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"Quien hizo fortuna en inmobiliario, quiere volver a hacer fortuna en inmobiliario"
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"Quien hizo fortuna en inmobiliario, quiere volver a hacer fortuna en inmobiliario"

El director de Desarrollo de Negocio de Sabadell Urquijo sostiene que los fondos son los vencedores de la crisis y que el ladrillo sigue atrayendo fortunas

Foto: Borja Lacalle, director de Desarrollo de Negocio de Sabadell Urquijo
Borja Lacalle, director de Desarrollo de Negocio de Sabadell Urquijo

Banco Sabadell Urquijo es mucho más que la suma de estos dos nombres. Detrás de ellos también se esconden las actividades de banca privada y gestión patrimonial de Gallego, Lloyds, CAM, BMN y Guipuzcuano, todo un salto de dimensión que acaba de concluir su integración dentro en la entidad con un impacto en términos de volumen de negocio de 3.000 millones de euros y 5.000 clientes.

No obstante, tampoco puede negarse que el doble salto mortal se dio hace ocho años, con el matrimonio de estos dos nombres propios, y "el balance de la integración de Urquijo no puede ser más satisfactorio", señala Borja Lacalle, director de Desarrollo de Negocio de la entidad, quien destaca que desde la fusión ha registrado crecimientos anualizados del 11%.

Por en medio, la mayor crisis que se recuerda desde la Segunda Guerra Mundial y la reconversión del sector financiero español. Dos golpes que han hecho mella entre los inversores, que se han vuelto más desconfiados. "Los inversores siguen en modo muy conservador. Les está costando mucho volver a asumir riesgo, porque la memoria ya no es corta y hay mucha gente que sigue todavía en los palacios de invierno, señala Lacalle.

En el escenario actual, de bajos tipos y mayores niveles de riesgo en las carteras, la principal preocupación de Sabadell Urquijo es no desperfilar al cliente

Con una excepción: el ladrillo. Sólo hay que mirar la fiebre por las socimis para darse cuenta de la especial sensibilidad que tiene el inversor español por este negocio. Y es que, como señala Lacalle, "en España, a la gente, el ladrillo siempre le ha tirado. El que hizo fortuna en el inmobiliario, quiere volver a hacer fortuna en el inmobiliario". Lejos de ver este interés como un estigma, el directivo asegura que "es una grandísima noticia que vuelva a haber interés evidente por el mercado inmobliario", un apetito que viene tanto de inversores extranjeros, como bien han demostrado ilustres del mercado como George Soros o Bill Gross (a través de Pimco), como nacionales.

Consciente de esta realidad, en Sabadell Urquijo están trabajando en todos los frentes, con la vista en poder ofrecer a sus clientes las diferentes alternativas de inversión que se están generando en este nuevo resurgir del ladrillo, desde compra directa de inmuebles, hasta socimis. "Estamos viendo la manera de canalizar el interés por los inmuebles en rentabilidades y las socimis son un vehículo muy adecuado", reconoce Lacalle, quien, no obstante, se mantiene cauto a la hora de intentar dar por cerradas las operaciones. "En la medida en que veamos interés, nos plantearemos socimis. Por ahora, es un interés incipiente", puntualiza.

Sea como fuera, los bajos tipos y el exceso de liquidez está haciendo que los clientes de banca privada tengan cada día más complicado lograr rentabilidades atractivas sin asumir riesgos, un cambio de escenario que a veces resulta difícil de digerir, por parte del cliente; y de gestionar, por parte de la entidad. "Nuesta gran preocupación es no desperfilar a los clientes", afirma en esta línea Lacalle, para quien el riesgo al que se enfrenta ahora el sector pasa por hacer ver al cliente que si no quiere asumir riesgos debe conformarse con un 1% de rentabilidad, pero sin tensionar tanto la cuerda que se le termine llevando a asumir adquirir productos que no van con su perfil. "No queremos cometer los errores que la industria, en general, cometió en el pasado", sentencia.

