Aprilia Tuareg 660, una moto muy eficiente tanto en carretera como en campo

Aprilia llevaba desde 2013 fuera del segmento de las motos trail, en concreto desde que puso en el mercado su majestuosa Caponord 1200. Ahora regresa con la Tuareg 660, una trail media de altas prestaciones, nacida al abrigo del excelente motor bicilíndrico desarrollado en 2020 para la no menos impresionante RS 660, aunque convenientemente adaptada a los requerimientos de su segmento. La escuela trail de Aprilia es larga y variada, desde las primeras Tuareg 125 (de la que ha querido recuperar el nombre) y Pegaso 125, pasando por las Pegaso 650 o las Caponord 1000 y 1200.

Con la Aprilia Tuareg 660 el fabricante italiano recupera un terreno en el que tuvo una importante presencia a finales de los años noventa en el segmento de las trail de media cilindrada, pero en el tiempo actual ese segmento ha evolucionado a un nivel altísimo, ya que el mercado disfruta de motos muy capaces y potentes, y con una proyección mayor, y sin duda que la Tuareg 660 es una de las más destacadas en este floreciente segmento.

Su motor bicilíndrico en línea de 660 centímetros cúbicos alcanza los 80 CV de potencia a 9.250 rpm, con un par motor de 70 Nm a 6.500 rpm. Cuenta con una avanzada electrónica que le permite disfrutar de varios mapas de motor, Urban, Explore y Off Road, además de uno completamente configurable. Los dos primeros tienen ajustes prefijados, mientras que el modo Off Road es completamente regulable y permite desconectar tanto el ABS como el control de tracción, y en el modo configurable se pueden establecer determinados parámetros al gusto del propietario.

La parte ciclo también acompaña en eficiencia y calidad, con buenas suspensiones KYB que son ajustables, y unos frenos que funcionan muy bien. En carretera el primer toque de maneta parece esponjoso, pero una vez que las pastillas muerden el disco la frenada es completamente efectiva.

La configuración del motor en esta nueva generación de motos trail hace que lleguen a ser un poco elevadas de asiento, pero en Aprilia han solucionado bastante bien este problema y la Tuareg 660 es bastante accesible, situado a 860 mm. La posición de conducción es acertada, con un manillar ancho, pero no en exceso, que nos ofrece un control absoluto, una pantalla que protege bastante bien y un asiento cómodo. Con botas de enduro (calzo un 43) al principio me costó un poco encontrar la posición del pie para cambiar de marchas, pero con bota de carretera o calzado normal no tuve el menor problema.

La Aprilia Tuareg 660 cumple más que sobradamente con el concepto trail. En carretera se puede rodar a buena velocidad, con mucha estabilidad a pesar de contar con una estrecha llanta delantera de 21 pulgadas, y una trasera de 18. Es un peaje que hay que pagar si se quiere explotar sus máximas capacidades en los caminos. A pesar de emplear esa llanta, la rueda delantera pisa bien en carretera, se mueve bien de curva a curva y no tienes esa sensación de que la rueda flote sobre el asfalto como sucedía con algunas trail. Hay un buen reparto de pesos y la carga sobre el tren delantero es la adecuada. Además, la horquilla invertida funciona muy bien, le da la suficiente firmeza y transmite confianza.

Como no es muy pesada (187 kilos en seco, 204 llena) se mueve con agilidad, y en las carreteras de curvas su dinamismo engancha. El pasajero también viaja cómodo porque el amplio asiento y unos reposapiés bien posicionados permiten adoptar una postura muy cómoda. Los kilómetros no se hacen notar.

En carretera el motor se aprovecha muy bien. Su respuesta desde bajo régimen es progresiva, pero además tiene una amplia estirada que permite llevar el motor por encima de las 9.000 rpm. Puedes ir a un ritmo constante, pero cuando abres gas con determinación su sonido plano se convierte en un ronco bramido mientras ves que se incrementa la velocidad. Y el buen tarado de serie de las suspensiones acompaña con una dulce respuesta. En carreteras más castigadas, esa suspensión se traga absolutamente todos los baches sin incomodar ni descolocarte.

