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¡Eureka! Cultivar madera sin talar árboles ya es posible
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¡Eureka! Cultivar madera sin talar árboles ya es posible

Los investigadores han demostrado que pueden controlar las propiedades del material vegetal cultivado en laboratorio y permitir la producción de productos de madera con poco desperdicio

Foto: Cada año, los humanos cortamos alrededor de 15.000 millones de árboles. (Pexels)
Cada año, los humanos cortamos alrededor de 15.000 millones de árboles. (Pexels)

Es curioso cómo las reuniones y conferencias destinadas a reducir nuestros efectos del cambio climático y, entre ellas, la decisión de seguir protegiendo nuestros bosques, se suelan realizar en lugares amueblados con muebles que, precisamente, están hechos con madera talada de árboles. Ahora, un nuevo invento promete acabar con nuestra necesidad de talarlos para siempre.

A pesar de los esfuerzos por evitar las actividades de deforestación, cada día nos encontramos los titulares de los medios de comunicación repletos de tristes noticias de “nuevos récords históricos” de deforestación en zonas tan emblemáticas como la selva amazónica, la selva tropical más grande del mundo que, a este ritmo, dejará de serlo. Cada año perdemos alrededor de 10 millones de hectáreas de bosque. Esta solución le viene al planeta como anillo al dedo.

Alternativas respetuosas con el medio ambiente

Un equipo de científicos del MIT afirma que la madera cultivada en laboratorio puede reemplazar los productos que impulsan la deforestación hechos de madera real. ¿Cómo funciona? Los expertos han desarrollado una técnica mediante la que se puede producir madera de cualquier forma y tamaño, todo sin salir del laboratorio. Así, podríamos crear una mesa de madera para el comedor utilizando esta técnica y sí, sin cortar ni un solo árbol.

"Esta investigación podría permitir cultivar productos de madera con las características necesarias para una aplicación en particular"

Esencialmente, coger una planta con flores conocida como zinnia común (Zinnia elegans) y luego se extraen las células de sus hojas que más tarde se pueden conservar en una mezcla líquida durante varios días. Después, se utiliza un material a base de gel enriquecido con hormonas y nutrientes para refinar aún más la mezcla. Las células dan a luz a nuevas células vegetales que luego serán tratadas según las condiciones del laboratorio.

“En el cuerpo humano, tienes hormonas que determinan cómo se desarrollan tus células y cómo emergen ciertos rasgos. De la misma manera, al cambiar las concentraciones de hormonas en el caldo nutritivo, las células vegetales responden de manera diferente. Simplemente manipulando estas diminutas cantidades químicas, podemos provocar cambios bastante drásticos en términos de los resultados físicos”, dice Ashley Beckwith, autora del estudio que publica la revista 'Materials Today'.

Madera sin talar árboles

El material vegetal resultante en laboratorio es similar a la madera, por lo que se podría 'cultivar' cualquier producto de madera, ya sea sillas o sofás, sin necesidad de procesar madera o talar árboles. Este material vegetal se emplea en una impresora 3D (de la misma manera que imprimiría en 3D un objeto de plástico) para convertir dicha solución de gel cultivada en muchas estructuras. Después de tres meses de incubación en la oscuridad, el material se deshidrata y el resultado final es un objeto personalizado hecho de materia vegetal similar a la madera.

placeholder La deforestación masiva es la causa principal de muchos problemas relacionados con el cambio climático. (Pexels)
La deforestación masiva es la causa principal de muchos problemas relacionados con el cambio climático. (Pexels)

Los investigadores han demostrado que, mediante el ajuste de ciertos productos químicos utilizados durante el proceso de crecimiento, pueden controlar con precisión las propiedades físicas y mecánicas del material vegetal resultante, como su rigidez y densidad. Así, pueden cultivar material vegetal en formas, tamaños y formas que no se encuentran en la naturaleza (como un rombo) y que no se pueden producir fácilmente con métodos agrícolas tradicionales.

Ajustar peso y resistencia

“La idea es que podemos cultivar estos materiales vegetales exactamente en la forma que necesitamos, por lo que no necesitamos hacer ninguna fabricación sustractiva después de hecho, lo que reduce la cantidad de energía y desperdicio. Hay mucho potencial para expandir esto y desarrollar estructuras tridimensionales”, continúa la experta.

Foto: Parque del Retiro en Madrid. (Pixabay)

Durante los experimentos, los expertos encontraron que cuanto más bajos eran los niveles de hormonas, más materiales vegetales redondeados y de células abiertas obtenían. Además, las plantas también tenían una densidad más baja en comparación con niveles hormonales más altos, lo que condujo al crecimiento de materiales vegetales con estructuras celulares más pequeñas y densas. Esta diferencia podría usarse para hacer productos que sean más suaves y livianos, o más fuertes y más rígidos, según sea necesario. Quizás otro de los puntos clave más destacados es que no genera ningún desperdicio.

“Este trabajo demuestra el poder que una tecnología en la interfaz entre la ingeniería y la biología puede aportar a un desafío ambiental, aprovechando los avances desarrollados originalmente para aplicaciones de atención médica”, dice Jeffrey Borenstein, coautor del trabajo.

El próximo paso, según los investigadores, es averiguar cómo aplicar el método a otras plantas. Zinnia no produce madera, pero adaptar el proceso para trabajar con algo tan utilizado como el pino, podría suponer una revolución en el sector maderero. Si tiene éxito, la madera cultivada en laboratorio podría ayudarnos a deshacernos de la deforestación de una vez por todas.

Es curioso cómo las reuniones y conferencias destinadas a reducir nuestros efectos del cambio climático y, entre ellas, la decisión de seguir protegiendo nuestros bosques, se suelan realizar en lugares amueblados con muebles que, precisamente, están hechos con madera talada de árboles. Ahora, un nuevo invento promete acabar con nuestra necesidad de talarlos para siempre.

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