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El largo declive del tabaco toca a su fin con el coronavirus
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El largo declive del tabaco toca a su fin con el coronavirus

La caída de las ventas de cigarrillos en Estados Unidos se frenó el año pasado con el confinamiento por el covid-19 y las polémicas con los vapeadores

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El declive de varias décadas de las ventas de tabaco en EEUU se frenó el año pasado debido a que se fumó más durante el confinamiento y a que las preocupaciones sanitarias sobre los cigarrillos electrónicos y vapeadores provocaron que algunos de sus consumidores volviesen al cigarrillo.

Antes de la pandemia, la venta de cigarrillos por unidades descendía a un ritmo acelerado, llegando al 5,5% en 2019, a medida que los fumadores lo dejaban o se pasaban a alternativas como el cigarrillo electrónico. La pandemia ha puesto freno a ese descenso. En 2020, la venta por unidades de la industria tabaquera de EEUU se mantuvo constante respecto al ejercicio anterior, según datos publicados este jueves por Altria Group, fabricante de Marlboro.

La gente tuvo más oportunidad de fumar porque pasaba más tiempo en casa y tenía más dinero para gastar en el tabaco porque dedicaron menos a gasolina, viajes y ocio, dice Altria. También se bebió más licor, alimentado a los fabricantes de productos alcohólicos. Al mismo tiempo, algunos usuarios de vapeadores volvieron a los cigarrillos tradicionales debido a una subida de impuestos en estos productos y las prohibiciones de los vapeadores con sabor. Además, se generó mucha confusión sobre los efectos sobre la salud del cigarrillo electrónico, según consumidores y autoridades de la industria. Altria no ofreció proyecciones sobre la venta de cigarrillos en 2021 este jueves, alegando que dependería en parte del despliegue de la vacuna del covid-19 y de los cambios en los hábitos del consumidor después de ser vacunado.

placeholder Una persona usa un cigarrillo electrónico. (Reuters)
Una persona usa un cigarrillo electrónico. (Reuters)

Las ventas de cigarrillos en EEUU fueron más sólidas el año pasado que en 2015, cuando los precios del petróleo cayeron bruscamente, lo que permitió a los consumidores disfrutar de más gastos discrecionales, y mucha gente volvió al cigarrillo tras probar los vapeadores de primera generación. Esos productos pioneros no liberaban nicotina de forma efectiva como para satisfacer a algunos fumadores adictos a los cigarrillos. Pero las ventas de cigarrillos electrónicos despegaron de nuevo en 2017, impulsadas por la popularidad de un nuevo vapeador llamado Juul.

Las ventas de cigarrillos eléctricos estaban en auge en otoño de 2019 cuando los centros para el control y la prevención de enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), que estaban investigando un brote de una misteriosa enfermedad pulmonar, aconsejaron a los consumidores no utilizar ningún cigarrillo electrónico. Las ventas se desplomaron. Más tarde, la enfermedad se vinculó con el aceite de Vitamina E presente en vapeadores de marihuana, pero la percepción del consumidor de la seguridad de los vapeadores no se ha recuperado, y las ventas tampoco.

Bisher Kunbargi, desarrollador de 'software' en San Antonio, dejó el Marlboro por los cigarrillos electrónicos en 2018 y volvió a los cigarrillos tradicionales a finales de 2019. "Más vale malo conocido", dice Kunbargi, de 28 años: "Sigo fumando, me va a provocar cáncer, mientras que el vapeador es un territorio sin explorar". Trabajando desde casa con un ordenador en su porche frontal durante la pandemia, dice que está fumando más que antes —hasta 10 cigarrillos al día—. "No puedo hacer 10 pausas al día" en la oficina, explica. En casa "puedo fumar cuando quiera".

Foto: Los cigarrillos electrónicos y las lesiones pulmonares (Reuters)

Las autoridades de salud pública dicen que, si bien el uso del cigarrillo electrónico no está libre de riesgo, conlleva bastantes menos riesgos que fumar cigarrillos, que se asocia con más de 480.000 muertes al año en EEUU. Sin embargo, según un estudio de Euromonitor realizado a principios de 2020, el 73% de los estadounidenses encuestados declaró que los vapeadores eran igual o más perjudiciales que los cigarrillos. Euromonitor anunció que la opinión pública de la seguridad del cigarrillo electrónico empeoró en los 20 países en los que entrevistó. "Esta debilidad es, sin duda, un componente de la relativa solidez de las ventas de cigarrillos en 2020", declaró la empresa de análisis.