A pesar de estas cautelas, Lacalle puede presumir del fuerte crecimiento que está registrando su entidad, con especial relevancia en los productos típicos de banca privada: fondos de inversión, donde suman 4.000 millones de euros, lo que supone un alza del 10% en lo que llevamos de año; sicavs, con 1.500 millones y una mejora del 7%; y gestión de carteras, la actividad donde más está concentando esfuerzos, lo que ha permitido a la entidad disparar un 30% sus cifras este ejercicio, hasta alcanzar los 1.200 millones.

"Estamos impulsando mucho los contratos de gestión discrecional de carteras porque pensamos que una gran parte de los movimientos que han hecho los mercados en los últimos dos años hace que lo que queda por delante sean ya crecimientos más moderados y en línea con las medias históricas", explica Lacalle. "Hemos pasado de un escenario en el que se podía incluir riesgo en las carteras a otro en el que debemos gestionar el riesgo, y eso implica dos cosas: invertir a largo plazo y bajo gestión profesional".

Hemos pasado de un escenario en el que se podía incluir riesgo en las carteras a otro en el que debemos gestionar el riesgo, y eso implica dos cosas: invertir a largo plazo y bajo gestión profesional

En esta línea, afirma que Sabadell Urquijo sigue haciendo lo mismo que ha hecho siempre, con la diferencia de que "ahora los fondos se venden solos, cuando hace dos años no había quien compitiera con los depósitos al 4%". Pero ese cambio de las rentabilidades es lo que ahora va a poner en evidencia el papel de una buena banca privada, porque se va a tener que gestionar de verdad. Y Lacalle confía en hacerlo con retornos del 8%-10%. Incluso un poco más. "En Europa serán algo mejores si hay reducción de tipos y compra de deuda. Si esto se produce, la inflación mejorará algo", señala el directivo que, no obstante, ve todavía muy lejos el 2% aspirado por el BCE y apuesta más por un 1%.

Con este escenario, se muestra más positivo en bolsa y recomienda tener muchísimo cuidado con la renta fija, porque considera que "muchos de los activos han hecho casi todo el recorrido en los primeros meses del año y probablemente tengan rentabilidades negativas en los próximos años". Respecto a la alternativa de jugar en el terreno de los high yield (bonos de alta rentabilidad), admite que es una opción de conseguir rentabilidades, pero a costa de tener un riesgo de renta variable. "Nosotros sólo jugaríamos a bonos sin grado de inversión desde los fondos, porque no recomendamos activamente comprarlo a nuestros clientes", señala.

Lacalle se inclina más por "los fondos mixtos y las carteras de fondos, que tienen capacidad de generar ese crecimiento razonable con rentas razonables". Y es que, lejos de dejarse llevar por las modas, Sabadell Urquijo se mantiene fiel a su filosofía de inversión, como demuestra el hecho de que no hayan querido subirse a la ola de los fondos de rentabilidad objetivo. De hecho sólo tienen dos, que lanzaron en 2009 y 2010, y que han conseguido rentabilidades acumuladas superiores del 26% y 22%, respectivamente.

"Los fondos que estamos lanzando ahora son garantizados de renta variable", explica Lacalle, quien reconoce que "se venden mucho mejor los productos que tienen un número, porque la búsqueda de rentabildiad es evidente y, cuando hay una cifra, se vende mejor que cuando hay un objetivo de revalorización". Consciente de esta realidad, Lacalle se lamenta de que el inversor español sea especialmente conservador y cortoplacista.

Esta forma de ser se ha agudizado en esta crisis; ante lo que el director de Desarrollo de Negocio de Sabadell Urquijo reflexiona: "Las enseñanzas de la crisis son básicamente tres: la importancia de la solvencia, la importancia de tener masa crítica para afrontar procesos de bajada de márgenes y las exigencias regulatorias; y hacer las cosas de diferente manera, mirar más al cliente y menos al producto, dar un trato personalizados".

Banco Sabadell Urquijo es mucho más que la suma de estos dos nombres. Detrás de ellos también se esconden las actividades de banca privada y gestión patrimonial de Gallego, Lloyds, CAM, BMN y Guipuzcuano, todo un salto de dimensión que acaba de concluir su integración dentro en la entidad con un impacto en términos de volumen de negocio de 3.000 millones de euros y 5.000 clientes.

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