Las bolsas pagan con fuertes caídas el nuevo escenario en EEUU y Europa

Las bolsas han luchado contra los elementos el día que tocaba cotizar la reelección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos. Con la espada de Damocles de Grecia sobre la cabeza –hoy se vota el nuevo plan de austeridad, del que no ha conocido nada con los mercados europeos abiertos-, los mercados de renta variable han hecho un ejercicio de realismo.

Por un lado, la victoria demócrata dificultará las negociaciones para salvar el precipicio fiscal; por otro, las nuevas previsiones de Bruselas para las economías europeas han caído como un jarro de agua fría.

Las pérdidas se han impuesto en todas las bolsas. El Ibex ha liderado junto al Mib italiano han liderado las caídas en el Viejo Continente. El selectivo español se ha dejado un 2,2% para perder los 7.700 puntos. El Eurostoxx 50 pierde el 1,8%, el Dax el 1,6%, el Cac 40 el 1,55% y el Mib italiano el 2,17%. Al otro lado del Atlántico, los mercados están cuajando su peor sesión en cinco meses con caídas superiores al 2% en sus principales índices. 

“Con la victoria de Obama, será más difícil llegar a un acuerdo sobre el 'fiscal cliff'. Nuestra opinión es que el Congreso y el Senado estadounidense se han polarizado aún más. Vienen por delante semanas de mucha volatilidad”, asegura José Luis Martínez, de Citi.

En cuanto al mercado de deuda, la prima de riesgo de riesgo española que bajaba hasta los 418 puntos básicos, vuelve a repuntar hasta los 431 puntos básicos. La rentabilidad del bono a diez años se sitúa en el 5,6%, la del cinco años en el 4,4% y la del dos años en el 2,9%. La del bund, por su parte, baja hasta el 1,37%, su nivel más bajo desde septiembre de 2011.

El presidente del BCE ha devuelto a Europa a su cruda realidad al asegurar que la crisis de deuda de la zona euro está empezando a pasar factura a la economía alemana. Draghi ha tardado poco en arremeter contra Alemania una vez se ha confirmado que la Casa Blanca repite inquilino. La postura que venía manteniendo la Administración Obama ha sido la de tratar de convencer a la canciller alemana Angela Merkel y al resto de países afines a su ortodoxia -Holanda y Finlandia principalmente- de no ser extremista con la austeridad. Así, el banquero italiano, sitiéndose reforzado por el apoyo de EEUU, ha advertido que "la debilidad de la economía de la zona del euro hace que los tipos de interés se sitúen en niveles muy bajos". 

Las palabras de Draghi han encontrado rápida respuesta en Angela Merkel, que ha asegurado que la situación comienza a mejorar ligeramente y que las reformas estructurales han permitido registrar los primeros "éxitos" y citó como ejemplo algunos signos alentadores en Irlanda, Portugal y en España e incluso en Grecia. "Todos los Estados miembros deben perseguir reformas estructurales y la consolidación fiscal para corregir de raíz los problemas. Sé que eso exige muchísimo a algunos Estados miembros, a los ciudadanos, que sufren bajo las medidas".

Estas declaraciones se producen antes de la reunión mensual del Comité de Política Moneria del BCE, que tendrá lugar este jueves. Aunque en un principio el consenso del mercado no esperaba una bajada de tipos de interés, al menos hasta diciembre, con esta salida el presidente del regulador podría estar allanando el terreno para rebajar el precio del dinero desde el 0,75% actual y en contra de la postura de Alemania. 

Incertidumbres sobre Grecia

 

A las declaraciones de Draghi, se suman las incertidumbres latentes sobre el futuro de Grecia, que también contribuyen a sembrar de dudas el mercado. Este miércoles el parlamento heleno votará si se aprueban las reformas estructurales del nuevo plan de austeridad acordado con la 'troika'. 

 

Se espera una votación compleja ya que la coalición entre conservadores, socialistas e izquierdistas moderados espera aprobar las reformas con los sufragios a favor de entre 154 y 158 diputados de los 300 de la cámara.

 

Eso, sumado al jarro de agua fría de las previsiones macro de Bruselas, que ha asegurado que España no logrará el objetivo de déficit para 2013, ha provocado un giro de 180 grados en los mercados. "Las expectativas de PIB estaban descontadas, pero no las de déficit y deuda", asegura Martínez.

En opinión de Soledad Pellón, de IG Markets, "los mercados han encontrado en estas nefastas previsiones, aunque no novedosas, la excusa perfecta para caer y lo hacen escudándose en unas cifras que no sorprenden a nadie. Ahora será Mario Draghi quien tendrá que insuflar de nuevo confianza, con cada vez menos balas en la recámara."