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Por qué el mercado no se fía de Grifols (-10,5%): las dudas tras la salida precipitada de Mayer
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Por qué el mercado no se fía de Grifols (-10,5%): las dudas tras la salida precipitada de Mayer

La cotización del fabricante de hemoderivados se hunde un 10,5% tras un relevo que hace preguntarse a los inversores por el respaldo al reciente plan de reestructuración

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Cuando Grifols anunció en la tarde de este martes, por sorpresa, la salida de su presidente Stephen F. Mayer, puso especial énfasis en señalar que el relevo no conlleva ningún cambio de rumbo. Una insistencia que resulta lógica desde todo punto de vista si se tiene en cuenta el viraje que había experimentado la imagen de la compañía ante los mercados en los apenas cuatro meses que el directivo estuvo al frente de la misma.

La llegada de Mayer a la presidencia de Grifols, asumiendo los poderes ejecutivos que hasta entonces había reservado para sí misma la familia fundadora, supuso un intento a la desesperada de reflotar el atractivo de un negocio golpeado por la pandemia (que dificultó y encareció el acceso al plasma), un entorno competitivo duro y el peso de una abultada deuda (mucho más gravosa en un contexto de subidas de tipos de interés). Pero también penalizada por un estilo de gestión que había generado una creciente controversia en el mercado, ante la consideración de que los intereses de los accionistas minoritarios estaban siendo consistentemente vulnerados.

La remontada próxima al 60% experimentada por las acciones de Grifols en estos cuatro meses constituyen la mejor prueba de cómo el cambio de piloto había favorecido un reencuentro entre el fabricante de hemoderivados y los inversores. “En un breve periodo de tiempo, Mayer habría logrado recuperar buena parte de la confianza perdida por parte de los mercados, aumentando la interacción con los mismos y presentando unos planes de reestructuración, que el mercado había acogido con buenos ojos por su previsible beneficio empresarial”, explica en una nota publicada este miércoles Álvaro Arístegui, analista de Renta 4.

Foto: EC.

Es por eso que en Grifols señalaban en su comunicado del martes que, tras el reemplazo de Mayer por Thomas Glanzmann (hasta entonces vicepresidente), “todo el Consejo de Administración y el Sr. Glanzmann, en especial, seguirán con la implementación del plan de mejoras operativas formulado por el Sr. Mayer”. Una garantía que, sin embargo, no parece haber convencido a los inversores, que este miércoles castigan a las acciones de Grifols con recortes que han superado el 10,5%.

Aunque Grifols ha explicado la marcha de Mayer por motivos de salud y personales, el hecho de que se produzca poco después de lanzar un plan de ajustes millonarios que contempla la salida de más de 2.000 empleados, deja ciertas dudas entre los inversores sobre el respaldo con el que contaría su gestión.

“Posiblemente, su sustitución se deba a diferencias en la aplicación de alternativas de gestión y la pérdida de apoyo por parte de algunos accionistas, con la consiguiente sustitución por una persona más afín. Por el contenido del comunicado, posiblemente su manual estaba siendo percibido como muy cortoplacista y enfocado a satisfacer a los mercados, sacrificando posibilidades de negocio a largo plazo”, sugiere en este sentido Arístegui.

Con estos recelos sobre el tapete, ahora son muchos los que apuntan a la presentación de los resultados de 2022, prevista para el próximo 28 de febrero, como un evento clave para recalcular el rumbo que toma la compañía. “Creemos que esto hace que la convocatoria de resultados del año fiscal 22 de la compañía (programada para el martes 28 de febrero) sea de crucial importancia para darle al mercado la tranquilidad de que todo en Grifols sigue su curso”, comentan al respecto los analistas de Barclays.

Entre los expertos se entiende que, al margen de quién ocupe la presidencia, el negocio de Grifols está ahora mismo condicionado por un entorno favorable, que debería plasmarse en una mejora progresiva de sus cuentas. “Dada la recuperación de toda la industria en el sector del plasma luego de un impacto devastador del covid-19 (como lo corroboraron recientemente los competidores CSL y Takeda), se espera que las finanzas de Grifols tengan un fuerte repunte este año, independientemente de quién sea el presidente ejecutivo”, consideran en el banco británico.

Foto: Junta general de accionistas de Grifols.
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Sin embargo, como la propia firma refiere, que esa mejora coyuntural venga acompañada de una recuperación sustancial de márgenes dependerá, en gran medida, del éxito de ejecución del plan de reestructuración en el que se halla inmerso el grupo catalán. “Nuestras conversaciones recientes con inversores sugieren que muchos de los inversores que compraron Grifols durante el reciente repunte son algo nuevos en el valor y que la estrategia de Mayer fue un factor clave de la tesis de inversión. Si su partida es un cambio de tesis, creemos que dependerá de cómo se comunique la empresa a partir de aquí”, observan.

Por supuesto, a Grifols no le faltan argumentos para seguir convenciendo a los inversores de su historia de recuperación, máxime tras el lanzamiento de un plan que, si se ejecuta convenientemente, debería traducirse en un impulso para su ebitda y sus flujos de caja, tal y como resaltan en Mirabaud.

El nuevo presidente, Thomas Glanzmann es un hombre aparentemente con experiencia suficiente en el sector para conducir la compañía en esta etapa. Pero la imagen de Grifols sigue despertando recelos entre los inversores y cualquier movimiento que pueda sugerir una influencia intervencionista por parte de la familia fundadora genera un rechazo automático. A Glanzmann, de inicio, los inversores le han dejado claro que tiene mucho que demostrar para ganarse su confianza. A su favor puede apoyarse en el hecho de que tampoco a Mayer se lo pusieron fácil en sus primeros pasos (tres semanas después de su llegada la acción había perdido casi un 10% de su valor) y solo cuatro meses después lloran su adiós.

Cuando Grifols anunció en la tarde de este martes, por sorpresa, la salida de su presidente Stephen F. Mayer, puso especial énfasis en señalar que el relevo no conlleva ningún cambio de rumbo. Una insistencia que resulta lógica desde todo punto de vista si se tiene en cuenta el viraje que había experimentado la imagen de la compañía ante los mercados en los apenas cuatro meses que el directivo estuvo al frente de la misma.

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