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Esta primavera, olvídate de los geranios y cultiva tu huerto en la terraza
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EL BALCÓN COMESTIBLE

Esta primavera, olvídate de los geranios y cultiva tu huerto en la terraza

Aunque en periodos de alta contaminación pueda resultar desaconsejable, por norma general los huertos urbanos ofrecen la oportunidad de recuperar el contacto con la tierra y cultivar nuestros propios alimentos

Foto: Huerto urbano a pleno rendimiento.
Huerto urbano a pleno rendimiento.

Cultivar las terrazas y los balcones de las ciudades para alimentarnos de sus frutos puede parecer una propuesta extravagante, un divertimento ecologista condenado al fracaso, dado el entorno hostil del medio urbano, saturado de contaminantes y poco frecuentado por los insectos y los pájaros que posibilitan la polinización de las plantas.

Pero lo cierto es que, a pesar de las voces que alertan sobre los riesgos para la salud de consumir verduras cultivadas en zonas de mucho tránsito, cada vez son más los ciudadanos que se deciden a sacarle fruto a su terraza, el balcón e incluso el alféizar de la ventana plantando hortalizas y verduras en lugar de geranios.

El huerto urbano propicia el contacto con la tierra y permite seguir el ritmo de las estaciones en la naturaleza

Existen muchas alternativas para disfrutar el placer de cultivar la tierra en un pequeño espacio exterior de nuestro piso. Desde armarios para cultivo (en Ikea, por ejemplo, tienen unos muy prácticos) hasta huertos verticales, de los que se sujetan en la pared (ideales para galerías interiores). Desde minihuertos de la medida de una mesita de noche, hasta cajones de suelo de todos los tamaños. Incluso podemos plantar un huerto en macetas o jardineras tradicionales.

placeholder Cultivo en jardineras. (Jose Luis Gallego)
Cultivo en jardineras. (Jose Luis Gallego)

Los grandes centros de jardinería disponen de un amplio catálogo de modelos, pero también existen numerosas tiendas 'online' dónde se pueden adquirir estos huertos urbanos con entrega a domicilio y fácil montaje. Tan solo se trata de visitar sus webs y elegir el que mejor se adapte a nuestras necesidades y presupuesto.

Convertirnos en agricultores de terraza nos ofrece la posibilidad de disponer de una pequeña cantidad de verduras y hortalizas frescas y desarrollar un verdadero taller de ecología doméstica. Adquirir enseñanzas sobre el ritmo de los cultivos en la naturaleza y descubrir el calendario de los vegetales. Algo que resulta especialmente recomendable si hay niños en casa, pues el pequeño huerto urbano les permite vincularse en directo con la tierra y seguir el ritmo de las estaciones en el campo.

placeholder Mesa de cultivo en terraza. (Jose Luis Gallego)
Mesa de cultivo en terraza. (Jose Luis Gallego)

Aprenden, por ejemplo, cuánto tarda en crecer una escarola, el tiempo que precisa un tomate desde que se abre la flor hasta que madura y puede ser arrancado, o cómo la exótica y bellísima flor amarilla del calabacín se transforma en esa hortaliza tan rica.

Pero, además del aspecto educativo (insisto, muy importante para vincular a los más jóvenes con las labores de la tierra), el cultivo de un huerto urbano en la terraza o el balcón puede convertirse en un pequeño auxilio para la economía doméstica. Los plantones de lechuga, por ejemplo, suelen costar alrededor de cinco céntimos de euro, y al cabo de un mes ya están desarrolladas y listas para pasar de la mesa de cultivo a la bandeja de ensalada.

Foto: J.L Fernández Casadevante en el huerto de Adelfas

Algo parecido ocurre con el resto de verduras y hortalizas que podemos plantar en el huerto urbano: apio, calabacín, pepino, berenjena, puerro, cebolla, guisante, pimiento, escarola, acelga, espinaca, zanahoria y un largo listado de otras variedades, como la menta, la albahaca o el perejil. Todas ellas nos ayudarán a darle un pequeño pellizco a la cesta de la compra, algo que siempre viene bien, y nos permitirá disponer de alimentos frescos de proximidad (más es imposible) cultivados por nosotros mismos, lo que genera una satisfacción añadida.

placeholder Huerto en azotea. (Reuters)
Huerto en azotea. (Reuters)

Cada vez somos más los que disfrutamos del cultivo de la tierra sacándole fruto a la terraza o el balcón, plantando hortalizas y verduras en lugar de margaritas o xefleras. Por eso me atrevo a recomendar que, en la medida en que les sea posible, esta primavera se atrevan a probarlo y se animen a cultivar su balcón o su terraza: descubrirán por qué despierta tanta afición en quienes lo practicamos.

Cultivar las terrazas y los balcones de las ciudades para alimentarnos de sus frutos puede parecer una propuesta extravagante, un divertimento ecologista condenado al fracaso, dado el entorno hostil del medio urbano, saturado de contaminantes y poco frecuentado por los insectos y los pájaros que posibilitan la polinización de las plantas.

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