El PNV incrementa su poder en el País Vasco y el PP no se levanta y se queda fuera otra vez
Los populares prolongan su debacle y no recuperan ninguno de los dos escaños perdidos el 28-A, a las puertas, además, de los comicios vascos del próximo año, donde se juega su futuro político
Las elecciones generales en el País Vasco no han hecho sino acrecentar el poderío del PNV, que es el gran beneficiado de los comicios, al sumar un escaño más a los seis logrados en los anteriores comicios en perjuicio de Podemos, que pierde uno de los cuatro representantes logrados en el Congreso de los Diputados. Por lo demás, todo sigue igual, ya que las urnas apenas han introducido este único baile de escaños en el panorama electoral vasco. De este modo, el PP no se recupera de la debacle y, a pesar de crecer en votos, se va nuevamente de vacío al no poder recuperar ninguno de los dos escaños perdidos hace medio año —en Vizcaya y Álava—, cuando los populares sufrieron una debacle sin precedentes al quedarse por primera vez en la democracia sin representación en la Cámara Baja.
Los comicios han supuesto un duro varapalo para el PP, que en sus sondeos internos prácticamente daba por hecho que iba a recuperar el escaño perdido en Álava, con Mari Mar Blanco como candidata en sustitución del hoy senador por Castilla y León Javier Maroto, y contaba con pelear el representante por Vizcaya con la misma candidatura encabezada por Beatriz Fanjull. Pero los populares se han vuelto a estrellar en Álava, donde EH Bildu ha vuelto a ganarles la partida al obtener el cuarto escaño en juego por este territorio. Los resultados ahondan así en la debacle de los populares vascos, con una trascendencia que supera al propio 10-N, ya que este importante revés se produce a las puertas de las trascendentales elecciones vascas del próximo año, donde el partido liderado por Alfonso Alonso se juega su futuro político en el País Vasco, en plena caída elección tras elección en los últimos años.
El PNV es el gran beneficiado, pero también sale triunfador EH Bildu, que mantiene sus cuatro escaños por el País Vasco y suma uno por Navarra
El PNV es el gran beneficiado de la repetición de las elecciones generales con los siete escaños obtenidos, tras ser nuevamente la fuerza más votada en los tres territorios, lo que le permite reeditar la representación lograda hace 15 años. Aunque también sale triunfadora del 10-N la antigua Batasuna, que mantiene sus cuatro escaños por el País Vasco y suma un asiento por Navarra, lo que le abre la puerta a tener grupo propio en el Congreso de los Diputados —para ello, debe obtener más del 15% de los votos en los diferentes territorios y en Vizcaya ha estado al límite, con el 15,05%, con el 100% escrutado, a expensas del voto extranjero—. La formación liderada por un exultante Arnaldo Otegi logra, de este modo, el escenario deseado después de que en las elecciones generales de 2016 apenas obtuviera dos representantes.
Con una participación casi tres puntos por debajo de la del 28-A, el partido de Andoni Ortuzar pierde 18.000 votos en relación con los pasados comicios, cuando obtuvo cerca de 396.000 papeletas, pero, paradójicamente, crece en porcentaje (32% frente al 31% de los pasados comicios) y logra un escaño más al beneficiarse en Vizcaya de la presencia en las urnas de Más País —el único territorio vasco donde la formación de Íñigo Errejon ha presentado lista el 10-N—, que no logra representación pero que perjudica de forma clara a Podemos, que se deja un escaño que va a parar a manos de la formación nacionalista. El baile de este escaño en Vizcaya, donde estaban en juego ocho asientos en el Congreso, es el único cambio en relación con las elecciones generales de abril, ya que la situación no ha variado en Guipúzcoa (seis escaños) y Álava (cuatro).
