La ventanilla de tu coche no es ni un cenicero ni un cubo de basura: estas son las consecuencias

El estado de nuestras cunetas da buena muestra del respeto que mostramos hacia la naturaleza en este país. Ya podemos organizar batidas de limpieza con la participación de miles de voluntarios, ya podemos seguir recogiendo toneladas de colillas, pañuelos, toallitas y toda clase de envases y envoltorios año tras año, que sin la colaboración activa de todos en materia de prevención, el problema de la basuraleza no tiene remedio. Porque no se trata de recoger, sino de no tirar.

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Así, ante el inicio de la Semana Santa, desde el Proyecto Libera, impulsado por la organización conservacionista SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, se vuelve a señalar la importancia de evitar el abandono de residuos en aquellas actividades de ocio que se desarrollen en entornos naturales, incidiendo en que el abandono de basuraleza no es solo un problema estético, sino una fuente de contaminación con graves consecuencias para los espacios naturales y la biodiversidad que albergan.

Para ello, Libera recupera la campaña Tirar basuraleza en la carretera nunca lleva a un buen lugar, desarrollada en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT) para promover la participación ciudadana en la prevención de este problema medioambiental y de seguridad ciudadana, alertando del elevado riesgo de incendios forestales que enfrentamos este año. Unos incendios que en buena parte de los casos, hasta cerca del 4% del total de los que se producen anualmente, son ocasionados por colillas lanzadas a la cuneta desde el interior de los vehículos.

200 euros, cuatro puntos y hasta cárcel

Para hacer frente a esta conducta incívica y disuadir a los conductores de cometerla, el actual Reglamento General de Circulación la identifica como delito y establece que arrojar desde el coche colillas de cigarrillos u otros objetos está castigado con una multa de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del permiso de conducir. Una sanción que, en el caso de las colillas, puede llevar aparejada una pena de prisión de hasta seis años si causan un incendio.

Pero el riesgo de incendio no es el único ni el principal problema medioambiental que provocan las colillas en la naturaleza. Se trata de un residuo altamente contaminante que contiene numerosas sustancias altamente tóxicas, como cadmio, arsénico, nicotina, tolueno, y otros componentes como el metanol, ácido acético, amoníaco, ácido esteárico o alquitrán, entre muchas otras. Cuando estas sustancias se liberan en el medio tienen graves efectos en los ecosistemas, incluso pueden llegar a contaminar los acuíferos si se filtran hasta ellos a través del suelo

Además de colillas, algunos de los residuos más habituales en las cunetas de las carreteras de nuestro país son latas, envases y envoltorios de plástico, toallitas, pañuelos de papel y frascos y botellas de vidrio. Una basura que, más allá de alterar el equilibrio ecológico de los espacios naturales, puede provocar serios problemas de seguridad vial cuando el viento acaba trasladándola a la calzada y elevando el riesgo de accidente, en especial para motoristas y ciclistas.

Para evitar la acumulación de residuos en el entorno y su efecto llamada, lo que puede derivar en la aparición de auténticos vertederos ilegales, existe un sencillo formulario en el que cada persona puede indicar la existencia de un punto negro de basuraleza: una acumulación de residuos abandonados en la naturaleza que por su extensión o sus características no pueden ser retirados por voluntarios, requiriendo la comunicación a las autoridades locales para que procedan a su retirada controlada. De este modo, estaremos contribuyendo a su identificación y situación en el mapa: un ejercicio práctico de ciencia ciudadana que puede servir de guía útil a las administraciones para luchar contra esta lacra.