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La maldición del Santander con los 'hedge funds': Vega, Amaranth y ahora Madoff
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EL SANTANDER Y M&B, AFECTADOS POR LA ESTAFA

La maldición del Santander con los 'hedge funds': Vega, Amaranth y ahora Madoff

Es innegable que a Emilio Botín -uno de los ganadores de la crisis según The Times- le salen bien casi todos sus proyectos, aunque, de cuando

Foto: La maldición del Santander con los 'hedge funds': Vega, Amaranth y ahora Madoff
La maldición del Santander con los 'hedge funds': Vega, Amaranth y ahora Madoff

Es innegable que a Emilio Botín -uno de los ganadores de la crisis según The Times- le salen bien casi todos sus proyectos, aunque, de cuando en cuando, sufre algún revés como el Sovereign. Sin embargo, hay un terreno en el que todo le sale mal, hasta el punto de que parece que le persigue una maldición: los hedge funds, es decir, la gestión alternativa. Todos los intentos de destacar en este terreno de forma acorde con el resto de los negocios del banco han fracasado y, lo que es más, le han costado bastante dinero. El último patinazo, como es de sobra conocido, es la estafa de Madoff, que se ha llevado 2.330 millones de euros de clientes del Santander y otros 152,4 millones de los de la boutique M&B de su hijo Javier Botín, y su yerno, Guillermo Morenés.

La historia viene de antiguo y arranca con la creación de Vega -que inicialmente era el hedge fund de Botín- por varios ejecutivos del Santander. Ravi Mehra -el de la famosa cena con Carlos Arenillas-, Jesús Saá y Emilio Botín O´Shea. Vega se independizó del banco y llegó a ser la mayor gestora de hedge funds puros (no fondos de fondos) del mundo, con más de 12.000 millones de dólares gestionados. Todo, desde un chalet en La Moraleja, con el reclamo comercial casi irrechazable del nombre Botín y con el 'saber hacer' de expertos de la sala de tesorería del Santander, como Mehra, Saá o José Barreiro, que ahora es director de mercados globales de BBVA y uno de los hombres en los que Francisco González tiene más confianza

Las cosas se torcieron en 2005, cuando sufrió un desplome de rentabilidad que se saldó con una espectacular fuga de dinero y a partir del cual dejaron de informar de los activos de cada fondo. La puntilla llegó un año después, cuando volvió a sufrir fuertes pérdidas en sus fondos como consecuencia de determinadas posiciones erróneas sobre tipos de interés.Y, como dicen fuentes financieras, “el mercado difícilmente perdona un error así. Dos, jamás”. Las especulaciones sobre el poco dinero bajo gestión de Vega e incluso sobre el posible cierre de la firma siguen a la orden del día hoy, después de que también haya naufragado su solución de emergencia: la alianza con BBVA en Próxima Alfa, que iba a ser la principal pata del banco vasco en este negocio en España de la mano del citado Barreiro.

El año 2006 era hasta ahora el annus horribilis del Santander en gestión alternativa: ese año quebró el fondo Amaranth por sus posiciones en contratos sobre gas natural. El alto grado de concentración de la cartera y el fallo de la elección provocó pérdidas superiores al 70% de su patrimonio (6.400 millones de dólares) en septiembre de ese año. El Confidencial ya informó entonces de las pérdidas que Amaranth provocó al fondo Elite Multimanager Fund de Optimal (la unidad de fondos de fondos alternativos del Santander) y al Tukan de M&B. Ahora bien, en ningún caso fueron minusvalías inasumibles.

2008 se lleva la palma

Pero ahora 2008 va a dejar pequeño lo sucedido entonces por culpa del desastre que va a suponer Madoff en la órbita Botín. Para empezar, el Santander había colocado entre sus clientes de banca privada internacional (que pueden ser españoles) 2.010 millones de euros en fondos gestionados por Madoff y otros 320 millones a los clientes en España. Este importe corresponde con el patrimonio del fondo de Optimal Strategic US Equity, que era una de las cuentas (managed accounts) que gestionaba Madoff.

Pero ahí no acaba la cosa: el propio Banif -el banco privado del Santander- ligó su nombre al de Fairfield, cuyo principal activo era el fondo Fairfield Sentry gestionado también por Madoff, al registrar en la CNMV un fondo de hedge funds llamado Banif Fairfield Impala. Aunque su patrimonio es muy pequeño por culpa del escaso éxito de estos productos en España, el daño reputacional es importante... máxime cuando llega después del escándalo de los estructurados de Lehman, que han causado tales pérdidas a los clientes de este banco privado que el propio Botín decidió asumirlas sustituyendo el bono del banco norteamericano quebrado por otro de Abbey.

Para terminar de estropearlo, M&B, donde se encuentra parte del patrimonio familiar, así como del de su entorno, también tenía un fondo gestionado directamente por Madoff (Landmark) y comercializaba otro depositado en UBS (Luxembourg Investment fund US Equity Plus); entre los dos han provocado pérdidas de 37,4 millones a sus clientes de banca privada y de 100 millones a los institucionales, más otros 15 millones a fondos de fondos de la propia M&B.