El PSE también pierde votos en relación con el 28-A, al pasar de 254.000 votos a 226.000, pero se mantiene como segunda fuerza y obtiene cuatro escaños con el 19% de los sufragios, mientras que Podemos cae a la cuarta fuerza, arrastrado entre otras cosas por el efecto de Más País, al lograr el 15,40% de los votos y tres escaños. La tercera posición la ocupa ahora EH Bildu, con el 18,7% de los votos, dos puntos más que en las anteriores elecciones. El PP incrementa los votos en relación con el 28 de abril, al pasar del 7,4% al 8,8% de los sufragios, pero le es insuficiente para revertir la situación de hace apenas medio año y lograr representación en el Congreso. De hecho, en Álava, su tradicional feudo, EH Bildu amplía la diferencia con respecto a los populares. Si en los pasados comicios apenas les separaban 362 votos, en esta ocasión la coalición 'abertzale' ha superado al PP en más de 2.000 votos. Los populares han estado incluso más cerca de recuperar el escaño por Vizcaya y, de hecho, en las filas de Alonso no se da por perdido el representante por este territorio a la espera del recuento de votos definitivo.
El 10-N ha certificado que la derecha vuelve a quedarse sin representación en el País Vasco, donde Vox mantiene sus resultados, con el 2,4% de los votos, y Ciudadanos se desploma, tras perder dos terceras partes de su apoyo —pasa de 40.000 sufragios a apenas 13.000 (el 1,1%)—. La formación naranja paga la debacle de su líder, Albert Rivera, en España, pero también su fuerte crisis interna, con un partido desestructurado después de que la dirección en Madrid cortara un posible pacto electoral con el PP vasco cuando ya se encontraba avanzado. A este respecto, la suma de ambos partidos en Álava hubiera arrebatado el escaño a EH Bildu. En su conjunto, la participación en el País Vasco ha caído cerca de tres puntos, al pasar del 71,78% de la anterior cita con las urnas al 68,91% de esta última cita electoral.
EH Bildu asciende en Navarra
Las elecciones generales en Navarra han vuelto a dejar a Navarra Suma como primera fuerza con dos escaños, mientras que el PSN ha perdido uno de sus dos representantes debido al fuerte ascenso de EH Bildu, que logra entrar en el Congreso al recibir gran parte de los votos del electorado de Geroa Bai, que se ha movido hacia la coalición 'abertzale' por el denominado 'voto útil'. La antigua Batasuna no obtuvo asiento en la Cámara Baja en los comicios del 28 de abril, en pugna con los socialistas por apenas 408 votos, y ahora ha logrado representación con holgura después de capitalizar la caída de la formación que lidera el PNV en Navarra, que ha perdido casi la mitad de sus votos, al pasar de 22.309 sufragios a algo más de 12.000 —apenas logra el 3% de las papeletas—.
La coalición 'abertzale', que volvía a presentar como cabeza de lista a Bel Pozueta, la madre de uno de los jóvenes condenados por la agresión de Alsasua a dos guardias civiles y sus parejas, crece 10.000 votos, los mismos que ha perdido Geroa Bai, al superar los 55.000 sufragios, lo que supone el 17% frente al 12,7% de hace medio año. Resulta significativo que el partido que lidera la expresidenta de Navarra en la pasada legislatura, Uxue Barkos, haya sido superado ampliamente en votos por Vox, que se sitúa como quinta fuerza con más de 18.000 votos (5,6%), si bien esta formación apenas crece en la comunidad foral. El quinto escaño en juego por Navarra se queda en manos de Podemos, que se deja un importante número de apoyos con respecto a la pasada cita con las urnas, al pasar de 68.393 votos (18,6%) a poco más de 55.000 (16,61%), pero no tiene problemas para conservar su representante por esta comunidad.
Las elecciones generales en el País Vasco no han hecho sino acrecentar el poderío del PNV, que es el gran beneficiado de los comicios, al sumar un escaño más a los seis logrados en los anteriores comicios en perjuicio de Podemos, que pierde uno de los cuatro representantes logrados en el Congreso de los Diputados. Por lo demás, todo sigue igual, ya que las urnas apenas han introducido este único baile de escaños en el panorama electoral vasco. De este modo, el PP no se recupera de la debacle y, a pesar de crecer en votos, se va nuevamente de vacío al no poder recuperar ninguno de los dos escaños perdidos hace medio año —en Vizcaya y Álava—, cuando los populares sufrieron una debacle sin precedentes al quedarse por primera vez en la democracia sin representación en la Cámara Baja.