Probamos la gama QJ Motor, que quiere ser protagonista en el mercado de la moto

La industria motociclista de China, al igual que sucede en el mundo automovilístico, ha tomado conciencia de que puede jugar un papel protagonista; que, de hecho, ya tiene, puesto que es fabricante para muchas otras reconocidas marcas. Pero ahora está en condiciones de ofrecer un producto personal, con nombre y apellidos. En los últimos cinco años hemos asistido a la llegada de diferentes fabricantes chinos que han ido buscando su espacio en el mercado español, en general de un modo especializado, buscando un segmento concreto del mercado en el que asentarse y consolidarse para, posteriormente, ampliar su espectro.

No es habitual que un fabricante haga una entrada tan intensa y variada como la que protagoniza QJ Motor, pero ni la marca china ni el Grupo Bordoy, su importador en nuestro país y responsable de su implantación en España, encajan en el ámbito de lo convencional.

"El potencial de esta empresa es brutal", nos decía Jordi Bordoy, que junto a su hermano Albert acaba de llegar precisamente de una intensa visita a la factoría de QJ Motor en China, donde además tuvieron la oportunidad de conocer y probar personalmente el producto. Ese contacto directo con la fábrica les ha hecho comprender el potencial de la marca china. En España, su catálogo abarca tres segmentos, Adventure, Street y Custom, con un total de nueve modelos, motos de entre 125 cc y 800 cc.

Durante la presentación vespertina de la gama también nos explicaron que la oferta de QJ es muchísimo más amplia, sencillamente porque China es un mercado tan inmenso y variado que producen una gran variedad de modelos para dar satisfacción al interminable mercado del país. Es otro concepto y son otras dimensiones. A escala europea no resultaría práctico ni rentable para un fabricante operar así, pero en la inmensidad de China, de momento, no acusan problemas. Esto propicia que, por ejemplo, desarrollen plataformas diferentes sobre la misma cilindrada, y eso lleva a ofrecer productos muy variados, de carácter diferente.

La lógica de la economía de escala, que es una norma que ponen en práctica todos los fabricantes como podemos comprobar echando un vistazo a cualquier marca, de momento no se aplica en China. "Hay una gran variedad de plataformas en QJ porque China es un mercado abierto a muchas opciones, y que, por ahora, resulta rentable por el enorme volumen de su producción", nos explicaban.

Nuevo pensamiento

Desde la mentalidad europea, cuesta entender este planteamiento, pero forma parte de la idiosincrasia de la marca. Precisamente, el Grupo Bordoy hace énfasis en esta particularidad, y al hablar de QJ Motor nos invita a abrir nuestras mentes y tener "nuevas formas de pensar".

Este nuevo pensamiento se traduce en abordar un segmento importante del mercado, las motos. Porque de momento, que sepamos, pues los responsables de la marca no sueltan prenda, no está previsto introducir scooters QJ Motor, que haberlos haylos. Se ha hecho una detallada evaluación por segmentos, y esta ofensiva de la marca china abarca prácticamente un 50% del mercado de motos (que el Grupo Bordoy evalúa en unas 76.000 unidades el año pasado), aunque en España, recordémoslo, el segmento predominante es el scooter.

Dentro de su oferta, la familia Adventure se compone de cuatro modelos: SRT 800, SRT 800 X, SRT 700 X y SRT 550, todas con motores bicilíndricos, y las de mayor cilindrada se presentan también en versión A2. El grupo Street lo componen tres modelos: SRK 700, SRK 400 y SRV 550, bicilíndricos igualmente, y el mayor de todos también en versión A2. Y la familia Custom cuenta con dos modelos: SRV 300, con un motor bicilíndrico en V, y la monocilíndrica SRV125. Por la complejidad y variedad de sus precios y las promociones actualmente en curso, incluimos una relación precisa con esa información al final del texto, pero conviene recordar ahora que, siguiendo la política comercial del Grupo Bordoy, se ha hecho un importante esfuerzo en el apartado posventa, puesto que QJ Motor ofrece seis años de garantía, una garantía directa de fábrica que, además, puede ser transferible en caso de vender la moto antes de que se cumpla ese plazo.

En marcha

En nuestra intensa toma de contacto por las carreteras de la comarca del Moianés, en Barcelona, probamos cinco modelos de la gama. El primero fue la SRK 700, una naked que disfruta de buena potencia (73,4 CV) y que está disponible en versión A2. Su estética moderna y vanguardista está acorde con la modernidad del diseño actual. De posición confortable, no es difícil sentirse a gusto sobre ella. El motor responde con energía y sin vibrar, ofrece un reglaje de suspensiones más que adecuado, se mueve con agilidad y ofrece un buen agarre. Es una incansable devoradora de curvas y hará las delicias en las salidas de fin de semana.

