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Volkswagen gira hacia el prémium: ¿se acerca el fin del coche para todos los públicos?
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Cambio de estrategia en el sector

Volkswagen gira hacia el prémium: ¿se acerca el fin del coche para todos los públicos?

El plan del grupo germano de cercenar sus modelos menos rentables para centrarse en las gamas altas de su oferta consolida el cambio estratégico que vive el sector

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Hacer menos y más caro ha sido la estrategia forzada con la que los principales fabricantes de vehículos han lidiado con las dificultades derivadas de la crisis del coronavirus, primero, y de la guerra de Ucrania, posteriormente. Ahora, los planes del Grupo Volkswagen de dejar de fabricar una parte sustancial de sus modelos y centrarse en los segmentos más prémium de su cartera vienen a reforzar la idea de que esta podría ser una tendencia que ha venido para quedarse.

Según publicaba este miércoles el diario ‘Financial Times’, el gigante alemán estaría planeando reducir su gama de automóviles diésel y de gasolina en Europa en al menos un 60% durante los próximos años, mientras se concentra en la producción de vehículos de sus marcas más prémium, como Audi o Porsche, sustancialmente más rentables.

Según observa Óscar Rodríguez, analista de Banco Sabadell, este movimiento forma parte de una tendencia hacia la simplificación de la oferta que viene de lejos y que están poniendo en marcha la práctica totalidad de los fabricantes. “Hace tiempo que en el sector se ha entendido que no tiene sentido contar con una gama tan amplia de modelos, muchos de ellos redundantes y con un alcance más limitado. Por eso, ahora se busca simplificar, hacer más vehículos en una misma plataforma”, apunta.

LMC Automotive estima que la producción en Europa se reducirá a la mitad esta década

Este movimiento hacia una mayor uniformidad en la oferta de vehículos, que se explica desde la búsqueda de una mayor eficiencia por parte de los productores, viene acompañada, sin embargo, de una inercia hacia la limitación y una mayor ‘premiumización’ de la oferta, que ha llevado a diversos expertos a augurar el fin del vehículo económico, asequible para una gran mayoría de los consumidores.

En 2021, la producción de vehículos urbanos en Europa se redujo hasta los 787.000, frente a los 1,13 millones de 2019. Y se espera que estas cifras decrezcan hasta los 584.000 a mediados de la década, cuando las marcas hayan dejado de lado más de la mitad de sus modelos, según estimaciones de la consultora LMC Automotive.

Ante los problemas de suministros —principalmente de semiconductores— que se vienen dando en el sector desde la pandemia del coronavirus, la gran mayoría de las marcas se ha visto obligada a frenar su producción, priorizando la distribución de los vehículos más rentables. Esto ha permitido al sector engordar sus cifras de ganancias pese a registrar unas cifras de ventas limitadas.

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La propia Volkswagen anunció recientemente que su resultado operativo antes de extraordinarios superó en 2021 por primera vez los 20.000 millones de euros, pese a que el volumen de ventas alcanzó sus cifras más bajas desde 2011. Favorecidos por el buen desempeño de Audi, Porsche o Bentley, los márgenes sobre ventas antes de impuestos alcanzaron el 8%, 2,8 puntos más que el año anterior y siete décimas por encima de las cifras de 2019. Habría que remontarse nueve años atrás para encontrar una rentabilidad superior.

El impulso hacia la venta de vehículos más caros resulta claramente razonable en las circunstancias actuales, condicionadas ahora por la crisis de Ucrania. La agencia Moody’s señalaba en un informe reciente que el encarecimiento que han registrado en las últimas semanas elementos clave para la elaboración de vehículos como aluminio, níquel o acero representa una seria amenaza para los márgenes del sector, lo que resta especial atractivo a las gamas más bajas, que resultan menos rentables.

Sin embargo, existen razones para pensar que la tendencia hacia precios más elevados de los automóviles perdure en el tiempo. “Lo que se está dando es una tendencia hacia los vehículos que no contaminen. Y hoy en día eso implica, 'per se', precios más elevados”, observa Rodríguez, quien apunta también a las crecientes restricciones a la circulación en muchas ciudades como uno de los factores llamados a guiar hacia un futuro de la movilidad en que la propiedad de vehículos sea un elemento menos usual a escala global. “Si vamos hacia un mundo de 8.000 o 9.000 millones de habitantes, no parece que sea un mundo que se pueda mover en coche como hasta ahora”, señala el analista de Banco Sabadell.

La crisis de Ucrania alarga los plazos para el abaratamiento del coche eléctrico

¿Están en vías de extinción los vehículos económicos y asequibles para una amplia mayoría de los consumidores? La respuesta a esta cuestión probablemente haya que buscarla en el futuro de la movilidad eléctrica. Pero, aquí también, el fuerte encarecimiento de las materias primas amenaza con hacer mucho más compleja la llegada del vehículo eléctrico a precios asequibles. Una encuesta entre directivos del sector a nivel global elaborada por KPMG señalaba que habría que esperar a la próxima década para que se diera una paridad entre los precios de producción de los vehículos de combustión y los eléctricos, pero muchas de estas proyecciones se están revisando ante la perspectiva de precios más elevados de las materias primas por un tiempo prolongado.

Esther Gutiérrez de la Torre, analista de Bankinter, confía, no obstante, en que la evolución en el desarrollo de vehículos eléctricos haga posible más pronto que tarde la aparición de una nueva oferta de coches de precios similares a los que han sido norma en el mercado en los últimos años. “No creo que a medio plazo vayamos hacia un mercado en el que el coche se convierta en un artículo de lujo”, observa. Y refuerza su confianza con el plan anunciado esta misma semana por General Motors y Honda para desarrollar vehículos eléctricos a precios inferiores a 30.000 dólares (unos 27.450 euros) a partir de 2027.

Lo que parece fuera de discusión es que, “en el más corto plazo, sí nos dirigimos a un periodo en el que los fabricantes van a priorizar la rentabilidad sobre los volúmenes y van a dejar de lado los modelos menos rentables. Porque es a lo que conduce la situación actual del mercado”.

Volkswagen ha hecho del crecimiento de los volúmenes el eje de su estrategia durante los últimos lustros. Sus planes de girar hacia lo prémium señalan a las claras que algo está cambiando de forma significativa en el sector. Queda por descubrir si para siempre.

Hacer menos y más caro ha sido la estrategia forzada con la que los principales fabricantes de vehículos han lidiado con las dificultades derivadas de la crisis del coronavirus, primero, y de la guerra de Ucrania, posteriormente. Ahora, los planes del Grupo Volkswagen de dejar de fabricar una parte sustancial de sus modelos y centrarse en los segmentos más prémium de su cartera vienen a reforzar la idea de que esta podría ser una tendencia que ha venido para quedarse.

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