Harvey Specter, en Canillejas: qué hace un bufete neoyorquino en un barrio obrero de Madrid

Nadie diría, al pasar por la calle Pepe Isbert, en el madrileño barrio de Canillejas, que allí tiene su domicilio en España un gran despacho de abogados neoyorquino que factura más de 1.400 millones de dólares —casi 1.300 millones de euros al cambio actual—. Nadie lo diría porque los Opel Corsa, los Ford Fiesta y los desgastados furgones de reparto que hay aparcados junto a sus aceras dibujan un ambiente muy distinto al que se respira en la calle Serrano o el paseo de la Castellana, arterias en que se ubica la mayoría de los cuarteles generales de los bufetes de élite presentes en Madrid. Sin embargo, según la información que consta en el Registro Mercantil, en el número 11 de la vía, en una pequeña urbanización de ladrillo de este barrio obrero de la capital, tiene su domicilio social la firma norteamericana Cleary Gottlieb.

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La presencia de Cleary Gottlieb en España es muy poco conocida, incluso, en el propio sector legal. Es llamativo que este despacho se encuentre tan bajo el radar, pues se trata de uno de los grandes bufetes a nivel global, con presencia formal en hasta 11 países de tres continentes. En 2021, ingresó 1.418 millones de dólares, situándose en el puesto 38 del ranking mundial por facturación, muy cerca de Herbert Smith Freehills, en la posición 33, con 1.518 millones de dólares, o Eversheds Sutherland, 34º con 1.501 millones, y por delante de otras firmas internacionales presentes en nuestro país como Squire Patton Boggs, 54º, con 1.137 millones, o Ashurst, 57º con 1.098 millones. En Estados Unidos, Cleary forma parte de las denominadas white-shoe firms —los despachos de los zapatos blancos—, apelativo con el que en la abogacía yanqui se refieren a las organizaciones tradicionalmente más exclusivas y elitistas.

Según las cifras del portal especializado Law.com, Cleary Gottlieb cuenta con más de 1.050 abogados en todo el mundo y en la última la clasificación de AmLaw se situó en el puesto 29 en el ranking por facturación de despachos norteamericanos. Al cierre del pasado ejercicio, sus 165 socios se repartieron un beneficio per cápita de 4,7 millones de dólares y sus ingresos por profesional alcanzaron los 1,35 millones de dólares. Unas cifras muy significativas. Su red de oficinas revela, asimismo, que se trata de una organización con profunda vocación internacional, pues, a sus sedes en Nueva York, Washington y Silicon Valley, hay que sumar otras tres en Asia —Beijing, Hong Kong y Seúl—, siete en Europa —Fráncfort, París, Londres, Bruselas, Colonia, Milán y Roma— y las de São Paulo y Abu Dabi.

Datos al margen y trascendiendo al sector legal, Cleary Gottlieb también es conocido en Estados Unidos por ser el bufete en el que se inspiraron los creadores de Suits, serie que recrea la vida en un gran despacho de abogados neoyorquino, protagonizada por Gabriel Macht, que daba vida al implacable y prepotente Harvey Specter, socio al mando de Patrick J. Adams, actor que representaba el brillante pero fraudulento abogado Mike Ross. En diversas entrevistas, el productor de la serie y director de cine Doug Liman admitió que su intención era representar cómo eran los despachos de élite de la Gran Manzana y que, para ello, se basó en los relatos profesionales de su padre, abogado en Paul Weiss, pero, especialmente, en los de su hermano, letrado en Cleary Gottlieb.

Pero, volviendo a España, ¿qué ha provocado que Cleary Gottlieb se haya instalado en Madrid, pero haciéndolo, eso sí, de forma tan discreta?; ¿y por qué un bufete que tiene su sede principal en el imponente rascacielos One Liberty Plaza de Nueva York elige una humilde urbanización de ladrillo de Canillejas como domicilio español? Tras contactar con el equipo de comunicación del despacho —que ha facilitado algunas pistas, pero no todas las respuestas— y tras consultar con distintas fuentes del sector conocedoras de la breve historia del despacho en nuestro país, estos son los elementos que permiten trazar al camino que ha seguido Cleary en España.

