La ampliación de Barajas ensordecerá (aún más) las poblaciones colindantes

Carlos Vega, cuando se encuentra con un conocido por la calle, tiene que interrumpir la conversación cada pocos minutos. Un ruido ensordecedor venido del cielo hace imposible la comunicación, es el estruendo que producen las decenas de aviones que sobrevuelan San Fernando de Henares cada día. Esta localidad al este de la Comunidad de Madrid tan solo es una de la veintena que se ven afectadas por el aeropuerto de Barajas, que ahora plantea una extensión para incrementar los pasajeros y pasar de los 68 millones actuales a los 80 millones al año. Además, el proyecto conlleva aparejado la creación de un “hub” en la zona, lo que previsiblemente tensionará aún más las carreteras del lugar, ya colapsadas hoy en día, según critica el vecindario.

En contra de las recomendaciones procedentes de la Unión Europea en relación a la reducción de los vuelos de corta distancia, Aena ha decidido emprender la ampliación del aeropuerto de la capital. De esta forma, la entidad prevé la unificación de las actuales terminales 1, 2 y 3, y la ampliación de la T4 y su satélite. A ello se suma la construcción de nuevos aparcamientos: uno de tres plantas con capacidad para 1.000 vehículos de empresas de alquiler de coches y VTC, y otro más de cinco plantas con capacidad para 2.000 automóviles privados.

AENA encara una importante operación inmobiliaria en la que se edificarán 323 hectáreas de suelo público

La cosa no queda ahí, pues Aena encara una importante operación inmobiliaria en la que se edificarán 323 hectáreas de suelo público para uso logístico, residencial, de ocio y aeronáutico; en total, 2,1 millones de metros cuadrados, según han calculado desde Ecologistas en Acción.

Esta organización es una de las tantas que forma parte de la Plataforma contra la ampliación de Barajas. Pablo Muñoz es uno de sus integrantes, además de portavoz de la propia Plataforma: “El objetivo de fondo de la megaoperación urbanística de Aena es atraer a empresas de comercio electrónico tipo Amazon y hacer negocio con terrenos públicos del aeropuerto”, incide. Asimismo, el incremento de los vuelos en la zona tendrá numerosos impactos para un vecindario cansado de aguantar. Según Muñoz, “si Barajas en 2018 ya era el quinto aeropuerto que mayores emisiones contaminantes emitía de la Unión Europea, ahora ascenderá en el listado”.

Motores a toda potencia

Este aeropuerto funciona en base a dos configuraciones: norte y sur, dependiendo del viento. En el lado norte se encuentran localidades afectadas como Algete y San Sebastián de los Reyes; por el lado sur, todo el corredor del Henares, es decir, municipios como Coslada, San Fernando y Mejorada del Campo. “Los niveles de ruido ahora mismo son enormes, y mucho más en verano, que se multiplican los vuelos nocturnos”, agrega el ecologista, quien considera que “si añaden más vuelos, la situación será terrible”.

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Ese es el mismo adjetivo que utiliza Esther Morada para describir su día a día en San Fernando de Henares. Ella forma parte de la Plataforma como representante de Sureste Limpio, una organización que busca la mejora de la calidad ambiental en dicha zona. “Si están aterrizando el sonido es algo menor, pero también molesto. Ahora, si despegan, esto es ensordecedor, escuchamos los motores a toda potencia a unos metros por encima de nosotros”, incide. Y continúa: “Se supone que esos despegues son cada cinco minutos en los picos que se dan en verano, pero hay vuelos que pasan por aquí cada dos minutos”.

Ese ruido que escucha se ha medido en unos 70 decibelios, un umbral considerado como ruido molesto para la salud. “Esto nos acarrea serios problemas de concentración, incide en los dolores de cabeza, en los ritmos circadianos y en la capacidad de descanso, y repercute directamente en problemas cardiovasculares”, enumera Moraga. Carlos Vega, por su parte, es miembro de la Plataforma y de la Asociación vecinal Parque Henares, también de San Fernando: “No podemos ni hablar por las calles. El que está en casa tiene que tener las ventanas cerradas con el aire acondicionado, pero con el precio de la electricidad lo van a llevar claro este año”, reflexiona.

