"Me empezó a quemar la cara y corrí": así han vivido los estudiantes la explosión de Ciudad Universitaria

En torno a las dos y media de este martes, Eva acababa de subir a su habitación del Colegio Mayor Nuestra Señora de África —ubicado en la popular Ciudad Universitaria de Madrid, al lado del famoso Johnny, otra de las residencias más conocidas— para descansar un rato después de comer. Ese día no tenía clase, por lo que la estudiante de ingeniería aeronáutica de la Universidad Politécnica de Madrid decidió aprovechar para ver algo en Netflix en su ordenador. Mientras elegía una serie, escuchó el estruendo.

Era la explosión de gas en la calle colindante, Ramiro de Maeztu, que acto seguido desató un espectacular incendio. Segundos después, llegó una llama a escasos metros de la ventana del sexto piso de Eva. Fue entonces cuando sintió que le empezaban a arder las mejillas por el calor. “Me quemaba la cara, así que salí corriendo escaleras abajo”, relata a este periódico todavía angustiada. Ahora puede respirar tranquila, aunque reconoce que “sigue en shock”. Es una de las más de 100 jóvenes realojadas temporalmente en la cafetería del EOI —Escuela de Organización Industrial— de Madrid.

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A. Farnós

El incidente pilló a todos por sorpresa. Al ser la hora del almuerzo, muchos estaban en el comedor del colegio a punto de servirse el plato. Carlos Atienza era uno de ellos: "Sonó la alarma y nos hicieron salir a todos por la puerta de atrás". Por suerte, no se ha producido ninguna desgracia. El único incidente, según fuentes del centro, ha sido el esguince que ha sufrido uno de los estudiantes.

Las llamas se prolongaron más de lo deseado porque se tardó en cortar el suministro de gas. Hasta que este no cesase, los bomberos no podían acceder al inmueble. Y si se intervenía antes, se corría el riesgo de provocar otra explosión. Los técnicos trabajan ahora en revisar que el edificio sea lo suficientemente seguro para pasar la noche, aunque esta labor podría alargarse hasta cuatro horas.

El Colegio Mayor Nuestra Señora de África, junto con el Guadalupe, pertenece a la Escuela de Organización Industrial (EOI) dependiente del Ministerio de Industria. El primero fue desalojado por completo y todavía se desconoce hasta cuándo. Cuando se produjo el incidente, todos salieron con lo puesto: pijamas, chanclas y poco más. Una de las jóvenes que estaban en la cafetería asegura que le dio a tiempo a coger su disco duro de fotos donde tiene su "vida entera". Otros tantos ni siquiera habían comido, pero en el local les están administrando alimentos y bebidas.

Al lugar de los hechos se trasladaron hasta 14 dotaciones de bomberos, Samur Protección Civil, agentes de la Policía Municipal de Madrid y de la Policía Nacional y varias ambulancias. Fueron las sirenas de estas últimas las que terminaron de asustar a dos jóvenes que salían de clase en la Politécnica. Sus grupos de WhatsApp no cesaban de alertar del peligro y ante sus ojos solo pasaban servicios de emergencia: "Estábamos saliendo de la uni de camino al colegio y empezaron a decir: 'Salid, salid, que va en serio, que no es broma'. Y empezaron a enviar fotos por el grupo", explican. En apenas una hora, los bomberos consiguieron sofocar las llamas, lo que evitó que se propagasen al interior del colegio. A media tarde, la calle Ramiro de Maeztu seguía cortada.

Amigos y compañeros de los afectados también se acercaron a la cafetería para asegurarse de que todos estaban bien. "Al salir del examen he pensado, ya me da igual sacar un cinco", comenta una chica en la puerta del establecimiento. En caso de que no puedan pasar la noche en sus habitaciones, el EOI les realojaría o bien en otros colegios mayores o en dotaciones del ayuntamiento. Para colmo, esa misma mañana se había registrado una pequeña incidencia de una tubería de agua en el edificio principal de la escuela: lo que no esperaban es que, horas después, serían los protagonistas de un incidente mayor en la calle aledaña.