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Pongamos el planeta de moda: ¿y si alquilas tu ropa en lugar de comprarla?
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Una alternativa sostenible

Pongamos el planeta de moda: ¿y si alquilas tu ropa en lugar de comprarla?

Los europeos consumimos casi 26 kg y desechamos unos 11 kg de ropa cada año. La mayoría de ella (87%) es incinerada o acaba en los vertederos. Urge un cambio de modelo

Foto: Factoría textil en Bangladés. (EFE/M. Alam)
Factoría textil en Bangladés. (EFE/M. Alam)

El impacto medioambiental de la industria textil no deja de ir en aumento. Las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) han ido creciendo en la última década hasta representar el 10% de las emisiones mundiales, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, las compras de textiles en la UE en 2017 generaron alrededor de 654 kg de emisiones de CO₂ por persona. Y luego está el consumo de agua.

Para elaborar una simple camiseta de algodón, se necesitan 2.700 litros de agua dulce. Asimismo, el uso de los tintes y otros productos de acabado es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable y del 35% de los microplásticos que están contaminando gravemente los ríos y los océanos de todo el planeta.

El 'fashion sharing' aprovecha las ventajas de la economía colaborativa y el uso compartido para alargar el ciclo vital de las prendas de ropa

Para contribuir a mitigar este impacto, hace una década aparecía en el mercado estadounidense Rent the Runway, la primera plataforma de armarios compartidos. Su eslogan: 'Alquilar es reciclar. Bienvenido al verdadero movimiento de la moda sostenible'. Toda una declaración de intenciones en un sector dominado por el consumismo y una apuesta contraria a la dinámica del usar y tirar.

Esta 'startup' ofrecía al consumidor norteamericano, ávido de cambiar su vestuario con frecuencia, la posibilidad de estrenar ropa sin tener que comprarla y acumularla hasta acabar desechándola. Todo ello gracias a un sistema de alquiler a partir de un catálogo de prendas con un amplio surtido de modelos y tallas.

placeholder Consumo de agua en el sector textil. (EPRS)
Consumo de agua en el sector textil. (EPRS)

Evidentemente, los patrones de consumo no son los mismos en Estados Unidos que en Europa. Por esta razón no había garantías de que un negocio de este tipo pudiera desarrollarse con éxito en nuestro entorno. Sin embargo, así está ocurriendo. Y una buena muestra de ello es el que está alcanzando en nuestro país la empresa Ecodicta, que ofrece un servicio de alquiler de ropa para mujeres, de suscripción mensual y sin compromiso de permanencia.

Foto: Pequeña tienda de moda sostenible en Alemania. (EFE/Phillipp Guelland)

Ecodicta se define como una plataforma de 'fashion sharing' (similar a la de los coches compartidos). Aprovecha las ventajas de los modelos de suscripción y la economía colaborativa para alargar el ciclo vital de cada prenda, reducir el consumo compulsivo, serenar y razonar la producción de ropa y mitigar los impactos ambientales de la moda. El método de funcionamiento no puede ser más simple. Los usuarios deben contestar primero a un test de estilo para que Ecodicta conozca sus gustos. Esta información sirve para preparar el contenido del primer 'box' de ropa que recibirán. A continuación, deben elegir el plan de subscripción que mejor se adapte a sus necesidades.

El número de prendas del 'box' (a partir de cuatro prendas al mes por menos de 46 euros) dependerá del tipo de subscripción escogido y estas estarán a disposición de las usuarias durante dicho periodo de tiempo. Pasado ese tiempo, el 'box' se devuelve y se recibe otro con nuevas prendas. El primer 'box' está elaborado por la empresa, pero el contenido de los siguientes ya es el resultado de la libre elección. Si alguna prenda es de especial agrado para la usuaria, existe la opción de adquirirla en propiedad.

placeholder Una mujer comprando ropa en una tienda. (EFE)
Una mujer comprando ropa en una tienda. (EFE)

El precio incluye el transporte hasta el domicilio, el servicio de un 'personal shopper' y un seguro por si la prenda se daña. Y, si al ponértela por primera vez descubres que no te sienta bien, puedes cambiarla sin coste adicional.

La propuesta de Ecodicta no es contraria a la compra tradicional de prendas de vestir. Por el contrario, su filosofía al respecto es que las personas adquieran ropa de calidad para tener un fondo de armario fijo, estable, versátil y sobre todo mucho más sostenible.

El sistema de alquiler se presenta como un complemento ideal para evitar la acumulación por capricho de una gran cantidad de ropa que tiende a ocupar un espacio del que mucha gente no dispone en su vivienda. Pero, sobre todo, favorece el avance hacia un modelo de consumo de ropa que contribuya a reducir el creciente impacto ambiental del sector textil, mucho más comprometido con el cuidado del planeta.

El impacto medioambiental de la industria textil no deja de ir en aumento. Las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) han ido creciendo en la última década hasta representar el 10% de las emisiones mundiales, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, las compras de textiles en la UE en 2017 generaron alrededor de 654 kg de emisiones de CO₂ por persona. Y luego está el consumo de agua.

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