El Partido Popular echa el lazo a los concejales de Villacís: "Alguno ya trabaja para nosotros"
Una edil del PP y otra de Cs se reunieron hace un año para explorar el fichaje de varios cargos naranjas. La operación se congeló para evitar una crisis en el Gobierno municipal
El desplome electoral de Ciudadanos en su tierra de origen, Cataluña, ensombrece sus expectativas de futuro y acentúa el riesgo de fugas de cuadros naranjas al PP por toda la geografía nacional. Aunque Inés Arrimadas descarta tajante la fusión fría con la formación de Pablo Casado, asegurando que mantendrá la autonomía de su partido bien anclado en el centro, las posibilidades de que se produzca una desbandada de cargos crecen a medida que avanza la legislatura. El vicepresidente andaluz, Juan Marín, incluso abonó la idea de presentarse en coalición en la próxima cita electoral. El runrún es constante y en Ciudadanos asumen que las deserciones serán inevitables.
En el Ayuntamiento de Madrid, tal vez el lugar de España donde PP y Ciudadanos exhiben mejor sintonía, se han producido contactos serios entre varios concejales que estarían dispuestos a cambiarse de barco, del naranja al azul. Lógicamente, esperarían al momento adecuado para no caer al mar en mitad de la travesía. Y sobre todo, para no precipitar una crisis que se lleve por delante el Gobierno municipal. Pero lo novedoso de esta historia no es ya que los cargos de Ciudadanos toquen las puertas de Génova como síntoma de la debilidad que atraviesa su partido y como salida de supervivencia. Sino que es el PP el que sale a pescar, por lo que la deslealtad es considerablemente mayor. Según ha podido saber El Confidencial, un cargo de la máxima confianza del alcalde, José Luis Martínez Almeida, autorizó esta arriesgada operación de fondeo, aunque luego se frenó para evitar una crisis de gobierno entre los dos socios.
Habría al menos tres ediles de Begoña Villacís en el radar de Génova. Uno de los 'tocados' por los populares es Concepción Chapa, concejal de los distritos de Villaverde y Villa de Vallecas, quien según estas fuentes, se prestó al enredo embaucada por su asesor vallecano, que curiosamente es del PP. Chapa se reunió en la tercera semana de febrero de 2020 con la concejal popular del distrito de Tetuán, Blanca Pinedo, para abordar su incorporación futura al PP.
Cs asegura que todo forma parte de una campaña de "intoxicación" del PP para debilitarles
Fue Pinedo quien recibió la autorización expresa de un alto cargo del equipo del alcalde. Las pautas eran claras: se hablaría de posibles incorporaciones en las listas del PP para las elecciones que tendrán lugar en mayo de 2023 si bien, hasta entonces, los interesados seguirían desarrollando su actividad como cargos de Ciudadanos, procurando no levantar sospechas. Pero lo cierto es que el temor a que los contactos trascendieran y arrasaran la confianza entre Almeida y Villacís obligó al PP a poner en el congelador su estrategia. Hoy, los aspirantes a tránsfugas mantienen su alineamiento con la vicealcaldesa y el partido Ciudadanos. Y niegan cualquier atisbo de transfuguismo.
En conversación con este periódico, Concepción Chapa, la primera edil de Ciudadanos en ser contactada, niega rotundamente los contactos para cambiar de partido político, pero no desmiente su encuentro de febrero de 2020 que desvela El Confidencial. Admite que mantiene con Pinedo una "excelente relación de colaboración entre concejales de distrito", aunque asevera que "jamás" han hablado de "ningún desembarco" en Génova. "Es rotundamente falso. Estoy muy contenta donde estoy, en Ciudadanos", defiende. Desde el grupo municipal que lidera Villacís denuncian que el PP lleva semanas en una campaña de "intoxicación" para debilitarles. La psicosis en filas naranjas va en aumento. Hay incluso quien dice que Génova maneja un mapa con los cargos 'fichables' en la región de Madrid.
En el radar del PP estaría otro concejal de Cs, Alberto Serrano, responsable de los distritos de Latina y Hortaleza. Serrano también niega haber recibido oferta alguna aunque admite que su "buena relación" con los populares viene de antiguo. "Nadie ha hablado conmigo, es un invento. Hay gente nerviosa por su futuro pero no es mi caso", afirma este letrado de la Comunidad de Madrid al que Villacís captó pero que está muy bien considerado en el PP por su perfil jurídico y su exitosa gestión abriendo el Palacio de Hielo como morgue en el pico de la pandemia. "No sé si el PP tiene o no intención de ficharme, pero yo estoy en un paréntisis en mi vida profesional. Lo que vaya a hacer en un futuro lo decidiré con mi familia y en función de las posibilidades que tenga", comenta Serrano, sin cerrarse a nada. Agradecido a Villacís, Serrano desdeña los "rumores" sobre su posible salto al PP. "Lo dicen porque mantengo una buena relación con ellos, he sido abogado del alcalde Almeida y de Borja Carabante (delegado de área de Medio Ambiente), pero también de Santiago Abascal", enumera. "Me veo más dejando la política", añade para intentar zanjar las especulaciones.
