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Madrid, ante su gran desafío: ¿puede soportar un millón de habitantes más antes de 2040?
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Proyección demográfica

Madrid, ante su gran desafío: ¿puede soportar un millón de habitantes más antes de 2040?

El INE calcula que la Comunidad de Madrid rozará los ocho millones de personas en los próximos 15 años, lo que abre ya un debate sobre la disponibilidad de vivienda, servicios públicos, empleo y recursos

Foto: Cientos de personas en la calle Preciados de Madrid, una de las principales arterias comerciales. (EFE/J. J. Guillén)
Cientos de personas en la calle Preciados de Madrid, una de las principales arterias comerciales. (EFE/J. J. Guillén)
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La Comunidad de Madrid se enfrenta a uno de los grandes desafíos de su historia reciente: dar cobertura a un millón de personas más en apenas 15 años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que el territorio pase de los 6,7 millones de habitantes actuales a 7,8 millones en 2037, lo que abre un debate sobre la capacidad y las necesidades de la región a medio y largo plazo. La disponibilidad de vivienda, el empleo, los servicios públicos e incluso las reservas de recursos como el agua marcan ya la agenda y lo harán durante los próximos años con una pregunta sobre la mesa: ¿puede soportar un incremento de ese calibre en este periodo?

El punto de partida de los expertos consultados es que la proyección, como cualquier hipótesis a futuro, está sujeta a errores y podría variar. Pero de lo que no hay duda es que existen dos variables fundamentales en este fenómeno: la inmigración y la capacidad de respuesta de la Administración pública.

Madrid es la comunidad con mayor densidad de población (al margen de Ceuta y Melilla). En los próximos años, además, concentrará casi el 25% del incremento total en España, según los últimos datos publicados por el INE. El conjunto del país crecerá en 4.236.335 personas, pasando de 47.432.805 en la actualidad a 51.669.140 en 2037 (la proyección se hizo desde 2022 a 15 años vista); mientras que la región aumentará de 6.769.113 hasta 7.808.504.

El Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid ha elaborado un estudio, basado en los datos del INE, que señala a los inmigrantes como el eje principal de esta situación. El resultado final se obtiene a partir del crecimiento natural y del saldo migratorio. Respecto al primero, con la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, supone un ascenso de 29.203 personas en este periodo. El segundo, entre aquellos que se marchan y llegan durante los próximos años, añade 1.010.191 residentes. Así, la población estimada entre ambos factores aumentará con 1.039.391 nuevos madrileños. "En ese crecimiento, solo el 2,8 es debido al crecimiento natural, y el resto a la inmigración de población extranjera, minimizando la pérdida de población madrileña con el resto de CCAA, que para el periodo estudiado resulta de -120.676", apunta el informe, publicado en el portal regional.

"Si la composición de la inmigración fuese semejante a la que estamos acogiendo en las dos últimas décadas, tendremos un problema serio"

La proyección para Madrid, según explica el catedrático emérito de la UNED Luis Garrido Medina, se asemeja mucho a lo que ya ocurre en todo el país. Los datos de la EPA reflejan que, en el último año, ha bajado considerablemente el número de personas cuyos padres han nacido en España, disminuyendo en más de 340.000 casos. Los que tienen alguno extranjero, sin embargo, han aumentado por encima de los 770.000. La región, además, es la tercera con más porcentaje en este sentido (29%), solo por detrás de Baleares y Canarias, que cuentan con una importante población de jubilados foráneos. "La fecha de 2037 me parece muy arriesgada dada la velocidad a la que se produce el cambio poblacional en España", detalla a El Confidencial.

La disponibilidad para hacer frente a este millón de personas estará condicionada por la gestión de las administraciones durante los próximos años. Y el escenario que dibujan los expertos no es demasiado optimista. "Si la composición de la inmigración fuese semejante a la que estamos acogiendo en las dos últimas décadas, que es algo que se puede suponer que se haya utilizado para elaborar la proyección, tendremos un problema serio", explica Garrido Medina. El horizonte que detalla el catedrático de la UNED tiene que ver con las características de la inmigración económica que recibe España (muy parecidas a las de sus equivalentes en la Comunidad de Madrid), habida cuenta de que sufre un riesgo de pobreza que triplica el de los oriundos, una tasa de empleo de 14 puntos menos, una mayoría de ocupaciones de escasa productividad y unos niveles formativos por debajo de la media nacional. También las dificultades para homologar sus títulos.

"Bajo esos supuestos, se incrementaría el deterioro de los servicios de la sanidad pública, se desequilibrarían las cuentas de la Seguridad Social, disminuiría la productividad media del trabajo y se incrementaría la desigualdad social. Es obvio que un estado de bienestar como el español tiene que ayudar, y, por tanto, suponer un saldo económico negativo, a una población que se incorpora en las condiciones que, hasta ahora, y sobre todo desde 2009, presenta el conjunto de los venidos a España de fuera", añade Garrido Medina.

Esta consideración es compartida por otros analistas en la materia, que apuntan directamente a la responsabilidad de la Administración, tanto en los próximos años como en su trabajo hasta ahora. "El saldo migratorio ya es positivo y va a continuar. Requiere de una gestión activa y dirigir las políticas hacia ese punto", valora Luis Sanz Gimeno, profesor titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, que destaca las dinámicas económicas y laborales de la región, "muy atractivas", para explicar esta realidad. Sanz Gimeno evita hacer un diagnóstico a futuro sobre el margen de maniobra de la comunidad, pero sí advierte de que es necesario reforzar la prestación de servicios públicos y ampliar la oferta de vivienda muy por encima de los niveles actuales. "Si no se refuerzan y se garantizan de forma universal, y la economía no se desarrolla lo suficiente, podría darse un escenario problemático que podría derivar en cierta conflictividad", declara.