Dentro de la familia Street, la SRV 550 tiene un planteamiento completamente diferente. Su estética retro tiene un indudable atractivo. A mí me costó cogerle el punto en los primeros kilómetros, porque me subí a ella tras bajarme de la custom SRV300, pero enseguida percibes un motor sobresaliente. Tiene 47,5 CV, por lo que se engloba dentro del permiso A2, así que cubre un amplio espectro de usuarios. Además, la baja altura del asiento (785 milímetros) hace que resulte accesible a cualquiera. La docilidad del motor y su aprovechamiento hizo que fuera un disfrute conducirla, es fácil de llevar y responde al menor requerimiento del gas, y tanto en frenos como suspensiones es completamente eficaz. No cabe duda de que estamos ante un modelo muy atractivo.

De la gama Custom probamos la SRV 300, que sorprende con su motor, un inédito V2 de 296 cc, configuración muy rara de encontrar, que ofrece sus buenos 30 CV. Su estética cumple con los cánones de las custom más clásicas, por lo que puede ser una excelente puerta de acceso para los que quieran adentrarse en este tipo de motos. A pesar de su reducida cilindrada, el motor empuja con ganas y la moto cumple sobradamente, y más al ritmo al que tuvimos que llevarla con el resto del pelotón QJ por las retorcidas carreteras de nuestro recorrido, un ritmo que, por lo general, no es el habitual entre sus usuarios convencionales.

La gama Adventure estaba representada por su modelo SRT 800, tanto en la versión asfáltica como en la más orientada al off road, que es la SRT 800 X, dotada de una llanta delantera de 19 pulgadas y cerco de radios. Es lo único que las distingue. Bueno, también su diferencia de peso, ya que la versión asfáltica es seis kilos más ligera. En ambos casos tienen motor bicilíndrico de 76 CV, con versión limitada para el permiso A2. Destaca su amplia pantalla de instrumentación TFT de 7 pulgadas, que ofrece una completa información. La posición de conducción es natural y confortable, y el motor rinde a buen nivel. El comportamiento es óptimo, con una buena parte ciclo, aunque se notan los kilos, porque la SRT 800 pesa 254 kilos, y su hermana X llega a los 260. Es un peso importante, pero dinámicamente se comporta muy bien gracias a su buen equipamiento y a su cuidada ergonomía, que hace que sea fácil moverse sobre ella. Cuenta con una amplia pantalla que protege sobradamente, y también dispone de cubremanetas, lo que potencia su opción como moto de turismo, porque presume de asientos amplios y cómodos, y un gran depósito de 18,5 litros de capacidad.

El último modelo probado fue la SRT 550, moto bicilíndrica con motor de 554 cc, la misma cilindrada de la SRV 550, pero que no tiene nada que ver con este. A pesar de un rendimiento de potencia similar (47,6 CV), se trata de dos plataformas cuyo desarrollo ha sido independiente, reafirmando esa peculiaridad del fabricante chino y su respuesta al mercado con modelos desde cero, sin aprovechar propulsores ya existentes en otros modelos. La SRT 550 es una trail asfáltica, con llantas de aleación de 17 pulgadas y un motor muy elástico y utilizable, que tiene una excelente respuesta a cualquier régimen. Personalmente, fue la moto con la que más cómodo y a gusto me sentí; es ágil y manejable, y fue una verdadera sorpresa descubrir que su peso es de 235 kilos, porque no transmite la sensación de arrastrar tantos kilos. Es estable y frena bien, tiene un equipamiento completo, buena protección aerodinámica y, como veremos en los precios, su factura es muy competitiva, sin olvidarnos de su promoción.

Con esta primera toma de contacto, QJ Motor ha hecho una verdadera demostración de intenciones. Tal es la variedad de su catálogo que prácticamente tiene un modelo a la medida de cada usuario. Próximamente realizaremos pruebas más a fondo para poder adentrarnos con profundidad en una marca que llega con muchas aspiraciones al mercado español.

Precios y promociones

SRT 800 X, con motor Full de 76,1 CV y precio de 10.499 euros (ahora 9.352 euros, y seguro y maletas gratis).

SRT 800 X A2, con motor de 47,5 CV y precio de 9.999 euros (ahora 8.999 euros, y seguro y maletas gratis).

SRT 800, con motor Full de 76,1 CV y precio de 9.926 euros (ahora 8.832 euros, y seguro y maletas gratis).

SRT 800 A2, con motor de 47,5 CV y precio de 9.499 euros (ahora 8.499 euros, y seguro y maletas gratis).

SRT 700 X, con motor Full de 74 CV y precio de 8.832 euros (ahora 8.313 euros, y seguro, matriculación y maletas gratis).

SRT 700 X A2, con motor de 47,5 CV y precio de 8.499 euros (ahora 7.999 euros, y seguro, matriculación y maletas gratis).

SRT 550, con motor de 47,6 CV y precio de 6.499 euros (seguro, matriculación y maletas gratis).

SRK 700, con motor Full de 73,4 CV y precio de 6.962 euros (seguro y matriculación gratis).

SRK 700 A2, con motor de 47,5 CV y un precio de 6.699 euros (seguro y matriculación gratis).

SRK 400, con motor de 41 CV y precio de 5.499 euros (seguro gratis).

SRV 550, con motor de 47,5 CV y precio de 5.999 euros (seguro gratis).

SRV 300, con motor de 30,7 CV y precio de 4.799 euros (seguro gratis).

SRV 125, con motor de 14,9 CV y precio de 3.299 euros (seguro gratis).