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Madoff en 2001: "A nadie le importa lo que está pasando aquí"
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BARRON'S ALERTÓ ENTONCES DE LA OPACIDAD DE SUS INVERSIONES

Madoff en 2001: "A nadie le importa lo que está pasando aquí"

Las sospechas de que algo raro pasaba con Bernard Madoff no son ni mucho menos nuevas. En 2001 la revista Barron's ya alertó en un reportaje

Foto: Madoff en 2001: "A nadie le importa lo que está pasando aquí"
Madoff en 2001: "A nadie le importa lo que está pasando aquí"

Las sospechas de que algo raro pasaba con Bernard Madoff no son ni mucho menos nuevas. En 2001 la revista Barron's ya alertó en un reportaje de la opacidad de sus inversiones y las posibles irregularidades que podía haber detrás. Y citó una frase lapidaria que el propio Madoff espetó a un gestor que invertía con él: A nadie le importa lo que está pasando aquí. El gurú por aquel entonces exigía a sus clientes mantener en secreto el hecho de que él gestionaba su dinero: Si usted invierte conmigo, no debe contar nunca a nadie que invierte conmigo, les exigía.

La autora de la información, Erin E. Arvedlund, criticaba duramente la confianza de estos inversores en un producto totalmente opaco -estaba muy reciente la quiebra del hedge fund LTCM-, a los que acusaba de estar cegados por la avaricia: Los inversores de Madoff están entusiasmados con su rentabilidad, a pesar de que ni siquiera entienden cómo la obtiene, afirmaba. Para apoyarlo, citaba a varios inversores sofisticados que no eran capaces de explicar con detalle lo que hacía.

Además de esa opacidad, Barron's encontraba varios elementos que le hacían dudar de la veracidad del sistema de inversión de Madoff. El primero era que nadie había sido capaz de duplicar sus rentabilidades, ni siquiera una docena de gestores de hedge funds incluyendo ex operadores del broker del propio Madoff. Tres estrategas de opciones en grandes bancos de inversión dijeron a Barron's que no podían entender cómo Madoff era capaz de lograr esos números. En 2001, Madoff ya llevaba más de una década consiguiendo rentabilidades medias anuales del 15% (con mínimos del 11% y máximos del 18%) y sólo había tenido cuatro meses bajistas desde 1989.

La supuesta técnica de inversión de Madoff (llamada split-strike conversion) consistía en comprar un grupo concentrado de acciones de grandes valores muy correlacionados con el S&P 100 (el índice que recoge a los mayores valores de Wall Street), a la vez que se vende una opción call (alcista) y se compra una put (bajista) sobre dicho índice. Esta estructura permite en la práctica crear una frontera alrededor de la cartera, que limita el potencial alcista pero a la vez la protege de las pérdidas en caso de caída del mercado.

Si se hace bien, este arbitraje logra retornos positivos sea cual sea la dirección en que se mueve el mercado. Pero son retornos muy pequeños, incluso si se invierte con apalancamiento, muy alejados de los logrados por Madoff. Un antiguo cliente del gestor aseguraba que todo inversorexperimentado en hedge funds sabe que la táctica seguida por Madoff noes toda la historia. Creérselo es un poco ingenuo. De ahí que hubiera sospechas de que utilizaba su rama de broker para operar por cuenta propia conociendo de antemano las órdenes de sus clientes. Eso se llama front-running y podía ser una explicación creíble para sus ganancias. Pero lo que nadie sospechaba era que ni siquiera era eso, sino una estafa piramidal tan vieja como el mundo.

Renuncia a unas ingentes comisiones

El segundo elemento que llevaba a Barron's a dudar de Madoff era que renunciaba a unas comisiones que habrían sido gigantescas con sus rentabilidades. En efecto, en 2001 este gestor no cobraba ninguna comisión de gestión ni de éxito a sus inversores, sino que se conformaba con las comisiones de intermediación que las compraventas de acciones y opciones generaban a su broker.

Puede que sea cierto, pero piensen en la enorme magnitud del dinero que parece que Madoff está dejando encima de la mesa. Un hedge fund normal cobra un 1% anual de los activos más un 20% sobre la rentabilidad. En un fondo de 6.000 millones (lo que entonces gestionaba) con una rentabilidad anual del 15%, eso supone 240 millones de dólares al año, calculaba Arvedlund.

Finalmente, la famosa firma Fairfield Greenwich también aparecía entonces bajo sospecha, y su fundador Jeffrey Tucker cerraba filas con Madoff: Es un fondo privado y por tanto nos hemos inclinado por no discutir sus rendimientos. Lo que no sé es por qué Barron's tiene interés en este fondo.

Las sospechas de que algo raro pasaba con Bernard Madoff no son ni mucho menos nuevas. En 2001 la revista Barron's ya alertó en un reportaje de la opacidad de sus inversiones y las posibles irregularidades que podía haber detrás. Y citó una frase lapidaria que el propio Madoff espetó a un gestor que invertía con él: A nadie le importa lo que está pasando aquí. El gurú por aquel entonces exigía a sus clientes mantener en secreto el hecho de que él gestionaba su dinero: Si usted invierte conmigo, no debe contar nunca a nadie que invierte conmigo, les exigía.

Bernard Madoff Hedge funds