¿Sorpaso económico de China a EEUU a corto plazo? No tan deprisa...

La relativamente rápida recuperación de China de la pandemia ha dado lugar a algunas previsiones aceleradas sobre cuándo superará su economía a la de EEUU en tamaño. Puede que esa sea la pregunta equivocada —si China llega a conseguir el primer puesto, puede que no consiga mantenerlo por mucho tiempo—. Analistas del banco de inversión Nomura han sugerido recientemente que, si el yuan siguiera consolidándose y mantuviera su cambio alrededor de seis yuanes el dólar, la economía de EEUU quedaría eclipsada por la de China en 2026.

La previsión está basada en una extrapolación de las estimaciones del Fondo Monetario Internacional de un crecimiento del 7,9% del PIB nominal en 2025 mirando un poco más allá, y en el supuesto de que la economía de EEUU se mantendrá constantemente por debajo de su crecimiento prepandemia. Ningún dato ni ninguna apreciación constante de una moneda son certeros. Pero incluso dejando a un lado el ritmo de EEUU, las tendencias demográficas y de la productividad harán que mantener las tasas de crecimiento chinas prepandemia sea cada vez más difícil.

La población en edad de trabajar se reducirá. Eso implica que tendrá que mejorar la productividad de forma constante, lo que parece complicado

Incluso si las tendencias de fertilidad mejorasen de la noche a la mañana, el grupo de edad de 20 a 65 años en China se habrá reducido a una décima parte a finales de la década de 2030. En algún punto entre 2035 y 2040, la ratio de dependencia de las personas de edad avanzada —la proporción de personas mayores de 65 años respecto a la población en edad de trabajar— superará al equivalente en EEUU, según proyecciones de Naciones Unidas.

Los componentes del crecimiento son la mano de obra, el capital y la elusiva productividad total de los factores (TFP por sus siglas en inglés). La población en edad de trabajar nacional, tal como se comenta, se reducirá. Eso implica que, a no ser que China consiga atraer muchos más inmigrantes o impulsar drásticamente la participación laboral, necesitará a la larga mantener el crecimiento con mejoras constantes de la productividad. Y ese será precisamente el factor más complicado.

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El beneficio marginal de nuevas inversiones en China se ha estado reduciendo a medida que la deuda se ha disparado. Y el crecimiento del TFP en general se ha ralentizado, hasta solo un 0,7% anual entre 2009 y 2018, caída desde la media del 2,8% en la década anterior a la crisis financiera, según un informe del Banco Mundial de junio de 2020 sobre el potencial de productividad del país.

La convergencia no es una ley económica. A finales de 2019, los niveles de PIB per cápita de Brasil, México y Turquía se situaban muy ligeramente por debajo de su media del periodo desde 1980. Hay otros indicadores de ingresos, que se ajustan a los diferentes poderes adquisitivos de diferentes países. Pero cuando se mide el mero peso internacional, el hecho de que un corte de pelo sea más barato en Chengdu que en Cleveland importa bien poco.

El sorpaso de China a EEUU parece probable si extrapolamos las tendencias recientes, pero implica algunas asunciones importantes —sobre todo, respecto a la productividad y la moneda—. Seguir adelante sin una población creciente puede resultar incluso más difícil.