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Sigue hambriento, sigue alocado
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Sigue hambriento, sigue alocado

Hay quienes tienen suerte en la vida y hay quienes se la trabajan. Steven Jobs, cofundador de Apple Computer, es un claro ejemplo de lo segundo.

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Sigue hambriento, sigue alocado

Hay quienes tienen suerte en la vida y hay quienes se la trabajan. Steven Jobs, cofundador de Apple Computer, es un claro ejemplo de lo segundo. Le dieron en adopción, no acabó la carrera, le echaron de su propia empresa y no hace mucho le detectaron un cáncer. Aun así, se considera uno de los hombres más afortunados del mundo. Y visto cómo habla y lo que dice, seguramente lo sea.

Su particular y optimista visión de la vida le ha llevado a amasar una fortuna de 5.700 millones de dólares y a convertirse en uno de los 200 hombres más ricos del planeta. Y todo gracias a su afán de superación y a su inconformismo, un inconformismo que quiso transmitir hace dos años a los graduados de la Universidad de Stanford en un emotivo discurso (ver vídeo) en el que resumió toda su intensa existencia.

Su vida no ha sido un camino de rosas. Fue dado en adopción y renunció a sus estudios universitarios porque no quería ver cómo sus padres adoptivos, de origen humilde, gastaban todos sus ahorros en un futuro del que él no estaba convencido.

La renuncia a su formación universitaria no le impidió fundar en el garaje de su casa, junto a Steve Wozniak, una de las mayores compañías de informática del mundo, Apple Computer. Cuando la fama y el prestigio entraron en su vida, Jobs sufrió un nuevo revés al ser despedido, con tan sólo 30 años, de la compañía que él mismo había fundado.

Estuvo a punto de tirar la toalla. “Sentía que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban”, comenta en el discurso. “Fue un fracaso muy notorio e incluso pensé en huir de Silicon Valley. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí, aún amaba lo que hacía. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo”.

Y así lo hizo. Como el Ave Fénix que renace de sus cenizas, Jobs puso en marcha en los cinco años siguientes otro proyecto, NeXT, en el que invirtió 7 millones de dólares de su propio bolsillo, y Pixar, compañía que creó el primer largometraje totalmente animado por ordenador, Toy Story, y actualmente uno de los estudios de animación con más éxito del mundo. En diciembre de 1996, Jobs se unió de nuevo profesionalmente a Apple cuando esta última anunció la compra de NeXT por 400 millones de dólares.

El cáncer irrumpe en su vida

Sin embargo, la vida le reservaba un nuevo revés, el peor de todos. En 2004 le diagnosticaron un cáncer de páncreas y el médico le dio entre tres y seis meses de vida. Debía prepararse para dejar todo atado y despedirse anticipadamente de los suyos. Sin embargo, la suerte le sonrió. Aquello resultó ser un tipo de tumor pancreático que se podía curar con cirugía. Le operaron y ahora está totalmente recuperado, aunque con una visión de la vida, si cabe, aún más optimista.

“Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo, ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser”, eran las palabras finales de su discurso.

Ahora, el rey de los iPods se enfrenta a un nuevo revés. La Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) ha presentado una demanda en la que acusa a un ex consejero legal de Apple de participar en el fechado fraudulento de opciones de acciones garantizadas en el 2001 para Steve Jobs y otros ejecutivos. El encausado, Fred Anderson, ha implicado a Jobs en el escándalo, en el que no ha sido imputado por ninguna autoridad. El tiempo -como ha sido ya constante en su vida- dirá en un futuro próximo. Por ahora, Jobs lo tiene claro: “Sigo hambriento, sigo alocado”

Hay quienes tienen suerte en la vida y hay quienes se la trabajan. Steven Jobs, cofundador de Apple Computer, es un claro ejemplo de lo segundo. Le dieron en adopción, no acabó la carrera, le echaron de su propia empresa y no hace mucho le detectaron un cáncer. Aun así, se considera uno de los hombres más afortunados del mundo. Y visto cómo habla y lo que dice, seguramente lo sea.

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