eléctrica aumenten desde los 200 millones de euros del inicio de la década hasta los 5.800 millones a finales de la misma.

Por último, Europa lidera también, entre esas tres grandes regiones, el uso de servicios de pago de estacionamiento inteligente, con una digitalización ya madura en países como Estonia, Holanda y Suecia. El crecimiento vendrá de la digitalización de mercados inmaduros como puedan ser Italia o España; previéndose un incremento de los ingresos desde los 1.000 millones de euros en 2020 hasta los 10.000 millones en 2030.

Precisamente en estos servicios de pago por estacionamiento inteligente, es donde Norteamérica crecerá a mayor ritmo, ya que sus habitantes han confiado durante mucho tiempo en los automóviles por el alto porcentaje de la población que vive en los suburbios de las ciudades y la relativa inconsistencia del transporte público. Se espera que este mercado de estacionamiento inteligente en América del Norte supere en 2025 a Europa, actual líder, con unos ingresos previstos de 7.900 millones de euros para ese mismo año y de 21.000 millones de euros para 2030; cuando la cifra generada en 2020 era de solo 700 millones de euros en esa región.

Por último, Asia cuenta con muchas zonas donde el uso de bicicletas o ciclomotores tiene una larga tradición, lo que hace de ellas áreas más abiertas a los servicios compartidos y a la micromovilidad. Además, se percibe potencial para seguir creciendo gracias a los teléfonos inteligentes y a los nuevos servicios.