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La tecnología que esconde el nuevo híbrido enchufable de Mazda para reducir las emisiones
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Nuevo MX-30 e-Skyactiv R-EV

La tecnología que esconde el nuevo híbrido enchufable de Mazda para reducir las emisiones

Baterías y motores más ligeros, materiales naturales y reciclados, como corcho y textiles a partir de plástico PET, o pinturas que se secan a bajas temperaturas son algunas de estas innovaciones

Foto: El nuevo MX-30 e-Skyactiv R-EV. (Foto: cortesía de Mazda)
El nuevo MX-30 e-Skyactiv R-EV. (Foto: cortesía de Mazda)

Todos los sectores, en mayor o menor medida, caminan hacia la descarbonización. En el caso de la industria automovilística, esta transición no solo se refleja en la adaptación de sus motores hacia opciones que reduzcan las emisiones, sino a que además lo hagan a lo largo del ciclo de vida del vehículo: desde su fabricación hasta el desgüace.

Este año el fabricante japonés Mazda ha lanzado un nuevo SUV, el MX-30 e-Skyactiv R-EV, que sigue esa sostenibilidad desde el origen. El segundo híbrido enchufable de la marca tras el CX-60 combina un motor eléctrico, que es su principal fuente de propulsión y el que impulsa las ruedas; con uno de combustión de gasolina, que actúa como generador y extensor de autonomía.

La novedad está en que este último, además, es rotativo. Esta tecnología, insignia de los nipones y que no utilizaban desde 2012, conlleva una propulsión más ligera que una de pistones similar e incorpora un sistema de inyección directa de combustible, que distribuye la gasolina de forma más eficiente, evitando pérdidas. Esto contribuye a que el consumo sea más ajustado y, por ende, a una reducción de las emisiones.

placeholder La marca combina un motor eléctrico con uno de rotativo de combustión de gasolina, que actúa como generador y extensor de autonomía. (Foto: cortesía de Mazda)
La marca combina un motor eléctrico con uno de rotativo de combustión de gasolina, que actúa como generador y extensor de autonomía. (Foto: cortesía de Mazda)

También se ha mejorado el sistema de recirculación de los gases de escape (EGR) que, según explican, “trabaja principalmente a bajas revoluciones y cargas bajas del motor, y evita pérdidas por enfriamiento, lo que, de nuevo, repercute positivamente en el consumo”. Finalmente, se han realizado cambios en el tamaño de las juntas del rotor (son más anchas) y en los laterales de las carcasas para rebajar la resistencia al desgaste y a la fricción.

Por su parte, la batería de celdas de ion de litio, de 17,8 KWh, es más liviana y firme. “Para que sea lo más compacta posible, hemos elegido una configuración de alta densidad energética, con los componentes de alta tensión conectados a una barra colectora”, apuntan los japoneses. Está, asimismo, unida a la carrocería del vehículo y gracias a la estructura del sistema de refrigeración, se ha reducido al mínimo la altura de su carcasa.

Esto implica una reducción en el consumo y que la conducción sea más ágil, ya que estas innovaciones permiten aligerar el peso lastrado del coche. Todo ello sin que repercuta en la potencia: el motor eléctrico alcanza 125 KW a 9.000 rpm, es decir, unos nada desdeñables 170 CV.

Corcho y pinturas que secan a baja temperatura

Al igual que ya pudimos ver en la versión 100% eléctrica que Mazda sacó en 2020, en el interior de su PHEV se han usado materiales naturales, como el corcho, en los espacios de almacenajes de la consola flotante central. Este elemento además está muy ligado a los orígenes de la marca, que comenzó su camino fabricándolo. También la tapicería del interior de las puertas está hecha con textiles a partir de plástico PET reciclado y la de los asientos es de un cuero artificial fabricado a partir de agua y no de disolventes. En las puertas delanteras y traseras se han utilizado bioplásticos de alta calidad.

En el exterior, una pistola de alta precisión distribuye los colores sobre la superficie exactamente donde se necesita, reduciendo, de este modo, las pérdidas de pintura. Estas son de nuevo desarrollo y se secan a unos 80ºC, una temperatura "inusualmente baja". “Todas estas medidas han permitido reducir en un 34-37% las emisiones de CO2 derivadas del proceso de pintura multitono”, reconocen desde la firma.

Por último, la electricidad de la primera carga de estos nuevos SUV procede de una planta de energía solar de 1,1 MW instalada en la fábrica que Mazda tiene en su ciudad natal, Hiroshima, desde julio de 2021.

Todos los sectores, en mayor o menor medida, caminan hacia la descarbonización. En el caso de la industria automovilística, esta transición no solo se refleja en la adaptación de sus motores hacia opciones que reduzcan las emisiones, sino a que además lo hagan a lo largo del ciclo de vida del vehículo: desde su fabricación hasta el desgüace.

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