Las caceroladas en la milla de oro de Madrid: 100 personas bajo la lluvia y tráfico cortado
Las protestas han ido cogiendo fuerza en la calle Núñez de Balboa desde el domingo, cuando la policía disolvió una multitud en la que, según les advirtieron, no se respetaban las distancias
La milla de oro de Madrid ahora acoge caceroladas contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Se refleja en el número 59 de la calle Núñez de Balboa, en el barrio de Salamanca, donde este martes, a las nueve de la noche, decenas de personas pidieron la dimisión del presidente a gritos. Los más cautos lanzaron proclamas desde los balcones, pero otros tantos hicieron lo propio en la calle, concentrándose entre un supermercado y una panadería especializada en "masa madre". La Policía Municipal cortó el tráfico durante 15 minutos para permitir la protesta y, mientras tanto, el resto de Núñez de Balboa permaneció en silencio.
Las caceroladas en Núñez de Balboa han ido cogiendo fuerza desde el domingo, cuando la policía disolvió una multitud en la que no se respetaban las distancias. Los vecinos aseguran que la intervención no tuvo nada que ver con protestar contra Sánchez, pero al llegar los agentes, algunos respondieron a golpe de cacerola y con gritos de dimisión. Los vídeos se difundieron por las redes sociales y, en cuestión de minutos, comenzaron a presentarse como un ejemplo de censura a los críticos. Con esa tesis como telón de fondo, las convocatorias se repiten ahora cada día.
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Este martes, la llegada de personas empezó a notarse a partir de las ocho de la tarde. "Vengo a pasearme a ver qué tal la cosa, pero hoy con la lluvia parece que mal", explicaba a esa hora un hombre que prefiere no aparecer identificado. Él fue uno de los primeros en llegar al número 59 con un Tesla, dos banderas de España en el salpicadero y un paraguas rojo y amarillo.
"Vengo a pasearme a ver qué tal la cosa, pero hoy con la lluvia parece que mal"
Tras constatar que en la calle había más periodistas que manifestantes, comentó cuál era el plan con un par de vecinos y, a la vista de que no había nada asegurado, abandonó el lugar. La escena se repitió con otras personas que acudieron con banderas y se encontraron sin apoyo alguno.
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Cuando parecía que la protesta iba a acabar en fracaso, la situación cambió con un hombre gritando "Gobierno dimisión". Vecinos que hasta ese momento se limitaban a pasear respondieron al unísono, y poco antes de que dieran las nueve, un grupo de personas que no llegaba al centenar se concentró entre el número 59 y el 61.
Los manifestantes iban desde parejas de ancianos hasta niñas de apenas diez años a las que su madre les decía que gritaran "libertad", multitud a la que se sumaron grupos de treintañeros que se conocían entre ellos y parecían venir de otros barrios. Desde los balcones, varios vecinos golpeaban sus cacerolas, pero otros mantenían las persianas bajadas.
Decenas acudieron con banderas de España, algunas con el crespón negro y otras con emblemas de las Fuerzas Armadas
Decenas acudieron también con banderas de España, algunas con el crespón negro y otras con emblemas de las Fuerzas Armadas. La importancia de la simbología se reflejó en las mascarillas, en las que se mezclaba el verde de la Guardia Civil con el rojo y amarillo. Entre los manifestantes, llamaban la atención un par de jóvenes que mostraban la cruz de Borgoña en sus máscaras, y uno que también acudió con una mochila en la que podía leerse el lema 'Defend Europe' junto a la silueta de un arma de fuego. La mayoría, sin embargo, se presentó con los símbolos habituales y los cánticos más agresivos apenas fueron secundados.
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"Yo vivo aquí al lado y el domingo me encontré con toda la policía y el escándalo que se montó. Al principio era solo porque estaba la música alta y ya vinieron los agentes, así que ahora creo que voy a venir a diario", explicaba a este diario Alberto, un joven de 28 años que no dudó en sumarse a la concentración de este martes con una sudadera del Athletic Club de Bilbao.
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"No tenemos test, ni protocolo ni nada. La palabra cuarentena ya lo dice: son 40 días, pero llevamos 60", criticaba a su vez Marta, de 44 años y con una mascarilla similar a la que luce Macarena Olona, diputada de Vox.
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A las 21:08, en el momento álgido de la convocatoria, dos coches de la Policía Municipal se presentaron en el lugar. En un primer momento parecía que iban a intervenir, pero los cuatro policías se limitaron a cortar el paso a cualquier vehículo que quisiera entrar a Núñez de Balboa desde Don Ramón de la Cruz. 15 minutos después, a las 21:23, dos de ellos se acercaron a la multitud para que abandonara el asfalto, y decenas respondieron con aplausos a los agentes. "Mañana todos aquí a las nueve", gritaba mientras tanto uno de los manifestantes como despedida.
La milla de oro de Madrid ahora acoge caceroladas contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Se refleja en el número 59 de la calle Núñez de Balboa, en el barrio de Salamanca, donde este martes, a las nueve de la noche, decenas de personas pidieron la dimisión del presidente a gritos. Los más cautos lanzaron proclamas desde los balcones, pero otros tantos hicieron lo propio en la calle, concentrándose entre un supermercado y una panadería especializada en "masa madre". La Policía Municipal cortó el tráfico durante 15 minutos para permitir la protesta y, mientras tanto, el resto de Núñez de Balboa permaneció en silencio.