De Castellana a Pepe Isbert

El bufete, según la información registral, inició su actividad en nuestro país en 2020 a través de la creación de una entidad no residente. A pesar de que desde Cleary han rehusado precisar el motivo de su aterrizaje en España —solo subrayan que no se trata de una oficina como tal, por eso no aparece en su página web, sino de una "presencia física limitada"—, su apertura coincide con su contratación por parte del Banco de España como asesor jurídico en el arbitraje que contra el Reino de España iba a celebrarse en Londres a instancia del Grupo de Inversores Mexicanos (MIG) liderado por Antonio del Valle. Un contrato, por cierto, que tras algunos modificados ascendió finalmente a 3,8 millones de euros, según consta en la documentación existente en la Plataforma de Contratación del Sector Público.

Aunque los pliegos del contrato no se encuentran accesibles actualmente, fuentes del Banco de España precisan que el procedimiento de licitación de dicho contrato no exigía la apertura de sede en nuestro país. La decisión de contar con un establecimiento en Madrid es, por tanto, una decisión autónoma del despacho, desvinculada de los requerimientos de la licitación. Para la creación y gestión de su primer domicilio en la capital española, Cleary Contrató los servicios de Deloitte Legal, sede que se fijó en la primera planta del número 21 del paseo de la Castellana. "Tenemos clientes que operan en España o tienen conexiones con España, a los que prestamos servicios a través de nuestra red global, incluyendo un espacio de trabajo en Madrid", explican desde el bufete neoyorquino.

En diciembre de 2021, según figura en el Registro Mercantil, Cleary modificó su domicilio social y lo trasladó al número 11 de la calle Pepe Isbert. Un cambio del que, sorprendentemente, en el bufete no eran conscientes, a tenor de su primera respuesta remitida a El Confidencial, en la que señalaban que debía ser un error porque su ubicación seguía encontrándose en Castellana 21. Sin embargo, tras comprobar la documentación oficial remitida por este diario, el despacho agrega una posible explicación al cambio del domicilio social. "Nuestro representante a efectos fiscales es Stratos Gestion SL, cuya dirección se encuentra en Pepe Isbert", indica una fuente oficial, que remarca, no obstante, que mantienen su espacio físico inicial.

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Y así es. En la ristra de entidades presentes en el número 21 de Castellana sigue figurando un pequeño letrero que reza Cleary Gottlieb. Pero ¿cómo es posible que el despacho desconociera que su domicilio fiscal había sido modificado?, ¿quién impulsó este cambio? En este punto, aparecen versiones contradictorias y un tanto enrevesadas. Un directivo de Stratos Gestión —empresa, no obstante, que parece contar con un nivel muy bajo de actividad; no presenta cuentas desde 2019, cuenta con su sede física cerrada y su página web desactivada— asegura que desde Deloitte Legal, firma con la que él mantuvo relación en el pasado, le solicitaron poder usar su dirección para instalar ahí el domicilio de Cleary. Un extremo, no obstante, que niegan desde la Big Four, en donde admiten haber gestionado el aterrizaje del bufete norteamericano en España, pero desde donde aseveran que ya no gestionan su día a día. Este punto ha resultado imposible de esclarecer, a la vista de los distintos testimonios ofrecidos.

En cualquier caso, y más allá de esa "presencia física limitada", quien busque la ubicación en España de Cleary Gottlieb, acabará irremediablemente en Canillejas, pues no existe —más allá del pequeño letrero en el interior del edificio, ni siquiera visible desde la calle— ninguna mención pública en Internet que vincule al bufete con Castellana 21 o remita a los interesados a ese lustroso inmueble. Las referencias, todas ellas en webs que contienen información registral, dirigen irremediablmente al número 11 de la calle Pepe Isbert, un entorno en el que nadie esperaría encontrarse al socio de un gran bufete, luciendo los entallados trajes y los carísimos relojes y zapatos de Harvey Specter.