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¿Pagar por tener dinero en liquidez? Una amenaza cada vez más real
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Malas noticias para los ahorradores

¿Pagar por tener dinero en liquidez? Una amenaza cada vez más real

Los que esperaban que en algún momento vuelvan a pagarles intereses por sus depósitos o sus cuentas corrientes ya se pueden olvidar, salvo promociones puntuales

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Antes de colgar las botas, Mario Draghi, el aún presidente del BCE, volvió a sacar este jueves la artillería monetaria que le quedaba en el arsenal para reanimar la economía europea. No sabemos si derrotará al enemigo, la recesión, pero sí que con el ‘fuego amigo’ ha provocado nuevos daños colaterales en un colectivo que cada vez lo tiene más complicado: los ahorradores.

Los que esperaban que en algún momento vuelvan a pagarles intereses por sus depósitos o sus cuentas corrientes ya se pueden olvidar, salvo promociones puntuales. El banco central europeo dejó caer tras su reunión que los tipos seguirán en territorio negativo al menos hasta 2022. Una noticia tan buena para los hipotecados como pésima para los que no quieren asumir riesgos con sus ahorros, para quienes la amenaza de acabar pagando ellos por esa liquidez cada vez es mayor.

Foto: Fundición de metales preciosos. (EFE)

Si el periodo de tipos negativos se eterniza, a los bancos no les quedará otra que buscar vías para evitar que esta situación siga penalizando sus cuentas a futuro. No es lo mismo resistir unos meses que tener la confirmación del BCE de que la situación seguirá así al menos tres años más. Las primeras en pasar por el aro están siendo las empresas, que ya están pagando a las entidades financieras por el dinero aparcado en ellas. Aunque, en realidad, los particulares también lo están haciendo en algunos casos, aunque de momento de forma indirecta.

Por ejemplo, a través de los fondos de inversión. Al dinero que estos productos tienen en liquidez, ya sea por estrategia o por el mínimo que la legislación exige, también se le están aplicando ya los tipos de interés negativos.

Como botón de muestra, Cartesio X, uno de los fondos defensivos de gestoras independientes españolas más reconocidos y con más liquidez en cartera, revelaba en su último informe trimestral a la CNMV que el dinero en tesorería ya le estaba costando un 0,4% anualizado. Un hándicap que sus gestores están sorteando gracias al resto de inversiones de la cartera, con las que mantienen el fondo cerca de máximos.

Foto: El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en una comparecencia. (Reuters)

No pueden decir lo mismo los inversores en fondos monetarios. Estos productos apenas se han beneficiado del rally en el precio de la renta fija en el año, porque invierten en emisiones de deuda a muy corto plazo muy seguras, donde el impacto en el precio de las expectativas de tipos es muy reducido. Y, por el contrario, sí sufren el tipo negativo de esas emisiones.

Así, el Caixabank Monetario Rendimiento, uno de los mayores fondos españoles, con casi 4.000 millones de euros bajo gestión, muestra rentabilidades negativas tanto a 3 como a 5 años, aunque a 12 meses resiste levemente en positivo.

¿Acabarán llegando los tipos negativos también a las cuentas? Aunque parece difícil que se ponga en marcha como tal, por el tremendo impacto social que tendría que un banco anuncie que cobrará intereses por los depósitos y las cuentas, en la práctica ya sucede de modo indirecto. Hay cuentas, como la popular 1,2,3 del Santander, que tienen una TAE negativa si no se cumplen determinadas condiciones, como domiciliar la nómina, tener domiciliados 3 recibos o realizar un mínimo de operaciones con las tarjetas de débito o crédito de la entidad.

¿Qué opciones quedan entonces para los inversores más conservadores? Si se quiere optar a obtener rentabilidad, no queda otra que asumir algo de riesgo, en la medida que el perfil inversor de cada cual se lo permita. Pero, claro está, aceptando la volatilidad de los activos financieros.

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Antes de colgar las botas, Mario Draghi, el aún presidente del BCE, volvió a sacar este jueves la artillería monetaria que le quedaba en el arsenal para reanimar la economía europea. No sabemos si derrotará al enemigo, la recesión, pero sí que con el ‘fuego amigo’ ha provocado nuevos daños colaterales en un colectivo que cada vez lo tiene más complicado: los ahorradores.

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