Nuevo Opel Insignia, más ligero y dinámico

Opel comenzará las entregas de su nuevo Insignia en el mes de junio, un modelo completamente diferente a su antecesor, con una estética más dinámica y un equipamiento muy completo cuyos precios experimentan solo un ligero incremento respecto al anterior modelo. Está a la venta en España en una horquilla de precios de entre 28.650 y 37.488 euros.

Opel siempre ha sido un gran especialista en hacer berlinas, como es el caso del Omega, pero cuando lanzó al mercado en el año 2008 el Insignia logró hacer un coche que se posicionó como un paso intermedio entre las berlinas generalistas y las de los fabricantes premium alemanes. Un posicionamiento que le ha permitido vender casi un millón de unidades de las que unas 76.000 se vendieron en España.

Ahora lanza la segunda generación del modelo, con un estética muy llamativa, que pronto tendrá su variante de carrocería familiar, el Sports Tourer. Lo que no habrá en el nuevo Insignia es una variante con carrocería de 4 puertas, que si estaba disponible en el anterior modelo pero que no tuvo una buena aceptación. Y más adelante se lanzará una versión basada en la carrocería familiar pero con un toque más campero, el Country Tourer.

La segunda generación del Insignia destaca por sus llamativas líneas exteriores que le proporcionan un aspecto muy dinámico gracias a su mayor anchura y su altura rebajada con respecto a su antecesor. Eso unido a un frontal más bajo y afilado le hacen más llamativo. Y en el interior el nuevo modelo proporciona una mayor sensación de calidad percibida, como pudimos comprobar en la primera toma de contacto con este nuevo modelo en un recorrido de más de 200 kilómetros en las proximidades de la fábrica de Russelsheim (Alemania).

También destaca el buen espacio interior, sobre todo en la parte trasera. Y es que pese a que el techo de la zona posterior cae para proporcionar ese aspecto coupé tan llamativo, las plazas traseras tienen mucho espacio, tanto en la cota de altura como en espacio para las piernas. Y en cuanto a su maletero, el valor de partida es de 490 litros que llega hasta los 1.665 litros cuando se pliegan los asientos traseros, lo que supone un incremento de 130 litros respecto a su antecesor.

El nuevo modelo ofrece mucha tecnología que abarca desde el sistema adaptativo de iluminación matricial IntelliLux LED que ofrece hasta 400 metros de iluminación, o el sistema de tracción integral con reparto vectorial del par, o los últimos sistemas de asistencia al conductor o el completo Head-up Display. También destacable es la conectividad del Opel Insignia, con el sistema OnStar que incluye ahora nuevas funcionalidades como el Asistente Personal. Éste permite a los ocupantes del Insignia realizar una reserva de hotel o buscar un aparcamiento desde el sistema del coche, entre otras muchas opciones, mediante la ayuda de los asesores de OnStar.

A nivel mecánico también aporta interesantes novedades, como el sistema de tracción integral con reparto vectorial del par que permite enviar más o menos par a cada rueda de manera independiente cuando se hace necesario, o la caja de cambios automática de ocho marchas. Y también nuevas motorizaciones.

En nuestra primera toma de contacto con el nuevo modelo hemos podido conducir diferentes variantes pero el resultado en todos los casos es el mismo con una percepción de mayor agilidad y dinamismo. En este sentido juega a su favor que el nuevo Insignia es mucho más ligero que su antecesor, hasta 200 kilos menos respecto a las versiones equivalentes, lo que unido a unas mecánicas ágiles transmite una gran sensación de dinamismo.

También en ese sentido el conductor disfruta de un placer de conducir aumentado porque al ser un coche más bajo, y al estar el asiento del conductor posicionado también más bajo ofrece una sensación más cercana del coche y de su comportamiento. Esta percepción se ve amplificada cuando rodamos por una carretera de segundo orden con más curvas donde se puede disfrutar al máximo de esta experiencia de conducción.

La gama del nuevo modelo de Opel ofrece un nuevo motor de gasolina de 1.5 litros con turbocompresor, que está disponible con dos variantes de potencia diferentes. El punto de partida es el de 140 caballos con un consumo homologado de 5,7 litros. Por encima encontramos la variante de 165 CV con el mismo valor de consumo. Y como tope de gama en gasolina encontramos el de 260 caballos, una motorización que viene asociada con la tracción 4x4 y con el cambio automático de ocho marchas.

Pero sin duda los modelos clave en el nuevo Insignia seguirán siendo las variantes de gasóleo, si bien estas bajan en el mix de ventas con respecto al anterior modelo. Si en el Insignia actual llegó a ser más del 90% de las ventas para los diesel, en este nuevo debería estar en torno al 75% o por debajo de esta cifra.

En cuanto a los motores diesel, el punto de partida es el 1.6 de 110 caballos con un consumo homologado de entre 4,0 y 4,3 litros según el nivel de acabado del vehículo y por encima el 2.0 de 170 caballos cuyo consumo homologado es de 5,2 litros. Ambos motores están asociados con una caja de cambios manual de seis marchas que ofrecen más suavidad de manejo y unos menores rozamientos y ruidos.

Durante nuestra toma de contacto hemos podido conducir las variantes gasolina de 165 caballos y el diesel de 170 CV, además del tope de gama con el motor gasolina de 260 caballos. En el caso del diesel, además, nuestra unidad incorporaba el Flexride, un sistema que permite configurar diferentes modos de conducción desde uno que potencia el confort de los ocupantes, el modo Tour, o el modo Sport, con unas suspensiones más firmes con el que mejora aún más su dinámica de marcha y se hace aún más deportivo. Además permite un modo de personalización para que el conductor pueda adaptar de manera independiente diferentes sistemas del vehículo. El cambio es bastante rápido y permite sacar el máximo partido de un motor potente que resulta además muy poco ruidoso.

En el caso del gasolina no incorporaba el sistema FlexRide y el coche pierde algo en cuanto a dinámica de marcha, pero su motor es muy agradable de conducir, porque gracias al turbo ofrece una buena elasticidad y hace que sea poco necesario cambiar de marcha, sobre todo si lo que buscamos es hacer una conducción tranquila, cumpliendo con los límites de velocidad.

La prueba con la versión de 260 caballos fue bastante limitada porque solo pudimos hacer unos 20 kilómetros, pero sin duda es un coche con un comportamiento rutero destacable, un vehículo pensado para devorar kilómetros con un fuerte ritmo de marcha y con la máxima seguridad. Lo malo es que cada día hay menos carreteras en las que poder disfrutar de una máquina como esta.

Un último detalle con los sistemas de ayuda a la conducción. El nuevo Insignia cuenta con control de crucero adaptativo con sistema de frenada de emergencia, o la pantalla Head Up Display de proyección de datos sobre el parabrisas que muestra información de velocidad, las señales de tráfico, la velocidad prefijada en el limitador de velocidad o informaciones de la navegación. También la cámara 360º, que gracias a cuatro cámaras individuales permite una visión a vista de pájaro de 360º que hace las maniobras más seguras, o el asistente de mantenimiento de carril que mantiene la posición evitando un cambio de carril involuntario o la alerta de tráfico trasero.

En cuanto a sus precios, como les decía al principio, son ligeramente superiores a los de su antecesor, con aumentos de entre 300 y 800 euros a igualdad de versión pero con un equipamiento bastante más completo. Ya se pueden hacer pedidos pero als primeras entregas a clientes serán en junio. Y a final del verano llegará la variante familiar, el Sports Tourer.