Japón somete el 'Abenomics' al escrutinio de las urnas tras el regreso de la recesión

Se mostró tan convencido y prometió tanta potencia, que su política fue bautizada como Abenomics. Fue a finales de 2012, momento en que Shinzo Abe se convirtió en el primer ministro de Japón y prometió desplegar todo un abanico de medidas económicas y monetarias para dejar atrás la deflación y reactivar el crecimiento de la economía nipone tras más de dos décadas de letargo.

Pero dos años después la realidad es bien distinta. Tanto, que este lunes se confirmó que el país ha vuelto a caer en las garras de la recesión. Como no se esperaba, el impacto de este revés ha sido mayúsculo. El Abenomics, tan esperado como decepcionante en sus resultados, se encuentra en entredicho. Y su promotor ha interpretado que lo mejor es someterlo al escrutinio de las urnas. Este martes ha anunciado que disolverá el Parlamento el 21 de noviembre y que convocará unas elecciones anticipadas que tendrán lugar en diciembre.

En el fondo, se trata de un referéndum a su política económica. Abe quiere sabe si su política cuenta con el respaldo de los japoneses; si no es así, que otro tome las riendas.

Por el momento, lo que también ha anunciado es que pospone la siguiente subida del IVA, prevista el próximo otoño, hasta 2017. Abe certifica así el enorme impacto que ha tenido en la economía y en el consumo el incremento de este impuesto el pasado 1 de abril. De hecho, ese aumento ha congelado el consumo y ha resultado clave en el regreso de la recesión a suelo japonés.

El convencimiento de que Abe iba a realizar estos anuncios ha permitido a la bolsa japonesa reponerse de las fuertes caídas que sufrió el lunes tras conocer que la economía se contrajo un 1,6% en tasa anualizada en el tercer trimestre de 2014. El Nikkei 225, que el lunes corrigió un 2,96%, ha rebotado un 2,2%, hasta los 17.344 puntos.

En cuanto al yen, ha vuelto a debilitarse. Esta vez, especialmente contra el euro. La moneda europea se aprecia un 0,6%, hasta los 146,1 yenes, aunque ha llegado a escalar hasta los 146,7 yenes, su cambio más alto desde 2008. En cuanto al dólar, se mantiene en torno a los 117 yenes, con lo que permanece en zona de máximos de 2007 contra la divisa nipona.