Es noticia
'Sir' contra jeque: la puja por el Manchester United que definirá el fútbol moderno
  1. Mercados
pelea por la propiedad

'Sir' contra jeque: la puja por el Manchester United que definirá el fútbol moderno

La venta de los Diablos Rojos por más de 6.000 millones será la operación deportiva más grande de la historia, pero también un punto de inflexión que va a definir hacia dónde va el fútbol en los próximos años

Foto: Protesta contra los Glazer durante un partido del United. (Reuters/Phil Noble)
Protesta contra los Glazer durante un partido del United. (Reuters/Phil Noble)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Hace algo más de siete meses, la familia Glazer contactó con Raine Group con un mandato expreso. La entidad, especialista en este tipo de cuestiones, debía explorar el mercado para encontrar un comprador para un activo muy especial: el Manchester United. Los banqueros de Raine han cumplido, pero la venta todavía no se ha materializado y esa tardanza ha provocado una puja que definirá el fútbol moderno.

En juego está mucho más que quedarse con el despacho más importante de Old Trafford. Los dos contendientes para hacerse con la propiedad de los Diablos Rojos representan dos vías muy diferentes, el choque de dos ideas y dos formas de hacer las cosas. A un lado, Sir Jim Ratcliffe, un británico natural de Failsworh, CEO de Ineos y al que se le estima una fortuna de 20.000 millones. Al otro, Sheikh Jassim Bin Hamad Al Thani, educado en Reino Unido, exprimer ministro de Catar y presidente del banco islámico del país, con una fortuna estimada de… ya se imaginan.

placeholder Jim Ratcliffe, en una visita a Old Trafford. (Reuters)
Jim Ratcliffe, en una visita a Old Trafford. (Reuters)

La puja, con Raine empuñando el mazo, ya está en 6.000 millones de euros, lo que convertirá la operación en la más grande de la historia del deporte, dejando atrás la venta del Chelsea o de los Washington Commanders de la NFL. De nuevo, ambos ofrecen versiones distintas de una misma idea: Ratcliffe quiere quedarse con una participación mayoritaria y permitir así que los Glazer, también dueños de los Tampa Bay Buccaneers de la NFL, se queden en el capital. Al Thani ya ha dicho que su idea es poner a su nombre el 100% del club y, de propina, se compromete a borrar los 620 millones de dólares de deuda que constan en los libros del United.

Para los Glazer la operación, se mire por donde se mire, es redonda. La familia compró el club en 2005 por algo más de 1.000 millones de euros y están más que encantados de dejar de visitar Manchester. La afición les odia por el rumbo deportivo del conjunto, los fichajes millonarios que han salido (muy) mal, y como guinda, por el escarceo con la Superliga. En las gradas son habituales las pancartas pidiendo su marcha y la afición se inclina más por la llegada del dinero catarí que por la oferta del local Ratcliffe.

Foto: Manchester United. (Reuters/Carl Recine)

El United cotiza en bolsa desde el año 2012, con unas acciones que se han calentado con la puja por quedarse con la propiedad. En julio de 2022 los títulos del equipo se cambiaban por 13 dólares, mientras que estos días ya están por encima de los 24 dólares. Los Glazer, además, se aseguraron en su momento una estructura accionarial muy favorable, con títulos clase A y clase B. Los segundos otorgan 10 veces más capacidad de voto, por lo que controlándolos tenían la sartén por el mango por mucho que fueran haciendo ventas parciales para obtener liquidez.

Choque por el fútbol moderno

La batalla por quedarse con el United es también la del futuro del deporte más popular del mundo. Catar representa, de forma obvia, la nueva forma de ver el fútbol, con clubes-estado que tienen la posibilidad de inyectar capital infinito a unos balances en los que las pérdidas no son más que números con los que jugar. Ya hemos visto que el modelo funciona, con el PSG y el Manchester City, reciente vencedor de la Champions League, como abanderados pero no únicos representantes de esta camino.

Ratcliffe, seguramente la opción preferida de los regidores de la Premier League, es un multimillonario británico ordenado Sir y que mantendría la esencia del Manchester United, un conjunto que ha sido capaz de no desvincularse de la comunidad pese a llevar casi dos décadas en manos extranjeras. Los Diablos Rojos forman parte de la realeza del fútbol, son un club con 145 años de historia y juegan en uno de los escenarios más tradicionales del Viejo Continente, y tienen unos fanáticos muy activos que se lanzaron a la calle en cuanto los Glazer dijeron la palabra Superliga.

placeholder Pegatina que pide la marcha de los Glazer del Manchester. (Reuters)
Pegatina que pide la marcha de los Glazer del Manchester. (Reuters)

A las cuestiones culturales hay que sumar las implicaciones deportivas que podrían derivarse de una victoria en la puja de Al Thani. La UEFA impide participar en la Champions League a dos equipos que compartan propietarios, por aquello del conflicto de intereses. Ese es el motivo por el que los 6.000 millones no se canalizarán a través de Qatar Sports Investment, el habitual brazo inversor del país para este tipo de cuestiones y vehículo con el que se articula la participación de Nasser Al Khelaifi en el PSG.

Al Thani se serviría de la Qatar Investment Authority (QIA), el fondo soberano de Catar, una entidad fundada en 2005 y que tiene 450.000 millones de dólares en activos, para articular la propiedad de la sociedad que gestionaría el Manchester United. El equipo jurídico de QIA tendrá que sacar sus mejores argumentos para convencer a la UEFA de que QSI y QIA poco o nada tienen que ver, o se pueden arriesgar a una sanción que les impida disputar torneos continentales. Eso, si ganan la batalla por el fútbol moderno.

Hace algo más de siete meses, la familia Glazer contactó con Raine Group con un mandato expreso. La entidad, especialista en este tipo de cuestiones, debía explorar el mercado para encontrar un comprador para un activo muy especial: el Manchester United. Los banqueros de Raine han cumplido, pero la venta todavía no se ha materializado y esa tardanza ha provocado una puja que definirá el fútbol moderno.

Wall Street
El redactor recomienda