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Ciudadanos se desploma en Cataluña y el PP cae pese a la fuga de votantes naranjas
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Ciudadanos se desploma en Cataluña y el PP cae pese a la fuga de votantes naranjas

La votación se presentaba como una cita clave no solo para los resultados globales, sino también por la disputa entre los partidos de la derecha nacional: Vox, PP y Ciudadanos

Foto: Ignacio Garriga y Santiago Abascal. (EFE)
Ignacio Garriga y Santiago Abascal. (EFE)

El partido de Santiago Abascal ha logrado el resultado soñado en Cataluña tras superar a PP y Ciudadanos en un escenario de desmovilización del electorado respecto a 2017. Vox se queda con 11 escaños, frente a los 3 de PP y los 6 de Ciudadanos, aunque el independentismo vuelve a sumar mayoría en el Parlament y podría seguir gobernando cuatro años más, con el 97% del escrutinio confirmado.

Lo que finalmente ocurrió este 14 de febrero era el peor escenario imaginable para Ciudadanos y PP. Ya en los colegios electorales los apoderados de ambas formaciones iban confirmando sus peores presagios. Para los naranjas el golpe no puede ser más duro, teniendo en cuenta que las encuestas daban por hecho el sorpaso del partido de Abascal al PP, pero en ningún caso llegaron a vaticinar que también superaría a la formación que consiguió una victoria histórica en 2017.

El partido de Inés Arrimadas (en esta convocatoria con otro referente del partido, Carlos Carrizosa como candidato) se quedó con solo 6 escaños tras obtener 36 hace cuatro años, y firma casi una muerte política en la cuna que lo vio nacer firma casi una muerte política en la cuna que lo vio nacer. La líder ha convocado un comité ejecutivo de urgencia para la tarde de este lunes.

Foto: Los candidatos del 14F. (EFE)

Fuentes de la cúpula nacional aseguraban hasta casi el último momento que era imposible que Vox los sobrepasara. Es cierto que reconocían que la participación era un elemento clave e indescifrable que podía conllevar sorpresas de todo tipo en la noche electoral. Pero un mazazo de estas características no estaba previsto ni en el peor de los escenarios. Las consecuencias están todavía por ver.

En el caso del PP, llevaban días preparando el terreno para esto. Aunque el hecho de que Vox haya superado incluso a Ciudadanos les da una gota de aliento. Los populares obtienen 3 escaños. En Génova siempre descartaron un cambio en la candidatura aunque hubiera descalabro. Alejandro Fernández asumió la presidencia del PPC en noviembre de 2018, hace poco más de dos años y ya bajo el liderazgo de Casado.

Eso sí, la resaca electoral será inevitable y conllevará un análisis en profundidad por parte de Casado y su núcleo duro. La formación afrontó la convocatoria electoral el pasado otoño con cierto oxígeno y expectativas de mejora. Sobre todo, por la nueva hoja de ruta en la que Casado rompió definitivamente con Vox en el Congreso. Los populares catalanes sintieron que retomaban autonomía y que la nueva realidad de Ciudadanos (tras la debacle de 2019) también les serviría para recuperar. Hicieron fichajes y se erigieron como la verdadera candidatura constitucionalista, pero pocas semanas después el globo empezó a desinflarse.

En mitad de la campaña electoral irrumpió de nuevo el caso Bárcenas y Vox consiguió todo el foco en los días previos a acudir a las urnas. Tanto Casado como Fernández asumían ya “el coste electoral” que el pasado del partido supondría. Pero la resaca electoral durará y se abre un nuevo escenario en la derecha que indudablemente tendrá consecuencias en las próximas decisiones y en la agenda política a nivel nacional.

La diferencias con 2017

Los resultados difieren sustancialmente respecto a 2017, cuando Vox era prácticamente un desconocido para los votantes catalanes y del resto de España. Entonces los naranjas sumaron 36 escaños, por los 4 de los populares. Por provincias, Cs obtuvo 24 en la Ciudad Condal, por los 3 del PP; en Girona los de Arrimadas sacaron 4 y otros 3 en Lleida; en Tarragona sumaron 5 más y el PP uno. La irrupción de los de Abascal y la debacle de los naranjas han trastocado por completo el voto en el espectro de la derecha españolista.

La campaña ha estado marcada en las dos últimas semanas por los ataques sufridos por la formación de Abascal en distintos puntos de Cataluña. Grupos de autodenominados antifascistas han lanzado objetos contra sus dirigentes, lo que ha derivado en acusaciones desde Vox sobre que los Mossos no les estaban defendiendo como debían. Las agresiones han terminado poniendo en foco sobre ellos.

El partido acudía a la cita electoral con la mira puesta en entrar al Parlament y la esperanza de alcanzar el respaldo necesario para llegar a tener un grupo en la cámara. Pese a esto, llevaban más de dos meses evitando preguntas sobre un posible sorpaso al PP en la región, sabedores de que si situaban las expectativas en el máximo nivel el 14-F podría haber una decepción si no superaban a la lista de Alejandro Fernández.

Cataluña es, además, la vuelta a los orígenes para Vox. Fue con su papel como acusación popular en el juicio del ‘procés’ como los de Abascal comenzaron a ganar relevancia pública y a extender sus mensajes entre la población hasta que dieron el salto al Parlamento de Andalucía a finales de 2018.

Ya desde antes de Navidad, Vox ha apostado en todo momento por poner el foco no solo en el independentismo, sino también y sobre todo en su discurso antiinmigración. En el seno del partido han considerado que por las condiciones del electorado catalán que comparten con PP y Ciudadanos, este tipo de consignas podrían llevarles a que miles de votantes se decantaran por ellos dentro de este espectro en el que las tres siglas comparten su rechazo al independentismo.

Los de Abascal decidieron lanzar la candidatura de Garriga utilizando como plataforma la defensa de la moción de censura de octubre. Pese a tener un papel secundario en el Congreso de los Diputados, el partido optó por darle protagonismo para argumentar los motivos que les llevaba a presentar la iniciativa cuando ya había anunciado que sería su presidenciable para unas catalanas que aún no estaban oficialmente convocadas. Fue interpretado por muchos como el primer acto electoral de precampaña.

El partido de Santiago Abascal ha logrado el resultado soñado en Cataluña tras superar a PP y Ciudadanos en un escenario de desmovilización del electorado respecto a 2017. Vox se queda con 11 escaños, frente a los 3 de PP y los 6 de Ciudadanos, aunque el independentismo vuelve a sumar mayoría en el Parlament y podría seguir gobernando cuatro años más, con el 97% del escrutinio confirmado.

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