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El PSE juega el papel más difícil el 21-A: atrapado entre sus mensajes y los dos bloques
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DOS LEMAS CUESTIONADOS

El PSE juega el papel más difícil el 21-A: atrapado entre sus mensajes y los dos bloques

Los socialistas se enredan con las críticas a la gestión del PNV, a pesar de ser sus socios en el Gobierno vasco. La necesidad de tener que negar de forma constante que no pactarán con Bildu condiciona su estrategia

Foto: Eneko Andueza, candidato del PSE. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)
Eneko Andueza, candidato del PSE. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)
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De los principales partidos que concurren a las elecciones vascas del 21 de abril, el PSE es el que juega el papel más difícil. Los socialistas afrontan la campaña con la idea fuerza de que ellos son la garantía del desarrollo de políticas progresistas en Euskadi. En teoría es simple, reivindicar lo hecho en la última legislatura desde el Gobierno vasco, con el foco puesto en la vivienda y el empleo, dos de las consejerías en manos del partido. Pero la idea se tambalea cuando el discurso también pasa por criticar lo que ha hecho la otra parte del Ejecutivo, el PNV.

El mensaje entonces se mimetiza con el que puede replicar cualquiera de los partidos de la oposición, con la particularidad de que en este caso lo pronuncia una de las fuerzas que forma parte del Ejecutivo. El PSE se ha quedado atrapado entre sus proclamas, forzado a repetir de forma machacona que no va a pactar con Bildu, y descolocado en la política de bloques, ya sea en el eje nacionalista o en el eje izquierda-derecha.

Los dos lemas elegidos por la formación para la campaña, Cambia el guión y Elige al que decide, son un buen ejemplo porque evidencian ciertas contradicciones. El primero entronca con esa idea de reivindicar lo hecho, pero suena a autoenmienda. "La campaña la afrontamos como un partido de Gobierno, reivindicando lo hecho y el acuerdo con el PNV, aunque seamos críticos en algún momento determinado", defienden fuentes del PSE. En la formación consideran que "con moderación y sinceridad" no hay ningún problema en poner en cuestión algunas de las medidas impulsadas por los nacionalistas.

Foto: El candidato a 'lehendakari' y cabeza de lista por Bizkaia, Imanol Pradales, interviene durante el arranque de la campaña electoral del PNV. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)
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El ejemplo más evidente es Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, que arrastra importantes problemas y que se ha convertido en la principal crítica contra el PNV, también por parte de su socio. Es un mensaje recurrente y que aflora en todas las entrevistas que ha concedido el candidato socialista a la Lehendakartiza, Eneko Andueza, a pesar de que comience a irritar en el PNV. Sin embargo, en el PSE entienden que las críticas a la gestión de los jeltzales no pueden perjudicarles ni pillarles en un renuncio, aunque sea para servir en bandeja un argumento al resto de partidos de izquierdas, que han terminado por reprochar a los socialistas que sin tan mal consideran que iban las cosas por qué no utilizaron su fuerza en el Consejo de Gobierno para enderezarlas.

"Tenemos libertad para hacer ese planteamiento y la gente lo entiende", abundan en la federación socialista vasca, que se escudan en las encuestas publicadas. La mayoría de sondeos apunta a un crecimiento del PSE, que se movería en una horquilla de 11-12 escaños, frente a los 10 que obtuvo hace cuatro años, mientras que dibujan un desgaste de los nacionalistas, que podrían caer hasta cuatro, al pasar de 31 a 27. El hecho de que aparentemente los votantes vayan a castigar al PNV y premiar al PSE es a lo que se agarra el partido para defender que su estrategia es acertada y que el elector es capaz de diferenciar lo que ha hecho una y otra formación en el Gobierno.

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En la misma idea insisten otras fuentes consultadas, aunque reconocen que algunos de los mensajes que está lanzando el partido pueden ser confusos y se prestan a lecturas que nada tienen que ver con las pretendidas por el PSE. Estas voces señalan que el Ejecutivo de coalición firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias la pasada legislatura evidenció que "no es lo mismo un ministro socialista que otro de Podemos" y que esa lógica, que es la que late tras la estrategia del PSE, ha comenzado a propagarse por el electorado vasco, pero con los socialistas y jeltzales en la ecuación.

El partido tiene dos objetivos fundamentales el próximo 21-A. El primero es retener al máximo número de votantes del PNV que en las generales optaron por el PSOE para impedir un Gobierno de PP-Vox. Estos son los que dieron la victoria a los socialistas en Euskadi y, según datos del CIS, son un 25,4% de las personas que ahora aseguran que votarán a los peneuvistas. El premio pasa por convencer a aquellos con un cierto descontento con el PNV, "a esa gente tenemos que decirle que no hace falta que se vayan a Bildu", explican en el partido. Y el segundo objetivo es convencer a aquellos que se debaten entre Podemos y Sumar bajo la idea de que la única fuerza de izquierdas no nacionalista que tiene garantizada su representación en el Parlamento vasco es el PSE, que además tiene la llave de la gobernabilidad en su mano.

Foto: Javier de Andrés y Alberto Núñez Feijóo el pasado marzo en la presentación del libro del primero. (EFE/Luis Tejido)

En definitiva, consiste en exprimir el segundo lema que los socialistas han lanzado para el 21-A, el de Elige al que decide, pero también la idea es confusa. ¿Quiere decir que el PSE podría no reeditar el Gobierno de coalición con el PNV y optar por Bildu? No es ni mucho menos el mensaje que quieren transmitir los socialistas, que se han visto obligados a rechazar mitin sí y mitin también la posibilidad de pactar con la izquierda radical, pero el enunciado abre la puerta a la especulación.

Fuentes del partido reconocen que el tener que dedicar esfuerzos a negar de forma constante ese pacto con Bildu lastra "un poco" la estrategia del partido, que considera imprescindible ahora que no haya ninguna "confusión" en el electorado, que no haya “equivocación” posible. Si con las críticas al PNV, Podemos y Sumar encontraban el hueco para poner en evidencia los argumentos del PSE, en este caso es el PP el que señala la contradicción de marcar distancias con Bildu cuando es un socio fundamental de Pedro Sánchez en el Congreso, desdibujando la posición de los socialistas en el eje nacionalista.

"El PNV y Bildu y el resto de agentes, gabinetes, casas de encuestas, medios de comunicación, están vendiendo las elecciones como una competición a dos, trasladando la idea de que el resto son simples figurantes de escena, de Podemos al PP, y ahí el PSE, que va a tener la llave de la gobernabilidad, tiene que decir que él no es como el resto, que no es un figurante", justifican las fuentes consultadas sobre el segundo lema. Las mismas voces sostienen que en una campaña electoral “no puedes vender la piel del oso antes de cazarla”, en referencia a que no pueden dar por hecho el pacto con el PNV, aunque sea su opción y lo que va a suceder tras el 21-A salvo cataclismo.

De los principales partidos que concurren a las elecciones vascas del 21 de abril, el PSE es el que juega el papel más difícil. Los socialistas afrontan la campaña con la idea fuerza de que ellos son la garantía del desarrollo de políticas progresistas en Euskadi. En teoría es simple, reivindicar lo hecho en la última legislatura desde el Gobierno vasco, con el foco puesto en la vivienda y el empleo, dos de las consejerías en manos del partido. Pero la idea se tambalea cuando el discurso también pasa por criticar lo que ha hecho la otra parte del Ejecutivo, el PNV.

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