Familias contra el reloj: viajan a Bruselas para alejar una tuneladora del colegio de sus hijos

Mikel Ogueta tiene dos hijos escolarizados en el colegio público Perú, en el distrito madrileño de Carabanchel. Junto al centro hay un amplio espacio verde, el parque de Comillas, que en los últimos días han visto convertirse en un área de obras. Allí comienza una travesía que le llevó este martes junto a otras dos madres, Verónica Torreblanca y María Cuevas, nada menos que a Bruselas. Y es que es en este rincón de Madrid donde el Gobierno regional planea instalar una tuneladora –es decir, una gran excavadora eléctrica– para ampliar la Línea 11 de metro. Temen que su llegada les sume "otro conflicto" más.

Este padre, que además ejerce como representante de la Asociación de Familiares de Alumnos (AFA) del CEIP, formada por unas 200 familias, habló durante unos cinco minutos frente a los diputados de la UE sobre sus preocupaciones. "Donde antes había un amplio parque de 50 hectáreas, árboles y niños ahora solo hay un montón de tierra", declaraba otra de sus acompañantes, Cuevas, en Bruselas, donde también mostró sus preocupaciones ante los micrófonos europeos.

Apenas una hora antes de su intervención, Mikel explicó sus motivos con más detenimiento. El ruido, las "toneladas de tierra que ahora ocuparán el parque" al que iban los niños, las "polvaredas que levantarán" o el vaivén de camiones que lleguen vacíos y marchen cargados de tierra son las consecuencias colaterales del proyecto que, explicó, fueron las razones que les llevaron a preparar este intenso viaje.

La zona ya está vallada y todo sigue su curso, así que estas familias son conscientes de que el tiempo juega en su contra. "Pero no nos rendimos", sentenció a su llegada al Parlamento. Como la FRAVM, lamenta que el Gobierno regional "no les haya escuchado antes" y sobre todo que "no devolviera la tuneladora al lugar donde la plantearon desde un principio".

"No estamos en contra del metro e incluso lo hemos reclamado, pero esto no es asumible", sentencia. Hace cosa de un mes que lo organizan gracias a un crowfunding, con el que lograron reunir unos 2.700 euros, según la asociación. Así fue como llegaron hasta la Comisión de Peticiones del Europarlamento, una herramienta europea que vela por la atención de las demandas ciudadanas en los Estados miembros. Y que permite a asociaciones civiles o particulares reivindicarse ante Bruselas.

Segunda visita por la L11

La Línea 11 del metro de Madrid no ha terminado su ampliación y ya ha hecho dos paradas en la capital belga. La primera vez fue en septiembre del año pasado, cuando las obras para ensanchar el suburbano y crear nuevas estaciones –una en el parque de Arganzuela y la otra, en el de Comillas– anunciaron la tala de 1.027 árboles del entorno, que finalmente se redujo a 523.

Precisamente fue la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) la que registró la petición por la Línea 11 en la Eurocámara, que se amplió en esta segunda visita de las familias del Colegio Perú. La ampliación del metro la ejecuta la Comunidad de Madrid, pero dirigen sus demandas tanto a ellos como al Ayuntamiento, al que también piden crear una comisión de seguimiento con los afectados. Fuentes del órgano vecinal aseguran que solo recurren a este mecanismo cuando el Gobierno regional les "cierra sus puertas" y piden "más medidas" para proteger el día a día de los vecinos.

La respuesta de la Administración

Aunque en un primer momento se esbozó otra ubicación para la excavadora, el proyecto –entonces en fase de redacción– acabó modificando el trazado por una línea de alta tensión que discurría junto a la localización original, más cercana a Conde de Casal y adyacente a una carretera. Desde Sol, preguntados por esta cuestión, sostienen que el nuevo proyecto "ha reducido el terreno afectado" y "se ha aumentado la distancia de la maquinaria respecto al Colegio Perú".

Pero los vecinos defienden que esta amplitud será de "apenas 25 metros" y exigen mover la tuneladora a otro lugar. "Entiendo que siempre hay contratiempos y sea difícil instalar una máquina de esas dimensiones [pueden pesar cientos de toneladas] en cualquier parte, pero estamos hablando de un parque público. Parece que prefieren a los vecinos que a los coches", expone el portavoz de las familias, que pide más reuniones entre su asociación y la Administración para "acercarse a una solución más justa". La última fue el 25 de enero del año pasado, según el Gobierno regional, aunque poco después hubo otra con la asociación de vecinos de Comillas y, ya en diciembre, con la dirección del Colegio Perú.

No obstante, la Comunidad de Madrid asevera que no hubo más opciones para los trabajos, ya que las obras, tal y como estaban planteadas, terminarían afectando a los túneles de la M-30 y al puente de Praga –que conecta Arganzuela con Carabanchel–, obligándoles a demoler parte de la pasarela por la "afección directa que causaría a más de 390 viviendas".