Telecoca, ¿dígame? Así se organizaba la red que repartía droga en patinete por Madrid

Un variado y amplío catálogo de estupefacientes, una comunicación directa a través de aplicaciones de mensajería instantánea con los clientes y un rápido y eficaz transporte de la droga en patinete eléctrico. Así se organizaba la última red de tráfico de drogas desarticulada por la Policía Nacional en Madrid. Los interesados escribían a los cabecillas y estos gestionaban el pedido rápidamente, jugando con esta alternativa de movilidad cada vez más utilizada por los usuarios de la capital.

La operación se saldó con cinco detenidos, actualmente en prisión provisional a la espera de juicio, que residían en las calles Limón, Andrés Borrego, Luchana y Quesada. Desde estos cuatro puntos de los barrios de Malasaña y Chamberí, los dos cabecillas del grupo gestionaban los pedidos, material y distribución, mientras que tres mujeres eran las encargadas de repartir la mercancía en patinetes eléctricos.

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La distancia entre los dos domicilios más alejados de los miembros de la red es de apenas tres kilómetros y puede recorrerse en solo 12 minutos en bicicleta. La cercanía y el uso del patinete agilizaban las operaciones diarias y la comunicación entre ellos. Además, el servicio funcionaba 24 horas al día de manera ininterrumpida.

¿Cómo operaban? La organización criminal se hacía popular por el boca a boca, según confirman fuentes de la Policía Nacional, y funcionaban como un "supermercado de la droga". En los domicilios registrados, los agentes localizaron sustancias como cocaína, éxtasis, tucsi, nueve kilos de marihuana, hachís, setas alucinógenas y LSD, además de 160.000 euros en efectivo.

La red tenía una cartera de clientes con los que se comunicaba a través de aplicaciones de mensajería instantánea. Las mujeres que manejaban los patinetes transportaban el material tanto a domicilios privados como a zonas de ocio de la capital en plena vía pública.

La agilidad en los envíos era uno de sus puntos fuertes por dos razones: uno, porque disponían de un total de cuatro puntos de operaciones entre los barrios de Malasaña y Chamberí; y dos, porque el desplazamiento en patinete favorecía su movilidad y "dificultaba el seguimiento policial".

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Cuatro de los cinco detenidos son de nacionalidad venezolana y una de las mujeres, portuguesa. Sus edades oscilan entre los 26 y los 52 años y los cabecillas contaban con antecedentes penales respectivamente. Las mujeres, en cambio, no tenían ninguno.

La Policía Nacional realizó un total de tres registros en los domicilios de esta organización jerarquizada hasta proceder a su detención. Los cinco fueron arrestados y pasaron a disposición judicial a mediados del mes de septiembre. La investigación ha durado casi un año, ya que las primeras actuaciones policiales comenzaron en noviembre de 2022.

Actualmente, permanecen en prisión provisional por presuntos autores de un delito contra la salud pública y pertenencia a organización criminal. Están a la espera de que se celebre el juicio. La creciente popularidad del patinete eléctrico ha provocado que se convierta en un nuevo elemento con el que cometer hechos delictivos.