En ciudad, como el asiento no es excesivamente alto, se llega bien al suelo, y se muestra ágil y desenvuelta en el tráfico urbano, demostrando que es una moto muy útil para el día a día. Además, el consumo medio no es elevado. En nuestra prueba, en la que hemos hecho ciudad, carretera, autopista y campo, el gasto ha estado ligeramente por encima de los cinco litros, lo que unido a los 18 litros de su depósito permite disfrutar de una autonomía superior a los 350 kilómetros.

Sin duda que el gran atractivo de esta prueba era comprobar su rendimiento en campo. Me gustaría hacer una salvedad con respecto a esta moto y a sus compañeras de generación. La moda de las motos trail muy camperas se ha extendido en todas las marcas hasta niveles que resultan exagerados, desde mi modesta opinión. Qué duda cabe que estas motos son muy capaces de rendir al máximo nivel en caminos, pero se está transmitiendo al usuario una idea quizás equivocada, porque parece que son motos adecuadas para exprimir la conducción 'off road' al máximo. Sin duda que en las manos adecuadas lo son, pero no podemos olvidar que son motos de más o menos 200 kilos, con un peso y una inercias enormes, y que nos pueden llevar a situaciones límite. Y, por otra parte, no deja de ser un contrasentido que 'se venda' el concepto aventura que ofrecen los caminos cuando cada día hay más restricciones en el acceso motorizado al medio natural.

El modo de conducción Off Road es excelente, porque te ofrece todo el potencial de la moto sin límites, y si sabes aprovechar sus características disfrutarás mucho. Si tienes la suficiente experiencia y estás seguro de tus capacidades, puedes eliminar todos los controles y gestionar todo con el acelerador. Hay potencia de sobra, no tienes que cebarte con el gas, y además su empuje suave pero constante desde bajo régimen, siempre completamente dosificable, hace que se gane confianza con la Tuareg 660 según vas cubriendo kilómetros.

El modo Off Road permite ajustar los niveles del control de tracción (ATC) y desconectar el ABS. Probé este modo con diferentes niveles de ATC y, sinceramente, me sentía más cómodo con el ATC completamente desconectado o usando directamente el modo Explore. El amplio recorrido de las suspensiones (240 mm) y su acertado ajuste permite que la moto sea muy estable en las zonas más bacheadas y rotas. Subiendo por una pista bastante plana pero cruzada por reguerones y algún escalón y piedra suelta, de pie sobre los estribos la moto superaba los obstáculos sin agitarse ni hacer topes.

Aprilia ha hecho un excelente trabajo con esta moto. La economía de escala es clave en la automoción actual, y el motor bicilíndrico de la Tuareg 660, que pasó primero por la RS 660 y la Tuono 660, ha sido un acierto absoluto de la marca de Noale, que ofrece una moto de primerísimo nivel, absolutamente recomendable por su rendimiento, su tecnología, sus prestaciones y las múltiples posibilidades de equipamiento opcional que ofrece, además de contar con un precio muy competitivo: 11.999 euros.

Ficha técnica. Aprilia Tuareg 660

Motor: bicilíndrico en paralelo, 4 válvulas por cilindro, 660 cc., inyección electrónica.

Potencia: 80 CV a 9.250 rpm.

Par motor: 70 Nm a 6.500 rpm.

Chasis: Multitubular de acero con soportes de aluminio con basculante asimétrico en aluminio.

Suspensiones: horquilla invertida KYB de 43 mm, 240 mm de recorrido, delante; monoamortiguador KYB de 240 mm de recorrido.

Freno delantero: dos discos flotantes de 310 mm de diámetro, con pinzas de 2 pistones.

Freno trasero: disco de 255 mm de diámetro con un pistón.

Neumáticos: 90/90-21 delante, y 150/70-18 detrás.

Peso declarado: 204 kg en orden de marcha.

Distancia entre ejes: 1.500 mm.

Altura de asiento: 860 mm.

Precio: 11.999 euros.