"Los adultos que utilizan el cigarrillo electrónico como una alternativa al cigarrillo no deberían volver a él", declara Brian King, director adjunto de la Office on Smoking and Health del CDC y alto funcionario involucrado en la respuesta de la agencia a la enfermedad vinculada a los vapeadores. Deberían considerar utilizar medicamentos para dejar de fumar aprobados por la FDA y, si eligen utilizar vapeadores, deberían dejar los cigarrillos por completo, añade.

Durante la investigación sobre la enfermedad pulmonar, el CDC publicó de inmediato los últimos datos y perfeccionó sus recomendaciones con base en las pruebas científicas disponibles, dice el doctor King. Ahora, el CDC recomienda que la gente evite los vapeadores que contengan THC, el componente psicoactivo de la marihuana, sobre todo de fuentes extraoficiales como amigos, familiares o vendedores físicos u 'online'. Otros adultos fumadores dijeron en las entrevistas que las restricciones de sabores afrutados y mentolados en los vapeadores los habían empujado a volver a los cigarrillos.

El 19,6% de los estudiantes de secundaria dijeron que habían consumido cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días

Para intentar contener un repunte en los menores que consumen vapeadores, la legislación federal aumentó en 2020 la edad legal para comprar tabaco a 21 años y la FDA sacó del mercado algunos cartuchos de recambio de vapeadores con sabores dulces y mentolados. Parece que dichas medidas han funcionado. En un estudio federal desarrollado entre enero y marzo de 2020, el 19,6% de los estudiantes de secundaria dijeron que habían consumido cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días, en comparación con un 27,5% en el mismo periodo el año anterior. Pero los vapeadores también se han reducido entre los adultos. El número de consumidores de 21 años o más en EEUU cayó hasta 9,8 millones el año pasado desde 11,8 millones en 2019, según estimaciones de Altria.

Una portavoz de la FDA declara que los cambios en el consumo de tabaco no se podían atribuir a una sola política o ley. Señala que los consumidores adultos seguían teniendo acceso a productos vapeadores de sabores como cigarrillos electrónicos desechables y sistemas de depósito.

"El covid-19 ha supuesto un cambio drástico en la vida diaria, incluidos mayores niveles de estrés y ansiedad, que pueden haber contribuido a una reducción de las ventas de cigarrillos menor de la esperada", declara. Añade que, como fumar cigarrillos aumenta el riesgo de presentar síntomas más graves con el covid-19, "nunca ha habido un mejor momento para dejarlo".

Foto: Josep Maria Ramon, efe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Bellvitge. (Roca editorial)

Altria, la gran empresa tabaquera de EEUU, ha publicado que las ventas crecieron un 4,9% hasta 6.300 millones de dólares en el último trimestre, desde los 6.000 millones de dólares en el ejercicio anterior. Sus ingresos procedentes de cigarrillos y puros han sido de 5.600 millones de dólares.

El líder del mercado de cigarrillos electrónicos Juul Labs registró 1.900 millones de dólares de ventas en los primeros nueve meses de 2019. En septiembre de ese mismo año, el CDC advirtió a la gente que no utilizara vapeadores y Juul dejó de vender sus cápsulas de recarga de sabores de forma voluntaria ese otoño, adelantándose a las restricciones de sabor federales. Los ingresos de la empresa cayeron hasta los 1.100 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2020, y en el último trimestre fueron de alrededor de 340 millones de dólares. Altria tiene una participación del 35% de Juul.

El declive de varias décadas de las ventas de tabaco en EEUU se frenó el año pasado debido a que se fumó más durante el confinamiento y a que las preocupaciones sanitarias sobre los cigarrillos electrónicos y vapeadores provocaron que algunos de sus consumidores volviesen al cigarrillo.

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