Los ediles tránsfugas, o potencialmente tránsfugas, fueron advertidos de que su plantón a Ciudadanos significaría su expulsión inmediata del grupo municipal de Ciudadanos, pasando a la condición de concejales "no adscritos". Evidentemente, serían reemplazados de sus funciones de inmediato y Ciudadanos designaría a sus sustitutos. Eso si es que Villacís optara por mantener el acuerdo con el PP. "Se les ha dicho que no puede hacerse ahora, hay que esperar", asegura quien ha vivido en primera línea estos movimientos que desafían la "paz social" entre PP y Ciudadanos en Madrid.
Un 'infiltrado' en Ciudadanos
El epicentro de esta operación se sitúa en Villa de Vallecas. Este es uno de los distritos asignados a Ciudadanos, según el reparto establecido en el acuerdo de 2019. En esta trama desempeña una función clave Félix Rubio, gracias a su inaudita doble condición: es el asesor principal de la concejal del distrito, Concepción Chapa, y a la vez es miembro del comité ejecutivo del PP en este popular distrito. Según las fuentes consultadas, Rubio ha trabajado “intensamente” desde el inicio de la legislatura para convencer a la edil de cambiarse al PP, aprovechándose de su puesto de confianza. Y convenció a Chapa para, al menos, verse con Pinedo.
Considerado el 'cerebro' de la trama, Rubio se ha jactado en la sede de su partido de haber atraído al menos a otro concejal más de Cs para la causa de Almeida. "Va diciendo por ahí que trabajan para nosotros", señala un habitual del PP vallecano. También según esta fuente, Rubio "asegura que su 'jefa' y el alcalde han hablado".
¿Y quién es Blanca Pinedo? Concejal del PP en el distrito de Tetuán, aunque afiliada en Villa de Vallecas, se precia de estar muy bien relacionada con Almeida. Tras tirar la red a los ediles de Ciudadanos de la mano de Félix Rubio, el partido le premió haciéndola presidenta de la gestora de la agrupación vallecana. En su propio partido apuntan a que su ascenso fulgurante, en un distrito en el que no tiene "arraigo”, se explica sobre todo por su labor de captación en filas naranjas. "Es la recompensa del partido por las gestiones realizadas. La idea es que controle el cotarro para ejecutar la operación en el momento oportuno", sostiene un habitual de Villa de Vallecas. Pinedo ha sido asesora parlamentaria con Ignacio González, directora general de Relaciones con la Asamblea con Cristina Cifuentes y viceconsejera de Presidencia con Ángel Garrido. Hay quien sostiene que Pinedo se ha visto en la necesidad de hacer méritos ante el partido para despegarse de ese pasado.
Cambios de pareja
Desde la debacle de Ciudadanos en las generales de noviembre de 2019, que forzó la salida del partido de Albert Rivera y otros dirigentes, se ha venido aireando el interés de determinados cargos del partido por cambiarse de chaqueta. Pura cuestión de supervivencia ante el declive de la marca naranja. La propia Villacís ha tenido que salir a desmentir que sus planes pasen por coaligarse con el PP. "No me voy a presentar con Almeida", repite constantemente. El runrún de "opas" y fusiones no cesa. Y seguramente asistiremos a muchos cambios de pareja.
Lo cierto es que el baile de políticos entre ambas formaciones no es nuevo. El primero en saltar de barco popular fue Ángel Garrido, actual consejero de Transportes del Gobierno regional. Tras haber presidido la Comunidad de Madrid desde mayo de 2018 en sustitución de Cristina Cifuentes, anunció su fichaje sorpresa por Ciudadanos a pocos días de las elecciones generales de abril de 2019. La noticia cayó como una bomba en Génova, que le había reservado el cuarto puesto en las listas europeas. Pero Garrido, despechado por haber sido apartado de la carrera por Madrid en detrimento de Isabel Díaz Ayuso, abrazó el proyecto reformista de los de Albert Rivera por representar los valores del centro liberal. El mismo camino emprendió José Ramón Bauzá, expresidente de las Islas Baleares y hoy diputado naranja en el Parlamento Europeo.
En sentido inverso, el PP intentó un golpe de efecto en las elecciones catalanas del pasado domingo anunciando la incorporación de Lorena Roldán tras ser desplazada por la dirección de Arrimadas como candidata a la Generalitat. En Cataluña es el PP el peor parado, ya que de sus tres diputados autonómicos el único oriundo del partido es su portavoz, Alejandro Fernández. Tampoco le fue un buen negocio la coalición en el País Vasco. De los seis escaños logrados en los comicios de julio, el PP retuvo cuatro y Ciudadanos –que entró por primera vez en la Cámara de Vitoria– ganó dos cargos.
El desplome electoral de Ciudadanos en su tierra de origen, Cataluña, ensombrece sus expectativas de futuro y acentúa el riesgo de fugas de cuadros naranjas al PP por toda la geografía nacional. Aunque Inés Arrimadas descarta tajante la fusión fría con la formación de Pablo Casado, asegurando que mantendrá la autonomía de su partido bien anclado en el centro, las posibilidades de que se produzca una desbandada de cargos crecen a medida que avanza la legislatura. El vicepresidente andaluz, Juan Marín, incluso abonó la idea de presentarse en coalición en la próxima cita electoral. El runrún es constante y en Ciudadanos asumen que las deserciones serán inevitables.