44 días viviendo en la 'península' de Madrid: "¡Tardo dos horas en llegar al hospital!"

Miriam D.U. tiene 44 años, vive en Aldea del Fresno desde 2017 y su actual estado de salud implica que tenga que visitar con frecuencia el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles. Está de baja laboral, tuvo una operación en el pie que le impide caminar con facilidad y se acompaña a diario de una muleta.

Desde que la DANA arrasó en septiembre los puentes que conectan este municipio con otros de la Comunidad de Madrid, sus viajes al centro médico se han complicado. "Tardo dos horas. Ayer pillé el autobús de las seis y treinta y cinco y llegué a Móstoles a las ocho y media", explica. Cuando piensa en su vuelta a su jornada laboral, entra en pánico: "No quiero pensarlo. Me tengo que desplazar hasta Madrid, ahora tardas unas tres horas y sé que puedo perder mi puesto de trabajo", continúa.

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La situación en este municipio de unos 3.000 habitantes de la Comunidad de Madrid ha sido muy compleja durante los últimos 44 días. Fue el escenario del terror la pasada madrugada del 4 de septiembre, cuando el desprendimiento de uno de los puentes culminó con el fallecimiento de un conductor y un anciano. Desde entonces, la movilidad es muy reducida. Han estado cuarenta días conectados únicamente por una vía: la carretera hacia Méntrida, en la provincia de Toledo.

Por suerte, el Ministerio de Defensa finalizó este miércoles un puente Mabey, una infraestructura provisional para comunicar Aldea del Fresno con Villamanta. De esta forma, se reducirán los 43 kilómetros adicionales que deben recorrer tras el paso de las lluvias torrenciales. De hecho, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha visitado el municipio este jueves, donde ha podido ver el resultado del trabajo del Ejército para levantar el puente. Su puesta en marcha se producirá cuando finalice la implantación de las rampas de acceso, prevista para el próximo seis de noviembre.

Pero el caso de Míriam es extrapolable al resto de residentes del municipio. La hija de 17 años de Mari Luz Martínez, que tiene 52 años, ha tenido que mudarse con su abuelo a Madrid porque, de lo contrario, sería imposible ir al instituto. "Ella va a clase a Móstoles y, para volver, tendría que irse a Navalcarnero y esperar dos horas a que pase un autobús", relata su madre a este diario. Se han instalado servicios de ruta escolar para todos los cursos escolares, excepto bachillerato. Esta vecina ha escrito una carta al Defensor del Pueblo solicitando una alternativa. "Vivimos en una isla", explica. La realidad es que se asemeja más a una península: mantienen el camino de tierra que les conecta con Chapinería, una pasarela hacia Villa del Prado –facilitada por la Comunidad de Madrid– y una única carretera en dirección Méntrida, en Toledo. Ahí está el quid de la cuestión: para ir a Móstoles –ni siquiera a Madrid capital–, el bus hace parada en diferentes pueblos de Castilla-La Mancha, alargando el trayecto en torno a una hora más de lo habitual.

Manolo, el único pastor de Aldea del Fresno, fue otra víctima colateral del fenómeno meteorológico. Estaba acostumbrado a sacar a sus ovejas a diario durante horas. Cuando llegó el desastre, se vio en la tesitura de decidir qué hacer con su rebaño. No había lugar para que pudiera pastorear tranquilo, aunque tras dialogar al respecto con el Consistorio, este martes le facilitaron un paso por el que transitar tranquilo.

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Ante el desastre que supuso la riada, hace ya más de un mes, la Comunidad de Madrid se puso manos a la obra. El Ejecutivo destinará un total de 60 millones de euros para paliar los efectos de la DANA. Y es Aldea del Fresno el municipio al que más inversión destinará para la construcción de puentes. "Estamos poniendo todos los medios a nuestro alcance para que, cuanto antes, los vecinos recuperen la normalidad en el transporte", aseguran fuentes del Gobierno regional.

Los residentes se preguntan cuándo llegará ese momento. Porque el problema no es que no se esté tratando de solucionar el engorro, sino que se trata de infraestructuras que no se levantan de la noche a la mañana. Este lunes, además, los aldeanos se concentraron en una protesta porque se barajaba la posibilidad de eliminar el camino hacia Chapinería. "Lo que nos faltaba", clama Mari Luz. Finalmente, ganaron la batalla: el alcalde solicitó expresamente que no se eliminara ese punto de comunicación vital para el pueblo.

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A escasos cinco kilómetros de Aldea, se ubica la polémica urbanización de Caravan Garden. Un camping de caravanas entre el Safari de Madrid y la finca de El Rincón, propiedad de Tamara Falcó (de hecho, el Marqués de Griñón era el propietario de todo el terreno). En esta extraña ubicación urbanística hoy residen unas 200 personas ahora incomunicadas. Fátyma es una de ellas, con cuatro hijos a los que llevar al colegio al otro lado del río. Cada mañana, antes del amanecer, deben acercarse hasta la pasarela que les conecta con Aldea, aparcar los coches, caminar sobre la pasarela y llegar al casco urbano. "No hay luces y tenemos que ir con linternas", señala.

La carretera que conecta Caravan Garden, Villa del Prado y Aldea del Fresno (la M-507) es una de esas en las que está trabajando la Comunidad de Madrid. Con una dotación cercana al millón de euros, el Ejecutivo quiere reparar los elementos deteriorados de esta y otras seis carreteras comarcales que siguen afectando al tráfico.