De Guindos, de paseíllo por la temida Eurocámara

Luis de Guindos ha llegado incómodo al Parlamento Europeo. El aún ministro, a su pesar, era consciente de que es muy difícil que los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON) puedan entorpecer su nombramiento como vicepresidente del BCE, pero sabía que sí podían hacerle pasar un mal rato. Ha arrancado su comparecencia pública tenso. Se ha trabado varias veces, incluso en los pasajes en español. Y ha leído a una velocidad que hacía sudar a los intérpretes en sus cabinas.

Pero tras las primeras preguntas, De Guindos ha podido coger aire. Y es que la Eurocámara, que suele volcarse en leer la cartilla a quien se le pone a tiro, en esta ocasión ha decidido darle una tregua. Pese a las dudas que aún plantea su perfil de ministro de un Gobierno todavía a los mandos de la cuarta economía de la eurozona y, en otra medida, su gestión de la crisis de Bankia. Y todo apunta a que su candidatura pasará sin problemas el voto que se celebrará este martes, en ECON, y a mediados de marzo en el plenario.

La mayor parte de los diputados europeos se han dedicado a sondear sus opiniones sobre política monetaria, más que a tratar de hacer sangre a un candidato que ha recibido ya el apoyo de los gobiernos de toda la eurozona. La más notable excepción ha sido la socialista francesa Pervenche Berès, quien le ha reprochado su cercanía al PP por los casos de “sobres”. El ministro ha recordado que nunca ha formado parte de ningún partido, ni de ninguna lista electoral, a la vez que ha mostrado su “orgullo” por haber trabajado para el Gobierno de Mariano Rajoy.

Urtasun (ICV) y López (IU), los más duros

Quizá porque le conocen de primera mano, o quizá por pura oposición política, las críticas más duras han venido de mano de españoles. Y ni siquiera todos ellos. Con su habitual cortesía, el socialista Jonás Fernández se ha limitado a lamentar que la candidatura no haya sido pactada. Su moderación casa con la línea de la “abstención crítica” que ha anunciado que adoptará el PSOE en la Eurocámara.

También educado, pero más crítico, se ha mostrado Ernest Urtasun (ICV), quien ha afeado a De Guindos su pasado en el sector privado y su gestión luego de la crisis bancaria como ministro.

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“A mi grupo [Los Verdes, que en principio votarán en contra de De Guindos este martes] le preocupan los posibles conflictos de intereses”, ha recalcado Urtasun, quien ha mencionado los casos BMN, Bankia y Caja de Ahorros del Mediterráneo, y las pérdidas que causaron al erario público.

Por su parte, la eurodiputada de IU Paloma López, la más contundente, ha acusado al ministro de mostrar “servilismo a los intereses del norte de Europa” durante su mandato. También le ha recordado su paso por Lehman Brothers, le ha afeado su gestión del rescate financiero y las consecuencias de sus políticas económicas. “Siento decirle que no estoy de acuerdo con usted”, ha respondido De Guindos.

La tibieza de Tremosa con De Guindos

Una de las sorpresas del encuentro ha sido la tibieza de Ramon Tremosa. El eurodiputado del PdCAT y abanderado de la causa independentista catalana este lunes se ha ceñido al rol de coordinador de los liberales en la Comisión ECON. En contra de su costumbre, incluso ha recurrido al castellano para formularle una pregunta: cuándo va a dejar el cargo de ministro. De Guindos ha recordado que lo ha dejado en manos de Rajoy, que ha dicho que su sustitución se hará la próxima semana.

El ministro insiste: mantendrá la independencia

De Guindos ha aprovechado su paso, o paseíllo, por la Eurocámara para recalcar por iniciativa propia que “actualmente" no tiene "ninguna vinculación” con las empresas privadas en las que trabajó antes de acceder al ministerio. También ha querido “garantizar” a los eurodiputados que si su cargo se confirma —lo que sucederá, salvo catástrofe de última hora—, “trabajará con lealtad e independencia por el beneficio y el bienestar de todos los ciudadanos europeos”.

Sobre las políticas económicas emprendidas por el BCE, De Guindos ha mantenido la defensa de la línea adoptada por Mario Draghi durante la crisis. Se ha mostrado “consciente” de las “preocupaciones” que generan —muy especialmente en Alemania y amigos— los efectos que causan las medidas extraordinarias a medio y largo plazo, pero se ha limitado a recordar que su retirada debe acompasarse con la situación económica y el resto de factores que puedan pesar sobre la inflación.