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El PNV plantea un 'descafeinado' derecho a decidir: sin consulta ni ruptura con España
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propuesta para la reforma del estatuto

El PNV plantea un 'descafeinado' derecho a decidir: sin consulta ni ruptura con España

La formación 'jeltzale' propone que el nuevo Estatuto reconozca como principio el derecho a decidir del pueblo vasco, pero sin concretar cómo se puede ejercer y dentro de un "ejercicio pactado"

Foto: El lendakari, Iñigo Urkullu. (EFE)
El lendakari, Iñigo Urkullu. (EFE)

El PNV ha propuesto que el nuevo Estatuto del País Vasco reconozca como principio el “derecho a decidir” del pueblo vasco, si bien se trata de un planteamiento de ‘derecho de autodeterminación descafeinado’, ya que, más allá de su concepción teórica, no concreta cómo se puede ejercer este principio político y a través de qué mecanismos se puede articular. Es significativo lo que dice, pero también lo que no afirma. Así, su propuesta no recoge la celebración de un referéndum para que el pueblo vasco decida si quiere la independencia dentro de la vía de “no ruptura” con el Estado por la que apuesta, ya que establece que este “ejercicio del derecho democrático de la ciudadanía vasca a decidir su estructura política y su régimen de convivencia” debe ser “pactado”.

La formación ‘jeltzale’ ha desvelado hoy sus cartas en la ponencia sobre autogobierno del Parlamento vasco que aborda, no sin dificultades, la reforma del Estatuto de Gernika, aprobado en 1979 para dotar al País Vasco de un nuevo estatus jurídico. El documento, de 17 páginas, plantea el reconocimiento del País Vasco como un sujeto político capacitado para decidir su futuro, pero se queda en la formulación para no abrir un nuevo frente secesionista con el Gobierno en pleno desafío soberanista catalán y no soliviantar a su socio de gobierno, el PSE.

El PNV se queda en la formulación para no abrir un nuevo frente secesionista con el Gobierno en pleno desafío catalán y no soliviantar a su socio socialista

Se trata, en esencia, de una forma de contentar a todos. Se plantea el reconocimiento en el nuevo texto estatutario del derecho a decidir que le corresponde al País Vasco como concepto de acuerdo a su concepción independentista, pero en la práctica no se va más allá en términos de concreciones para garantizar la tranquilidad institucional con el Estado y la estabilidad con el PSE en el Ejecutivo de Vitoria y el resto de instituciones vascas durante una legislatura de la que apenas se ha consumido poco más de un cuarto. Los socialistas, abiertos a una reforma del actual texto dentro de los límites legales establecidos en la Constitución para su encaje en “un proyecto compartido con España y Europa”, ya habían advertido de que el contenido de la propuesta ‘jeltzale’ iba a poner a prueba el pacto de gobierno.

El lendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, no quieren que el País Vasco se convierta en una nueva Cataluña. Siempre han mantenido distancias con el proceso unilateral y rupturista emprendido por el Govern, y el acuerdo por el que apuestan para profundizar en el autogobierno queda reflejado en su propuesta de reforma del Estatuto, donde el PNV plantea que se reconozca al País Vasco como un “sujeto político-jurídico titular” diferenciado dentro de “un nuevo marco político de relación Euskadi-Estado basado en la singularidad y la bilateralidad”.

El planteamiento del PNV viene a extender la aplicación del concierto económico a las relaciones políticas y jurídicas. Esto es, la consecución de un "concierto político"

El planteamiento del PNV viene a extender la aplicación del concierto económico a las relaciones políticas y jurídicas. Esto es, la consecución de un “concierto político” sobre la base del “respeto mutuo”. ¿Cómo se ejercerá el derecho a decidir? "Ahora no toca esta cuestión", ha venido a afirmar el portavoz del PNV en la Cámara de Vitoria, Joseba Egibar, quien pone el acento en que el documento establece este "nuevo marco de convivencia" con el Estado deseado por la ciudadanía vasca desde "el respeto y el reconocimiento".

Urkullu se presentó en sus primeros comicios a lendakari con el compromiso de celebrar una consulta soberanista “pactada” con el Gobierno español en su programa electoral, lo que quedó recogido en su plan de gobierno. Hoy, no hay ni rastro de este referéndum en el que se sustentan las fuerzas independentistas catalanas para llevar a cabo su desafío rupturista al Gobierno de Mariano Rajoy. Al menos sobre el papel, donde todo está muy medido en este juego de hasta dónde se sitúan los límites. El PSE incluso está dispuesto a que el nuevo Estatuto reconozca al País Vasco como "nación", pero dentro de un concepto más social y cultural, en los términos establecidos por la jurisprudencia constitucional y el Consejo de Europa.

