Almeida fuerza la desbandada en Cs como requisito para fichar por el PP para el 28-M

El PP no se da por aludido cuando Begoña Villacís los acusa de deslealtad. La vicealcaldesa de Madrid inauguró la precampaña electoral con un mensaje para José Luis Martínez-Almeida, al que advirtió de que "quedaría como un traidor" si fichaba a alguno de los 11 ediles de Ciudadanos para el 28-M. Pero el alcalde nunca cerró la puerta a esa posibilidad, en parte por la afinidad de muchos concejales naranjas con el PP, un vínculo reforzado durante los últimos cuatro años. Y Almeida mantiene vivo ese escenario, aun a riesgo de dinamitar la coalición en Cibeles, a pocas semanas de la cita con las urnas. Los populares solo ponen una condición para captar ese talento a la fuga de Cs: que se presenten a los comicios sin el carné naranja y sin más acreditación que su gestión durante esta legislatura.

El primero en dar ese paso ha sido Pepe Aniorte, delegado del Área de Familias en el ayuntamiento, que comunicó en la noche del martes su baja de Ciudadanos y abogó por la "unidad del centro y la derecha". El edil de Cs allana así su incorporación a las filas populares, aunque en el equipo de Almeida no aclaran aún cuál será su encaje en las futuras listas, que deben contar con el visto bueno de Isabel Díaz Ayuso. Y no fue el único. Ángel Niño, delegado de Innovación, confirmó a El Confidencial que había tramitado también su baja como militante de Ciudadanos el pasado lunes. Los dos ediles han cumplido con la primera condición de sus socios hasta la fecha: darse de baja como afiliados para poder ser repescados de cara al 28-M.

"No se va a hablar con nadie que siga formando parte de Ciudadanos", insisten en el equipo del regidor, donde minimizan las críticas procedentes de sus compañeros de viaje en el Ayuntamiento de Madrid, al entender que no se trata de una "traición" si se abre el partido a personas que ya no tienen ninguna responsabilidad orgánica, ni en el partido naranja ni en ninguna otra formación. En realidad, el PP siempre ha defendido esta dinámica. El hecho de que la vicealcaldesa de Madrid valorase ser una "corriente interna" dentro de las filas populares tensó especialmente a la dirección de Génova, donde instaban a Begoña Villacís a aclarar "su voluntad" y elegir entre Ciudadanos o PP, "sin etiquetas", antes de que Alberto Núñez Feijóo decidiese si aceptaba o no su petición. Hay excepciones, no obstante, como cuando los populares ficharon casi sin previo aviso al alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, para competir en las próximas elecciones.

Almeida tiene desde hace semanas el nombre de algunos ediles de Cs encima de la mesa que "han llamado a la puerta" del PP, pero mantiene la incógnita sobre cuál será el encaje final en la lista o en el futuro —y aún hipotético— Gobierno. Pese a contemplar nuevas incorporaciones, el regidor ha trasladado en privado que, en principio, los puestos de salida en su lista serán para "los suyos", es decir, los 15 concejales que tiene el PP en el Ayuntamiento de Madrid. Otro de los principales interrogantes que rodea a la candidatura en la capital es el de quién será su número dos.

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Con todo, la propuesta que presente el alcalde de Madrid para intentar su reelección podría no ser la definitiva, ya que debe contar con el visto bueno de Isabel Díaz Ayuso. La dirección nacional ha dado total libertad al PP de Madrid para confeccionar sus listas, y en el consistorio asumen que nada tomará forma sin que la presidenta regional haya dado su aprobación. Fuentes cercanas a Ayuso niegan haber tratado aún con Almeida los nombres de su lista al ayuntamiento, pero aseguran que la dirigente popular "nunca ha vetado" que se incorporasen ediles de otras fuerzas. "Si hay algo que suma, sea de Ciudadanos o de donde sea, se abordará. Se hará paso por paso, y se verá caso a caso", suscriben.

De hecho, Ayuso tiene un claro ejemplo en sus filas: el de la actual consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera, a la que la presidenta madrileña rescató de las filas de Ciudadanos cuando cesó a Ignacio Aguado y al resto de consejeros del partido naranja tras adelantar las elecciones en 2021. No obstante, fue la propia dirigente regional la que frustró toda posibilidad de coaligar al PP de Madrid con Begoña Villacís. "Lo mejor de Ciudadanos ya se vino conmigo", zanjó públicamente, cuando la polémica sobre el posible aterrizaje de la vicealcaldesa estaba en plena ebullición.

