Los fondos se lanzan a por KPN: no espere lo mismo (de nuevo) en España
La apuesta del capital riesgo por KPN evidencia el creciente interés de los fondos privados por el sector, pero difícilmente se traducirá en una oleada de ofertas que afecte a España
Las informaciones que apuntan a que dos fondos de capital riesgo estarían planteándose lanzar una oferta valorada en alrededor de 15.000 millones de dólares (algo más de 12.600 millones de euros) por la operadora holandesa KPN ha quedado muy lejos de representar uno de esos eventos capaces de agitar la marcha del sector en bolsa. El índice de telecomunicaciones del Stoxx 600 apenas registraba a media sesión ganancias en torno al 0,2% y, aunque al frente de las alzas, el 2,5% que sumaba la propia KPN no puede verse como el reflejo de un entusiasmo generalizado.
Son varias las razones que pueden explicar la aparente apatía de los inversores ante la información publicada por el 'Wall Street Journal'. La primera es que los rumores sobre una oferta por parte del fondo sueco EQT por KPNhan sido una constante desde el pasado mes de octubre y explican en gran medida que, en los últimos seis meses, las acciones del grupo holandés hayan más que duplicado la media del sector, con un repunte que ronda el 50%. La segunda tiene que ver con los precios planteados por el diario estadounidense, que lejos de los cuatro euros por acción con los que se ha llegado a especular en los últimos meses, cifra en torno a tres euros la posible oferta, lo que apenas representa una prima del 4% respecto al cierre de KPN el día anterior. Y, por último, se puede considerar que cualquier intento de los fondos por hacerse con el control de la compañía podría chocar con la oposición del Gobierno de los Países Bajos, que considera críticas las infraestructuras que controla KPN.
Nada de esto anula la realidad que rodea este movimiento, que no es otra que el creciente interés del capital riesgo por un sector que ha obtenido en los últimos años unos rendimientos muy decepcionantes en bolsa, reflejo de una capacidad muy limitada para crecer, en un entorno fuertemente competitivo. Ahora, con la expectativa de un marco regulatorio más propicio a la consolidación, los fondos se muestran atraídos por unos negocios que cotizan a valoraciones muy comprimidas en comparación con sus medias históricas. Al fin y al cabo, y pese a que KPN se negocia a múltiplos sensiblemente superiores a la media del sector en Europa, sus ratios actuales parecen cualquier cosa menos exigentes.
Esta tendencia ya ha tenido sus manifestaciones más recientes en España, con la adquisición de MásMóvil por parte de Cinven, KKR y Providence el pasado año como el movimiento más reciente. Aquel fue un paso entendido como un intento de los fondos de exprimir las oportunidades asociadas al proceso de concentración que parecía inminente en el sector, y la reciente opa sobre Euskaltel ha sido la demostración de cuáles eran las pretensiones de los fondos que hoy controlan la cuarta operadora española.
El EV de KPN es entre tres y seis veces inferior al de Orange, Telefónica y Vodafone
Ante esta dinámica, es fácil cuestionarse si los fondos del capital riesgo podrían volver a poner sus miras en el mercado español, quizá con un coloso como Telefónica en el radar. Pero no parece probable que algo así pueda llegar a acontecer en el corto plazo. En primer lugar, por una cuestión de tamaño: mientras el valor empresarial (EV) de KPN, incluyendo deuda, ronda los 20.000 millones de euros, las cifras de Orange, Telefónica y Vodafone —entre tres y seis veces superiores— las convierten en objetivos de muy difícil digestión para intentar una adquisición que no pase por un canje de acciones.
Y también porque, precisamente, el movimiento de MásMóvil sobre Euskaltel parece haber bloqueado las opciones más evidentes de consolidación en el mercado español, haciendo menos apetitosa la inversión en un país que parece encaminado a seguir registrando altos niveles de competencia en un sector que ya 'per se' tiene un potencial de crecimiento limitado.
Hace tiempo que KPN era vista como uno de los objetivos más apetecibles del mercado europeo para cualquier posible pujante. Y, de hecho, han sido varios los movimientos que se han planteado en los últimos años (América Móvil, Brookfield...). Las características de la compañía holandesa para resultar tan apetecible a los fondos se pueden resumir en su condición de empresa asentada de tamaño medio (lo que hace más asequible su absorción), su amplia red de fibra —un atractivo que comparte con Telefónica— y su presencia en un mercado que sí ha podido dar en los últimos trimestres pasos significativos hacia la reducción de la competencia, lo que se traduce en unas expectativas de rentabilidad muy superiores a las de sus grandes rivales europeos: si Telefónica, Vodafone u Orange pueden esperar unos márgenes sobre ebitda apenas por encima del 30% durante el próximo trienio, para KPN los analistas asumen un margen superior al 48% en 2023.
Y aunque las posibilidades de nuevas fusiones y adquisiciones no parecen mucho más factibles en el mercado holandés que en el español, Juan Peña, analista de GVC Gaesco, plantea que tal vez KPN pueda servir como vehículo a partir del cual empezar a explorar las posibilidades de las fusiones transfronterizas en Europa, quizás aproximándose a algún rival de un mercado vecino, como podría ser el belga. Este sí sería un escenario en el que a buen seguro las operadoras españolas tendrían mucho que decir —aunque esté por definir qué rol les toque asumir—, pero parece improbable que alcance proporciones importantes en un futuro inmediato.
Queda por ver si, en efecto, se acaba materializando la oferta por KPN y si esta llega a buen término. Lo que no parece lógico esperar es que un movimiento semejante vuelva a alterar el mercado español en el corto plazo.
Las informaciones que apuntan a que dos fondos de capital riesgo estarían planteándose lanzar una oferta valorada en alrededor de 15.000 millones de dólares (algo más de 12.600 millones de euros) por la operadora holandesa KPN ha quedado muy lejos de representar uno de esos eventos capaces de agitar la marcha del sector en bolsa. El índice de telecomunicaciones del Stoxx 600 apenas registraba a media sesión ganancias en torno al 0,2% y, aunque al frente de las alzas, el 2,5% que sumaba la propia KPN no puede verse como el reflejo de un entusiasmo generalizado.