Grifols ficha al bufete que torció la mano a Tarantino para demandar a Gotham en EEUU

Grifols ha decidido querellarse contra Gotham City Research, el inversor bajista que le ha provocado una caída del 33% en bolsa, con la pérdida de cerca de 3.000 millones de euros de capitalización. Según han asegurado varias fuentes, la compañía catalana ha contratado los servicios de Proskauer Rose LLC, un bufete de abogados estadounidense especialista en litigios corporativos, que ha ganado varios pleitos multimillonarios, entre otros a Quentin Tarantino, el famoso actor y director de Hollywood.

Según estas fuentes, Grifols ha decidido presentar la querella tanto en España como en Estados Unidos, ya que la multinacional fabricante de hemoderivados cotiza también en Wall Street a través de los American Depositary Receipts (ADR). Pero, sobre todo, porque la Justicia estadounidense suele ser mucho más rápida que la española a la hora de resolver estas denuncias de perfil financiero, mucho más habituales en el mercado de valores norteamericano.

Además, con esta decisión, Grifols quiere contrarrestar la demanda colectiva que varios bufetes locales pretenden cursar contra el consejo de administración del grupo catalán por el presunto fraude contable en sus cuentas, tal y como denunció Gotham en su informe del pasado 9 de enero. Rosen, Hagens Berman, Pomerantz, Levi & Korsinsky, Holzer & Holzer, Wohl & Fruchter, Johnson Fistel, Frank R. Cruz, Howard G. Smith, Plummets o Glancy Prongay & Murray, en Estados Unidos, y Zunzunegui o Cremades, en España, están agrupando a inversores afectados por la caída en bolsa de la empresa española para llevar a cabo lo que se denomina una class action o única demanda en nombre de miles de perjudicados para lograr una indemnización. La compañía ya tuvo que pagar 16,7 millones de dólares por una reclamación colectiva interpuesta por unos donantes de plasma por violar su privacidad.

Si las acusaciones de Gotham se demostrasen, la ley federal sobre el mercado de valores de Estados Unidos podría amparar a los inversores minoristas y podrían reclamar indemnizaciones. Ante la pérdida de valor en el mercado, estos despachos han puesto formularios a disposición de los inversores que quieran emprender acciones legales contra la farmacéutica y también piden colaboración para recopilar la información que pueda ayudar a demostrar que se han infringido las leyes estadounidenses del mercado de valores.

Opinión

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Juan Gómez Bada

El fabricante de plasma, que tiene como despacho de cabecera a Osborne Clarke, ha optado por ponerse en manos de Proskauer, un bufete con sede en Nueva York y presente en 12 ciudades, incluidas Londres, París, Pekín y Hong Kong. En su página web, Proskauer, que ya trabajó para Grifols en la adquisición de Biomat por 1.000 millones de dólares en 2021, asegura que ha ganado algunos de los pleitos corporativos más importantes de Estados Unidos.

Entre ellos, destacan la victoria para Sanderson Farms por una demanda antimonopolio en la industria del pollo por 7.000 millones de dólares, la sentencia favorable a Gilead Sciences por una denuncia estimada en 3.600 millones de dólares o la representación en el litigio contra la multinacional Monsanto por parte de una presunta afectada por unos herbicidas que le habrían causado una enfermedad grave.

Destaca la victoria para Sanderson Farms por una demanda antimonopolio en la industria del pollo por 7.000 millones de dólares

Y entre ellos se encuentra también la defensa de Miramax, una productora cinematográfica a la que había demandado el actor y director Quentin Tarantino por una supuesta infracción de la propiedad intelectual al lanzar tókenes o activos digitales de la película Pulp Fiction. Proskauer logró un acuerdo pionero sobre los derechos de autor de los conocidos como NTF.

El pasado 10 de enero, dos días después del informe de Gotham, Grifols anunció que demandaría al bróker bajista por el informe sobre sus prácticas contables, que calificó de "especulaciones". La compañía presidida por Thomas Glanzmann señaló que emprenderá acciones legales "por el importante daño causado, tanto financiero como reputacional, a la sociedad, así como a todos sus stakeholders, y por provocar una gran preocupación a sus pacientes y donantes".