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Técnicas Reunidas, Duro Felguera y los daños colaterales del conflicto con Argelia
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Técnicas Reunidas, Duro Felguera y los daños colaterales del conflicto con Argelia

El deterioro de las relaciones con Argelia empieza a pasar una costosa factura a las empresas españolas con intereses en el Estado norteafricano

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En el conflicto diplomático abierto entre España y Argelia, las miradas se han dirigido insistentemente al negocio del gas, eje esencial de las relaciones comerciales entre ambos países. La posibilidad de que el régimen argelino restrinja el suministro de gas natural a España resulta especialmente inquietante en el escenario de tensiones energéticas desencadenado por la guerra de Ucrania.

Pero lo cierto es que, hasta la fecha, este comercio se ha mantenido en pie con relativa normalidad y existen razones para pensar que Argelia no hará de este, por el momento, un terreno en el que dirimir sus disputas con España.

Esto está lejos de significar, sin embargo, que los intereses económicos de España en el país norteafricano estén completamente a salvo, como bien puede confirmar Técnicas Reunidas. El grupo de ingeniería vinculada a la industria energética se llegaba a desplomar este lunes hasta un 16,6%, tras conocerse que Sonatrach, el grupo estatal de energía argelino, ha reclamado la ejecución de unos avales por valor de 80 millones de euros, relacionados con la construcción por parte de la compañía española del proyecto Tout Gaz, unas instalaciones destinadas al procesamiento de gas.

Técnicas admite un "enrarecimiento" de los tratos con Argelia en los últimos meses

La noticia representa un severo revés a los intentos de recuperación de Técnicas Reunidas, una compañía golpeada en los últimos años por una serie de infortunios de distinta índole que la llevaron, incluso, a solicitar el año pasado el apoyo financiero de la SEPI, por valor de 340 millones de euros. A expensas de un arbitraje que pueda salvar los intereses de la compañía que dirige Juan Lladó, la disputa puede situar a Técnicas Reunidas en una posición comprometida, no solo porque vería esfumarse el 100% de su EBIT estimado para este año, sino porque, presumiblemente, conllevará también la suspensión de otro contrato de 2.000 millones de euros que tiene con Sonatrach y que estaba pendiente de reactivación.

La propia Técnicas Reunidas ha admitido que sus tratos con el grupo argelino han experimentado un “enrarecimiento” durante el segundo trimestre de 2022, en paralelo a las crecientes tensiones entre los gobiernos de ambos países.

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Los problemas de Técnicas Reunidas se asemejan a los manifestados recientemente por Duro Felguera, quien tras quemar los 120 millones de euros aportados por la SEPI para su rescate, se ha visto forzada a solicitar un nuevo salvavidas a sus acreedores, ante el deterioro de su situación financiera. Un deterioro que se justifica, entre otras razones, por el bloqueo de las negociaciones que mantiene desde hace varios meses con sus clientes en el país norteafricano para el cobro de diversos trabajos. Según detallan en su escrito, la situación política actual ha coincidido con una ralentización de las negociaciones y una serie de incumplimientos por parte de sus clientes.

Estos casos representan, actualmente, la parte más visible de las crecientes dificultades a que se pueden estar enfrentando los centenares de compañías españolas con intereses en Argelia. Este ha sido, tradicionalmente, un mercado de difícil acceso, pero, por la cercanía geográfica, ha acabado resultando en una salida bastante común para las empresas exportadoras españolas (entre 2017 y 2021, el volumen de exportaciones de España se ha situado entre los 1.900 y los 3.400 millones de euros al año, con Argelia como décimo mercado para las exportaciones españolas fuera de Europa). Ahora, en un clima de mayor hostilidad, la aventura puede tornar en pesadilla para muchas empresas españolas con intereses en el país.

Argelia fue en 2021 el décimo mercado para las exportaciones españolas fuera de Europa

Puede entenderse, sin embargo, que (al margen de la cuestión clave del gas) ni Argelia se cuenta entre los mercados más relevantes para la economía española —los flujos comerciales son muy inferiores a los que, sin ir más lejos, se mantienen con Marruecos— ni las decisiones gubernamentales en el ámbito de las relaciones internacionales pueden supeditarse exclusivamente a la conveniencia del sector empresarial. Del mismo modo que muchas empresas españolas pueden verse directamente perjudicadas por la postura del Gobierno español en lo concerniente a la guerra de Ucrania y el conflicto con Rusia, los de Técnicas Reunidas y Duro Felguera podrían entenderse como daños colaterales de una estrategia diplomática de implicaciones mucho más hondas.

Pero lo cierto es que la escasez de explicaciones del Ejecutivo sobre su viraje en torno a la cuestión del Sáhara Occidental dificulta apreciar los beneficios de un movimiento que ha significado un notable deterioro de los vínculos con un país con una capacidad nada desdeñable de hacer daño a muchas empresas españolas.

Técnicas Reunidas y Duro Felguera, dos empresas que suman alrededor de 7.800 empleados, pueden dar buena cuenta de ello. Y lo peor es que ni siquiera se puede dar por cierto que su sacrificio —y el del resto de empresas españolas afectadas por esta situación— tenga una justificación de calado.

En el conflicto diplomático abierto entre España y Argelia, las miradas se han dirigido insistentemente al negocio del gas, eje esencial de las relaciones comerciales entre ambos países. La posibilidad de que el régimen argelino restrinja el suministro de gas natural a España resulta especialmente inquietante en el escenario de tensiones energéticas desencadenado por la guerra de Ucrania.

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