Foto: Josu Erkoreka (dcha.) e Iñigo Urkullu, en un reciente pleno en el Parlamento vasco. (EFE)

No hay espacio para la unilateralidad ni para la confrontación, ya que la actualización del autogobierno vasco debe llevarse a cabo dentro del “marco legal”, pero este nuevo pacto entre el “sujeto político-jurídico titular” que es el País Vasco y el Estado debe estar basado en el “reconocimiento” de la “nueva voluntad del pueblo vasco de desarrollar la previsión constitucional y estatutaria relativa a la actualización de los derechos históricos que tuvo la expresión más cercana en la historia hace ahora 40 años a través del Estatuto de Gernika”. Esto es, una relación de “igual a igual sin subordinación”, en base a los principios democráticos y dentro de una relación "confederal" entre el País Vasco y España que permita a esta comunidad ganar en competencias y tener mayor peso en los organismos internacionales.

El documento del PNV con las ‘bases y principios’ para la actualización del autogobierno vasco propone “formalizar una nueva forma de vinculación con el Estado español, articulada en exclusiva a través de los derechos históricos que reconoce y ampara la Disposición Adicional Primera de la Constitución, y que formalice una relación singular y bilateral basada en el pacto y el reconocimiento de la realidad nacional de ambas partes”. En el documento, la formación ‘jeltzale’ apela a “los parámetros establecidos en el derecho comparado” para defender que “el pueblo vasco es una nación” por su “identidad propia y diferenciada”, que se plasma en “una lengua y cultura propias” como “máximo exponente”.

El PNV plantea cambiar la denominación del País Vasco al ser una cuestión de "alto valor simbólico", y entre las opciones plantea Estado Autónomo Vasco

La propuesta del PNV se aleja de los postulados de EH Bildu, que exige que la posibilidad real de alcanzar la independencia se plasme en el nuevo texto. Cualquier otro escenario, como ha advertido su líder, Arnaldo Otegi, no contará con la izquierda ‘abertzale’. También Podemos defiende el derecho a decidir del pueblo vasco como principio, pero desde una óptica social, sin su proyección en términos secesionistas.

El nombre “del nuevo sujeto político-jurídico” como “depositario del nuevo estatus político” es de relevancia para el PNV, dado que se trata de una “cuestión de alto valor simbólico”. La formación ‘jeltzale’ plantea cuatro opciones para este “sujeto jurídico político que acompañe y defina al País Vasco”, entre ellas, Estado Autónomo Vasco, por ser la definición utilizada en el proyecto de Estatuto de 1931 y porque “nos remite al concepto estatal propio de los modelos federales o confederales que han sido propuestos por diversos partidos”. Las otras propuestas para el renombramiento de este territorio son Comunidad Foral Vasca, Comunidad Nacional Vasca y Estado Foral.

Foto: Una ikurriña, junto a esteladas en la Diada independentista del 11 de septiembre. (EFE)

"El nuevo pacto político debe dejar claro que ya no estamos ante un sistema políticoinstitucional abierto e indeterminado, que se construye con el tiempo y al albur de los sucesivos acontecimientos vitales, sino que se ha pasado a un sistema que adquiere certeza casi absoluta y previsibilidad total desde sus inicios", señala el texto planteado por el PNV, que, dentro de su objetivo de no entrar a la confrontación con el Estado, refleja que "las diferencias y conflictos de carácter competencial" que se susciten entre el Estado se deberán resolver "desde la bilateralidad y el acuerdo —elementos fundamentales de la tradición paccionada—, dando prioridad a los procedimientos preventivos y cooperativos frente a los de naturaleza litigiosa y judicial".

Ahora, la ponencia de autogobierno del Parlamento vasco seguirá sus trabajos de cara a, en su caso, articular un texto de reforma estatutaria durante esta legislatura para su traslado a las Cortes Generales. El objetivo del PNV, tal y como ya planteó la pasada legislatura, es someter el nuevo documento que se alumbre en la Cámara de Vitoria a una "consulta habilitante" por parte de la ciudadanía vasca antes de su remisión a las Cortes. Pero Egibar, representante del sector más independentista del PNV, no renuncia a que esta "consulta habilitante" alcance a la segregación de España.

El PNV ha propuesto que el nuevo Estatuto del País Vasco reconozca como principio el “derecho a decidir” del pueblo vasco, si bien se trata de un planteamiento de ‘derecho de autodeterminación descafeinado’, ya que, más allá de su concepción teórica, no concreta cómo se puede ejercer este principio político y a través de qué mecanismos se puede articular. Es significativo lo que dice, pero también lo que no afirma. Así, su propuesta no recoge la celebración de un referéndum para que el pueblo vasco decida si quiere la independencia dentro de la vía de “no ruptura” con el Estado por la que apuesta, ya que establece que este “ejercicio del derecho democrático de la ciudadanía vasca a decidir su estructura política y su régimen de convivencia” debe ser “pactado”.

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