Cisma en Cs

El PP de Madrid acota ese veto a la también coordinadora de Cs en la región. Pero evita pronunciarse sobre los dos nombres que han provocado un cisma en el equipo de Begoña Villacís en las últimas horas: el del delegado del Área de Familias, Pepe Aniorte, y el del responsable municipal de Innovación, Ángel Niño. El primero es uno de los concejales con un perfil menos político del equipo de gobierno en Cibeles. Nunca tuvo un papel protagonista en las cuestiones orgánicas de Ciudadanos, un tema que rehuyó sin remilgos. Y la realidad es que la sintonía con Begoña Villacís se deterioró notablemente.

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La relación vivió momentos que cambiaron el rumbo. Un ejemplo fue el pasado mes de septiembre, cuando la vicealcaldesa se fotografió desmantelando unas chabolas en la M-30, con el argumento de que estaba combatiendo la okupación, con la puesta en escena de un gran anuncio. El singular acto se hizo a espaldas del Área de Familias y de Aniorte. La foto junto a las infraviviendas sentó especialmente mal en el equipo del concejal. Por un lado, por la falta de información en un tema estrictamente relacionado con su trabajo. Pero también por tratarse de un tema delicado y al que Aniorte ha dedicado toda su vida laboral, trabajando con ONG y asociaciones de ayuda a las personas sin hogar. “La política del Ayuntamiento de Madrid en relación con el sinhogarismo está marcada por la palabra dignidad. Ofrecemos un trato humano, cercano y evitamos cualquier estigmatización. Nos basamos en una mirada sin prejuicios, que confía en la persona, en su capacidad para salir adelante”, señalaban entonces desde Familias e Igualdad, muy descolocados por el movimiento de la que era su jefa de filas.

Las imágenes de Begoña Villacís generaron una oleada de críticas en diferentes ámbitos, también en Ciudadanos, que le afearon su conducta. El grupo municipal, que hace años que no atraviesa su mejor momento, no fue una excepción. La disparidad de criterios, lejos de alimentar un debate dentro de la formación, dejó al descubierto que la grieta entre la vicealcaldesa y sus concejales era cada vez más evidente. La ruptura se escenificó definitivamente hace apenas unas semanas. Villacís compareció en un desayuno informativo para arrancar su campaña antes de las urnas, pero no estuvo arropada por todos los ediles de la formación. Apenas acudió la mitad. Hubo plantón del propio Aniorte, Sofía Miranda, Alberto Serrano, Ángel Niño y Concha Chapa.

Pepe Aniorte siempre ha sido del agrado de José Luis Martínez-Almeida, hasta el punto de que los carteles sobre su campaña incluyen el trabajo realizado en el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social. Los populares ven también con buenos ojos a Ángel Niño, actual presidente de Mercamadrid, aunque voces de los populares deslizan que tendría mejor encaje en la Asamblea de Madrid que en el ayuntamiento junto a Almeida. En el entorno de Niño, sugerían desde hace semanas que no repetiría en las listas de Begoña Villacís.

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Entre los concejales afines a la vicealcaldesa de Madrid reina una sensación de malestar mezclada con incertidumbre. "Hemos sido unos socios leales durante cuatro años, ¿este es el pago? Begoña pudo ser alcaldesa gracias al PSOE, pero siempre se mantuvo fiel a Almeida", recuerda un edil de Cs, donde evitan calibrar en todo caso si la "traición" de Almeida podría traducirse en una ruptura flagrante del Gobierno regional a pocas semanas de que vuelvan a abrirse las urnas.

El Ayuntamiento de Madrid se ha convertido en una de las últimas esperanzas para la supervivencia de Ciudadanos. En la dirección de los naranjas, confían que Begoña Villacís pueda arrastrar a miles de votantes a la bolsa del partido liberal el próximo 28-M, hasta el punto de que Cs pueda volver a inclinar la balanza en Cibeles. La última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial avala ese escenario y augura que Villacís podría resistir con hasta cuatro ediles. El trabajo de la coalición PP-Cs obtenía una buena valoración entre los votantes de ambos partidos, que se mostraban satisfechos con la situación general de la ciudad. En el caso de los que cogieron la papeleta del PP, daban un notable alto, 81%, frente al 63% de los que optaron por los naranjas en 2019.