Mayor riesgo de accidentes aéreos

Este activista de 69 años lleva desde 1982 peleando para frenar la extensión del aeropuerto de Barajas. “Todavía recuerdo el accidente que hubo en noviembre de 1983 entre Mejorada y San Fernando, que se cayó un avión y menos mal que no lo hizo encima de ninguna urbanización, así que también es importante incidir en el riesgo que conlleva en cuanto a accidentes una ampliación del aeropuerto”, remarca este vecino.

Vega lo tiene todo medido. Una tarde se puso a contar los aviones que pasaban por encima de su casa: “El 16 de junio pasó un avión a las 20:25, otro a las 20:29 y otro más a las 20:32. Es imposible hacer nada con un ruido así cada pocos minutos”. Por otra parte, critica que no se respeta la altura a la que deben sobrevolar las localidades, establecida en 1.500 metros. “Esa cifra se refiere sobre el nivel del mar. Es decir, que si aquí estamos a 500 metros sobre el nivel del mar, los aviones están pasando a mil metros por encima únicamente”, sostiene.

Un problema de salud pública

La Plataforma contra la ampliación de Barajas engloba diferentes organizaciones sociales, políticas y sindicales de las zonas afectadas, desde donde se quejan de que el Ministerio de Transportes, impulsor del proyecto, nunca les haya pedido opinión a los afectados por la medida. “De verdad, esto es tremendo. Los profesores se tienen que callar en las clases cada vez que pasa un avión porque los chavales no les oyen”, ejemplifica el integrante de la asociación vecinal.

La emisión de gases tóxicos irá a más con la ampliación

Muñoz, a su vez, recalca que la emisión de gases tóxicos desde los motores de los aviones, como el óxido de nitrógeno, irá a más con la ampliación. “Según el inventario de emisiones de la Comunidad de Madrid, Barajas es el principal foco de estas emisiones”, comenta el ecologista. Todo ello deja ciertas partículas en suspensión que, respiradas, pasan directamente a los pulmones: “Existe suficiente literatura científica que asocia estas partículas con enfermedades pulmonares, cardiovasculares, cerebrales, afecciones en partos prematuros y problemas cognitivos, con mayor intensidad en menores y personas mayores”, dice el miembro de Ecologistas en Acción. Desde su punto de vista, se trata de “un problema de salud pública totalmente silenciado”.

Otro modelo de desarrollo

Asimismo, el portavoz responde a las promesas que el Gobierno, a través de su Ministerio de Transportes, ha formulado en torno a la creación de empleo en la zona: “Queremos que esa inversión prevista sirva para generar otras políticas de empleo que reduzcan la dependencia de los municipios de la zona del aeropuerto, que en su mayor parte tienen altos niveles de precariedad y cuyas condiciones laborales han empeorado con el paso de los años”, propone.

Javier Corpa, alcalde de San Fernando de Henares, señala que “no hay nada más importante que el derecho al descanso”. Es claro: “Si la ampliación supone mayor tráfico aéreo, estamos totalmente en contra”. Desde el Consistorio que preside, rememora, llevan años exigiendo a Aena que cumpla con las rutas aéreas, ya que considera “injusto y excesivo” el uso de la configuración sur y “el machaque, sobre todo en las noches de verano, a los vecinos de esta zona de la Comunidad de Madrid”.

En Ecologistas en Acción consideran que se necesita otro modelo de desarrollo y movilidad del que se alejarán si Aena efectúa sus previsiones de ampliación. “Quieren meter megaempresas de comercio electrónico, lo que generará una demanda enorme de desplazamientos. Nos imaginamos cientos de furgonetas de reparto entrando y saliendo de esta zona, con las carreteras ya congestionadas de por sí”, ilustra Muñoz. Por ello, recalca la necesidad de evitar estos “modelos de desarrollo basados en criterios insostenibles que solo benefician al 49% del accionariado de Aena, la parte privada”, concluye.