Falla el 'due dilligence'

Fuentes del mercado aseguran que lo que le ha ocurrido a los Botín no deja de ser normal porque el que más arriesga es el que más gana, pero también es el que más pierde cuando las cosas salen mal. Vamos, el ABC de la inversión. Como en el caso de todas las grandes gestoras que habían invertido con Madoff, en el caso de Optimal ha fallado la famosa due dilligence (auditoría exhaustiva a la que se somete a los fondos antes de incluirlos en cartera).

Pero también hay quien ve sombras de sospecha en esta historia. El principal elemento es la dimisión de Manuel Echevarría como consejero delegado de Optimal en septiembre con rumbo a una poco conocida gestora alternativa en Ginebra. Entonces se justificó su salida por los planes del banco de vender la gestora de fondos -planes luego abortados-, pero ahora hay quien piensa que se olía lo que iba a ocurrir con Madoff y que por eso puso pies en polvorosa antes de que le salpicara el escándalo.

Es innegable que a Emilio Botín -uno de los ganadores de la crisis según The Times- le salen bien casi todos sus proyectos, aunque, de cuando en cuando, sufre algún revés como el Sovereign. Sin embargo, hay un terreno en el que todo le sale mal, hasta el punto de que parece que le persigue una maldición: los hedge funds, es decir, la gestión alternativa. Todos los intentos de destacar en este terreno de forma acorde con el resto de los negocios del banco han fracasado y, lo que es más, le han costado bastante dinero. El último patinazo, como es de sobra conocido, es la estafa de Madoff, que se ha llevado 2.330 millones de euros de clientes del Santander y otros 152,4 millones de los de la boutique M&B de su hijo Javier Botín, y su yerno, Guillermo Morenés.

La historia viene de antiguo y arranca con la creación de Vega -que inicialmente era el hedge fund de Botín- por varios ejecutivos del Santander. Ravi Mehra -el de la famosa cena con Carlos Arenillas-, Jesús Saá y Emilio Botín O´Shea. Vega se independizó del banco y llegó a ser la mayor gestora de hedge funds puros (no fondos de fondos) del mundo, con más de 12.000 millones de dólares gestionados. Todo, desde un chalet en La Moraleja, con el reclamo comercial casi irrechazable del nombre Botín y con el 'saber hacer' de expertos de la sala de tesorería del Santander, como Mehra, Saá o José Barreiro, que ahora es director de mercados globales de BBVA y uno de los hombres en los que Francisco González tiene más confianza

Las cosas se torcieron en 2005, cuando sufrió un desplome de rentabilidad que se saldó con una espectacular fuga de dinero y a partir del cual dejaron de informar de los activos de cada fondo. La puntilla llegó un año después, cuando volvió a sufrir fuertes pérdidas en sus fondos como consecuencia de determinadas posiciones erróneas sobre tipos de interés.Y, como dicen fuentes financieras, “el mercado difícilmente perdona un error así. Dos, jamás”. Las especulaciones sobre el poco dinero bajo gestión de Vega e incluso sobre el posible cierre de la firma siguen a la orden del día hoy, después de que también haya naufragado su solución de emergencia: la alianza con BBVA en Próxima Alfa, que iba a ser la principal pata del banco vasco en este negocio en España de la mano del citado Barreiro.

El año 2006 era hasta ahora el annus horribilis del Santander en gestión alternativa: ese año quebró el fondo Amaranth por sus posiciones en contratos sobre gas natural. El alto grado de concentración de la cartera y el fallo de la elección provocó pérdidas superiores al 70% de su patrimonio (6.400 millones de dólares) en septiembre de ese año. El Confidencial ya informó entonces de las pérdidas que Amaranth provocó al fondo Elite Multimanager Fund de Optimal (la unidad de fondos de fondos alternativos del Santander) y al Tukan de M&B. Ahora bien, en ningún caso fueron minusvalías inasumibles.

2008 se lleva la palma

Pero ahora 2008 va a dejar pequeño lo sucedido entonces por culpa del desastre que va a suponer Madoff en la órbita Botín. Para empezar, el Santander había colocado entre sus clientes de banca privada internacional (que pueden ser españoles) 2.010 millones de euros en fondos gestionados por Madoff y otros 320 millones a los clientes en España. Este importe corresponde con el patrimonio del fondo de Optimal Strategic US Equity, que era una de las cuentas (managed accounts) que gestionaba Madoff.

Pero ahí no acaba la cosa: el propio Banif -el banco privado del Santander- ligó su nombre al de Fairfield, cuyo principal activo era el fondo Fairfield Sentry gestionado también por Madoff, al registrar en la CNMV un fondo de hedge funds llamado Banif Fairfield Impala. Aunque su patrimonio es muy pequeño por culpa del escaso éxito de estos productos en España, el daño reputacional es importante... máxime cuando llega después del escándalo de los estructurados de Lehman, que han causado tales pérdidas a los clientes de este banco privado que el propio Botín decidió asumirlas sustituyendo el bono del banco norteamericano quebrado por otro de Abbey.

Para terminar de estropearlo, M&B, donde se encuentra parte del patrimonio familiar, así como del de su entorno, también tenía un fondo gestionado directamente por Madoff (Landmark) y comercializaba otro depositado en UBS (Luxembourg Investment fund US Equity Plus); entre los dos han provocado pérdidas de 37,4 millones a sus clientes de banca privada y de 100 millones a los institucionales, más otros 15 millones a fondos de fondos de la propia M&B.

Emilio Botín Pedro Morenés Bernard Madoff