Rolls-Royce Droptail, o cómo dos creaciones únicas elevan el lujo sobre ruedas a otro nivel

En cada uno de sus nuevos modelos, Rolls-Royce nos tiene acostumbrados a presentar auténticas obras de arte sobre ruedas, donde el lujo, la exclusividad y la artesanía son pilares fundamentales en el fabricante británico. Y en esta ocasión, no iba a ser diferente. De hecho, esta vez el summum es todavía mayor, pues no estamos ante un nuevo modelo como el Spectre, el primer eléctrico del fabricante que llegará a finales de año, sino ante una serie especial llamada Droptail, que constará de cuatro modelos únicos destinados a clientes muy selectos de la firma británica, y dos de ellos ya han sido desvelados.

El primero se llama Rolls-Royce La Rose Noire Droptail, y para entender el sentido y significado de su diseño, materiales o colores empleados en él, la marca afirma haberse inspirado en la rosa Black Baccara, una flor originaria de Francia y anhelada por la madre de la familia que ha encargado esta versión. Una familia desconocida hasta el momento. Por ello, este Rolls luce en la carrocería exterior un complejo tono True Love, que al igual que la rosa, cambia de color según el punto donde se mire. Para ello, los especialistas de la marca han desarrollado un proceso de pintura completamente nuevo, que se perfeccionó en 150 iteraciones diferentes. Y aunque el color es un secreto guardado, sí se ha revelado que para conseguir este efecto, a una capa base le siguieron otras cinco capas de laca transparente, cada una de ellas mezclada con un tono rojo ligeramente diferente.

Este Rolls-Royce también se caracteriza por el techo rígido extraíble que incorpora. Por lo tanto, sin techo, el La Rose Noire Droptail se convierte en un descapotable, y si se desea instalar el techo, en un cupé. Además, en esta versión, la marca inglesa ha hecho un techo muy bajo, y hace que el diseño parezca más alargado. De hecho, este techo completamente personalizado cuenta con una sección de vidrio electrocrómico, que cambia instantáneamente a un tono casi translúcido con solo tocar un botón. De este modo, los ocupantes pueden mirar hacia el cielo y verlo con total claridad.

En su exclusivo diseño, Rolls-Royce ha destacado algunos puntos. Por ejemplo, algunos de los detalles encargados por este exclusivo cliente y su familia, como las aletas de la parrilla. Estas lucen la tonalidad mencionada True Love, y se ha aplicado a mano, un detalle refinado que solo es visible a través de un reflejo indirecto. Además, la entrada de aire frontal inferior ha sido diseñada digitalmente e impresa en 3D en un compuesto liviano e incorpora 202 lingotes de acero inoxidable pulidos también a mano, cada uno ellos con el tono True Love.

Por otro lado, las llantas de aleación están acabadas en un color oscuro bautizado como Mystery, y son un guiño a la flor, pues de lejos el acabado parece negro, pero al examinarlo más de cerca, la luz revela matices en rojo oscuro. La pintura se aplica a toda la superficie de la llanta y luego, mediante un proceso de fresado de diamante de alta precisión, se eliminan áreas de la pintura para exponer detalles del material de aleación base que luego se pulen. Además, también destacan por su gran tamaño: 22 pulgadas.

Un glamuroso interior

Y es que si el exterior de un Rolls-Royce ya destaca por sus lujosos detalles, entrar en el interior es toda una experiencia. Prueba de ello es ver algunos de los datos que el fabricante inglés revela tras casi dos años de desarrollo: incorpora 1.603 piezas en madera negra procedentes de Francia, cortadas, lijadas y colocadas a mano. También hay piezas en gris claro u oscuro, que presentan su tono natural fruto de su color original. En cambio, las piezas rojas sí han tenido que ser pintadas. De hecho, Rolls-Royce ha pensado en todo, y para evitar que pierdan color con el tiempo, los artesanos de la marca han dedicado un año a desarrollar una nueva fórmula de laca para protegerlas.

Otra curiosidad es que para montar el interior, desde el panel trasero, las puertas o el tablero del coche, el montaje requería una concentración máxima. Y para evitar que alguna pieza no estuviera perfecta, los empleados de Rolls-Royce no podían dedicar más de una hora seguida al día, ni más de cinco horas en total por día. Y esto no es todo: trabajaron en absoluto silencio en un espacio insonorizado para evitar posibles distracciones.