El papel de la Administración

La Comunidad de Madrid se ha consolidado como la locomotora económica de España y como una tierra de acogida y oportunidades. Este mensaje, muy utilizado por Isabel Díaz Ayuso, esconde la realidad que plantean los expertos y que abre un futuro complejo para las administraciones. Tanto el Gobierno autonómico como el Ayuntamiento de Madrid aseguran que ya se han puesto en marcha para solventar esta situación. El caso de la capital (3.280.782 habitantes) es paradigmático. El INE no ha hecho proyecciones para la ciudad, pero internamente calculan que su incremento podría llegar al medio millón de personas en los próximos años.

Los dos últimos equipos de Gobierno, con José Luis Martínez-Almeida y Manuela Carmena, han advertido de la necesidad de reformar la ley de capitalidad para que Madrid tenga mayor margen de maniobra y cierta autonomía. Esta actuación remite fundamentalmente al exponencial crecimiento del censo y las capacidades de la Administración para la cobertura de servicios. El Consistorio, como informó este diario, ha enviado una carta al Ministerio de Política Territorial para modificar la normativa y mejorar sus herramientas en materias clave como seguridad, infraestructuras, financiación y fiscalidad. "Es imprescindible para que Madrid pueda seguir creciendo desde el punto de vista económico y la mejora de la prestación de servicios", exponen en el Ayuntamiento.

La vivienda es el gran problema a tratar. Todas las fuerzas llevaban en su programa planes para solucionarlo, pero las dudas no se han disipado

Una de las situaciones expuestas es que la ciudad cuente con mayor participación en los ingresos del Estado para abordar los gastos derivados por la población propia y la de flotante que llega cada día y utiliza los servicios municipales. "Vemos necesario incrementar la capacidad normativa local de la ciudad de Madrid para garantizar la consecución de los retos a los que se enfrenta Madrid como capital", concluyen en la misiva.

Los diferentes partidos demostraron durante la campaña del 28-M que este reto condiciona sus políticas a futuro. La vivienda es el gran problema a tratar. Todas las fuerzas que se presentaron a las urnas llevaban en su programa diferentes planes y programas para solucionarlo, pero las dudas no se han disipado. La comunidad y el Ayuntamiento de Madrid han impulsado diferentes proyectos, como Madrid Nuevo Norte o los desarrollos del sureste, que situarían el parque de vivienda en torno a los 150.000 hogares. A estas habría que sumar otras 12.000 casas anunciadas por el Gobierno central en el marco de la operación Campamento o el Plan Más Suelo del Ejecutivo autonómico, que incluye otras 45.000. Sin embargo, aún no se ha puesto una sola piedra de estos futuros barrios.

La capacidad del sistema para atender los servicios básicos es todavía más preocupante. Especialmente en el plano de la salud. La sanidad pública ha mostrado esta legislatura claros signos de agotamiento, con la atención primaria al borde del colapso. El modelo actual, que exige una revisión integral según los profesionales y los usuarios, incluso provoca un efecto dominó con la asistencia privada. Y a esto hay que sumar el progresivo envejecimiento de la población, que según las mismas proyecciones del INE será de 45,56 años de media en el caso de Madrid y de 47,74 en el del resto del país para 2037.

La sanidad ha sido el gran talón de Aquiles de Ayuso este mandato y no está descartado que lo sea próximamente. Pese a la mejora de las condiciones laborales de los médicos, con subidas de sueldo de hasta 1.150 euros, la falta de personal es una crítica recurrente de los sindicatos sanitarios. También en hospitales. Desde la Consejería de Sanidad anunciaron recientemente la incorporación de 32.000 nuevos profesionales antes del 31 de diciembre de 2024, pero, si se confirman las previsiones, la actuación tendrá que ser mucho más ambiciosa en la próxima década.

El crecimiento de la Comunidad de Madrid será continuado tras el punto de inflexión que supuso la pandemia, por encima de las cifras de la ciudad de Madrid. Así, si a mediados del siglo XX el grueso de la población estaba en la capital y el resto del territorio apenas superaba las 300.000 personas, la comunidad está ahora por encima de la gran urbe, con una de las principales coronas metropolitanas del sur de Europa. El único receso desde 2015 fue entre 2020 y 2022, auspiciado por el covid-19, el elevado coste de la vida o el teletrabajo. En dos años se marcharon de la región 29.552 habitantes.

La Comunidad de Madrid se enfrenta a uno de los grandes desafíos de su historia reciente: dar cobertura a un millón de personas más en apenas 15 años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que el territorio pase de los 6,7 millones de habitantes actuales a 7,8 millones en 2037, lo que abre un debate sobre la capacidad y las necesidades de la región a medio y largo plazo. La disponibilidad de vivienda, el empleo, los servicios públicos e incluso las reservas de recursos como el agua marcan ya la agenda y lo harán durante los próximos años con una pregunta sobre la mesa: ¿puede soportar un incremento de ese calibre en este periodo?

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