Un reloj singular

Uno de los detalles más espectaculares del Rolls-Royce La Rose Noire Droptail es el reloj de Audemars Piguet en el salpicadero, una petición expresa de la familia. De hecho, producir e instalar el reloj ha sido todo un desafío, ya que los clientes pidieron que fuera montado en el automóvil, pero también desmontable, para poder sujetarlo con una correa y usarlo como reloj de muñeca. Una función lograda gracias a un mecanismo de cierre eléctrico con solo tocar un botón.

Si se retira el reloj, la apertura resultante se cubre con una moneda de oro blanco que muestra un grabado de una rosa, esculpida por Audemars Piguet. Y si se desea volver a colocar el reloj en el salpicadero del coche, en los compartimentos de la puerta se incluye una bolsa de cuero para guardar la correa.

Rolls-Royce Amethyst Droptail

Este es el segundo modelo de los cuatro Droptail que Rolls-Royce irá presentando paulatinamente. Y de nuevo, por privacidad, se desconoce el exclusivo cliente al que recalará, aunque la marca inglesa sí ha desvelado que se trata de una persona con una importante colección de obras de arte, exclusivos automóviles y joyas preciosas. De hecho, si la primera unidad se basaba en la flor Black Baracca, el mencionado cliente encargó a Rolls-Royce que se inspiraran en la gema amatista, un símbolo de pureza, claridad y resistencia. Dicho y hecho, pues Rolls-Royce respondió a la petición fijándose en otra flor silvestre denominada Globe Amaranth.

Por ello, este Amethyst Droptail luce en el exterior una pintra bitono, como muestra de las etapas de florecimiento de la flor. El tono principal es un contraste de color violate intenso, con púrpura suave y matices plateados realzados con finas motas de aluminio en polvo. Esta se complementa con unas llantas de 22 pulgadas que, a la luz de sol, revelan toques suaves de pintura malva en el interior de las mismas.

Y como todo Rolls-Royce, esta unidad también esconde procesos tediosos en su desarrollo. Por ejemplo, el exterior está acabado con un tratamiento complejo de la fibra de carbono utilizado para construir las secciones inferiores del automóvil. Al igual que en la parrilla Pantheon, ya que las piezas que la forman han sido parcialmente cepilladas y pulidas a mano. Un tratamiento que nunca antes se había hecho en ningún modelo de la marca. De hecho, fue una idea del hijo del dueño del vehículo, un trabajó que supuso más de 50 horas de trabajo colectivo.

Madera y cuero en el interior

Todos los materiales empleados en el habitáculo del Amethyst Droptail han sido seleccionados personalmente por el cliente y su familia. Y en él, la madera y el cuero son los protagonistas. Un proceso en el que los especialistas en madera de Rolls-Royce lidiaron con el desafío de obtener material con el mismo color que el cuero, una tarea que les llevó más de seis meses y requirió que los especialistas revisaran más de 100 tipos de madera antes de dar con la pieza perfecta.

El tono principal del cuero, denominado Amatista, complementa la superficie exterior y está acabado con una sutil laca nacarada, que recuerda el brillo de la preciosa piedra preciosa que da nombre al automóvil. Además, en el Amethyst Droptail, Rolls-Royce ha creado la superficie de madera más extensa de su historia, ya que se extiende por numerosas partes del coche, entre ellas, por la cubierta trasera, convirtiéndose en la única superficie de madera del mundo que produce carga aerodinámica en un automóvil.

Una pieza única, que requiere un cuidado único, ya que Rolls-Royce quiso garantizar que su cliente pudiese disfrutar del vehículo en cualquier clima del mundo, y para ello, la madera del coche se ha sometido a multitud de pruebas. En concreto, se hicieron más de 150 test con una duración de 8.000 horas, que incluyó una simulación completa de la exposición a la luz solar y una evaluación de la resistencia a la lluvia, así como pruebas de durabilidad en temperaturas que oscilan entre +80°C y -30°C.

Este segundo Rolls-Royce Droptail también incorpora techo rígido extraíble, pero con una diferencia. Y es que el cliente pidió que el cristal tuviese la combinación de colores del coche. Por ello, la marca inglesa ha desarrollado un efecto camaleónico único. Cuando se desactiva, es completamente opaco y tiene un tinte púrpura, que refleja el acabado exterior Amethyst del automóvil. Una vez que el vidrio se activa con solo tocar un botón, se vuelve translúcido con un tono que coincide con el color del cuero Sand Dunes utilizado en el interior.

Y en esta unidad, el reloj del interior es obra de la casa suiza de alta relojería, Vacheron Constantin. Hecha a mano, la pieza, denominada Les Cabinotiers Armillary Tourbillon, está alojada de forma segura en un soporte especialmente diseñado, lo que permite retirarla y guardarla por separado del automóvil si se desea.